FaceApp fue creada por el ruso Yaroslav Goncharov el año 2017, pero
no logró la popularidad que esperaba. Hace una semana, sin embargo, la
aplicación que transforma una fotografía
en la imagen casi perfecta de un rostro
envejecido, se difundió en todo el mundo. Poco a poco los usuarios de redes sociales comenzaron a compartir una foto
estilo selfie, pero con arrugas e hiperrealista. Desde Lionel Messi hasta los Jonas
Brothers.
Hasta allí todo bien. El problema es
que además de la diversión que provoca
la aplicación al ver el rostro propio con
unos cuántos años más, FaceApp aprovecha el entusiasmo de los usuarios para
acumular y almacenar sus datos personales.
Pablo Viollier, analista de políticas públicas de la organización Derechos Digitales, explica que ese almacenamiento de
las fotografías que el usuario debe poner
en la aplicación, tiene su origen en aceptar los términos y condiciones al momento de la instalación.
"Tienes que aceptar o rechazar, se llaman contratos de adhesión en términos
jurídicos. No hay opción de negociar",
destaca.
Son datos sensibles, agrega, porque son útiles. "Es una foto bien centrada, se
ven los ojos y todo el mundo se saca la
fotografía de la misma manera. Es un dato bien útil para que alguien lo use para
otras razones", afirma.
En relación a los términos y condiciones de la aplicación, cuenta Viollier, tienen algunas cláusulas abusivas. "El usuario entrega una licencia perpetua de uso
de la información, irrevocable, no exclusiva, libre de pago a
nivel mundial, transferible y sublicenciable para reproducir,
modificar, adaptar,
publicar, transferir y
crear obras delegativas de la imagen que
se utiliza", enfatiza.
¿Para qué alguien
querría usar la fotografía del rostro de un
extraño? "Eventualmente se puede usar
para entrenar un algoritmo de inteligencia artificial de reconocimiento facial
también para generar bases de datos",
dice.
Patricio Castro, cientista político con
un magíster en Gestión de la Información
en Syracuse University, agrega otro punto: la mayoría de los servidores de FaceApp se encuentran en Rusia. "No está en servidores europeos o
servidores en Estados Unidos, que es lo
que estamos acostumbrados en temas de
seguridad. Son servidores que no están
bajos las legislaciones internacionales de
privacidad de datos, por lo cual podrían
ocupar tu foto para cualquier cosa", dice
el director académico del Diplomado en
Marketing Digital de la Facultad de Economía y Negocios de Universidad de Chile.
Nicolás Silva, director de Tecnología
de Asimov Consultores, dice que también se comparte el nombre y el correo electrónico. "Pueden hacer lo que quieran
con dicha información; es decir, pueden
venderla a empresas de publicidad , divulgarla, dejarla visible públicamente, etcétera", dice Silva, director de Tecnología
de Asimov Consultores.
Jonathan Frez, ingeniero civil en Informática y Telecomunicaciones y académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Diego Portales,
complementa: "Cuando subes una fotografía, los servidores que usa FaceApp
asocian el cómo está construido tu rostro
junto con todas las otras cosas que accediste a entregar, como qué cosas te gustan, por los likes, tus posteos y contactos. Además, dentro de la información
biométrica de los rostros, evidentemente
va el sexo, la edad, la raza y un montón de
otra información que de alguna u otra manera se puede utilizar de buena o de
mala manera".
Foto hiperrealista
La fascinación de los usuarios por FaceApp, en parte, tiene relación con lo hiperrealista de la imagen que genera. Justamente eso es lo que la hace distinta al
resto de las aplicaciones ."Usa una red neuronal profunda, que
es un modelo matemático que busca
emular el comportamiento del cerebro,
es decir, aprende", explica el doctor en
Inteligencia Artificial Martín Gutiérrez.
La gracia, explica el académico de la
Escuela de Informática y Telecomunicaciones de la Universidad Diego Portales,
es que logra reducir la dimensionalidad
de una imagen. O sea, extrae solo las características que le interesan para logran
un objetivo. por ejemplo, extrae los labios, pómulos y Ojos.
Agrega que las redes neuronales profundas son de procesamiento. Después
viene otro proceso que es el de generación, ese que finalmente entrega la imagen envejecida. "Ahí aparecen las redes
generativas adversariales, que es una
tecnología nueva, aproximadamente del
año 2014. Su tarea es generar un dato
sintético, que no es real. Lo crean a partir
del concepto que asimilaron antes. Una
red trata de engañar a la otra", finaliza.