Elipse es el nombre del nuevo balón intragástrico digestivo, creado por la empresa estadounidense Allurion, que llegó hace dos semanas a nuestro país y que se
suma a los tratamientos hospitalarios para
bajar de peso que ya existen, a saber: la manga gástrica o la inserción de un balón intragástrico tradicional (vea aquí las características: http://bit.ly/2NiAIz7).
En Chile solo cuatro cirujanos digestivos
realizan el procedimiento: en la clínica Universitaria Los Andes, centro de tratamiento
de la Obesidad Red de Salud UC Christus, clínica Meds y un especialista particular en
Puerto Varas. Los médicos viajaron hasta Inglaterra para a capacitación.
La novedad de este procedimiento es
que no necesita endoscopia, es decir, el
procedimiento que consiste en la introducción de un tubo provisto de una cámara y
un sistema de iluminación en su interior, ni
anestesia general para su colocación en el
fondo del estómago, tal como se usa con
los balones tradicionales. Ubicar una esfera intragástrica tradicional demora hasta
tres horas, en cambio, el procedimiento llamado Elipse demora 20 minutos.
Además, una vez que pasa el periodo de utilidad del producto, éste es evacuado de forma natural, a diferencia de tratamientos
similares, donde el usuario debe someterse a un procedimiento bajo anestesia general.
El balón permite que la persona tenga
sensación de saciedad y que en cuatro meses baje entre 10 y 15 kilos, dependiendo
de su índice de masa corporal.
Funcionamiento
El paciente ingiere una cápsula de tres
centímetros de largo que está recubierto con
una lámina vegetal biodegradable que desaparece a medida que ingresa en el tubo digestivo. La pastilla va unida a un catéter flexible. Cuando está adentro de estómago, el cirujano llena la cápsula con 550 centímetros
cúbicos de suero neutro, dándole forma al
balón.
Una vez retirado el catéter, el artefacto
tiene una válvula, que se cierra a presión por
dentro, dejándolo completamente sellado.
El individuo está consciente y de pu mientras ingiere la cápsula, hasta que todo termi-
na "Este nuevo balón es de poliuretano de
alta densidad, a diferencia de los otros balo-
nes tradicionales, que son de silicona y por
ende son mucho más gruesos. Pero la mayor
innovación es el procedimiento de instalación que no genera incomodidad para el
usuario porque todo es muy blando y de fácil
manipulación. No hay que aplicar anestesia
en la instalación ni en la extracción", asegura
el cirujano digestivo Alex Escalona, jefe del
programa de Obesidad y Diabetes de Clínica
Universidad de los Andes.
"El paciente debe llegar en ayuna e ingresa a una sala donde, a través de rayos X, monitoreamos la instalación del balón intragástrico.
El sujeto debe beber agua para que la
cápsula avance a través del esófago hasta el estómago y una vez que llenamos la esfera
con suero se puede ir caminando a su casa",
agrega Escalona, quien es uno de los médicos habilitados para la colocación de Elipse.
Saliendo del hospital
El balón tiene una vida útil de cuatro meses, después válvula de sellado se vence,
soltando el líquido interior de forma lenta
hasta que el balón queda vacío. "El óvalo es
evacuado de forma natural en el baño. Aunque hay quienes pueden presentar algún
malestar, muchos ni se dan cuenta que salió", dice el cirujano digestivo Rodrigo Muñoz, director del centro de Tratamiento de la
Obesidad Red de Salud UC Christus y profesor de la escuela de Medicina UC.
Un año de tratamiento
El especialista de la UC cuenta que quien
quiera someterse al procedimiento debe
aprobar una evaluación y entrenamiento
previo de modificación de hábitos alimenticios. "No es llegar y ponerse esta esfera porque, de otra forma, no surge efecto. Piense
en que son dos meses previos de preparación para que el individuo cambie los hábitos
alimenticios e incluya ejercicio en su rutina.
Después está la instalación del balón. Los resultados son visibles al tercer y cuarto mes.
Pero después sigue el trabajo durante seis meses más. La idea es que la persona logre
mantener el peso alcanzado".
El cirujano digestivo de Clínica Meds James Hamilton explica que "esta es una herramienta muy útil para combatir la obesidad.
Quienes son más beneficiados con este procedimiento son los que tienen sobrepeso
moderado y que producto de esto sufren enfermedades asociadas como, por ejemplo,
colesterol alto". "El paciente debe seguir sí o
sí el tratamiento con nutriólogos, deportólogos y sicólogos para que el balón intragástrico realmente sea de utilidad", concluye.
No es magia
El cirujano bariátrico Claudio Navarrete,
jefe de cirugía de Clínica Santa María, detalla
que "esto no es magia sino que es una ayuda.
Hay que seguir indicaciones e ir a controles.
Puede ponerse el balón intragástrico y desaparecer por un tiempo y vo ver con más peso
del que tenía. Debe tener una dieta adecuada
y hacer ejercicio. Todo monitoreado por especialistas". Navarrete no realiza el procedimiento con
Elipse pero tiene experiencia haciendo inserciones de balones gástricos tradicionales.
"Hay que ser cautos con estas nuevas técnicas. Una persona puede tener várices esofágicas, úlceras u otros problemas que no fue-
ron detectados porque no se realizó una endoscopía que lo revelara. Esto puede traer
complicaciones al insertar el balón. Hay que
hacerse exámenes antes de introducir cual-
quier artefacto en el cuerpo. Debo aclarar
que con estos tratamientos a gente lo pasa
mal porque el cuerpo reacciona a la presencia del balón con náuseas, cólicos o vómitos
durante tres a cinco días", añade.