Con huincha en mano, el equipo del doctor Qibin Qi, del Albert Einstein College Of Medicine in New York, pasó dos décadas midiendo muslos y cinturas de
2.683 mujeres posmenopáusicas,
de entre 50 y 79 años, para concluir
que el corazón de las que anatómicamente lucen con forma de pera -o
sea tienen grasa acumulada en caderas y muslos- corrían menos riesgo cardíaco que sus amigas con
cuerpo de manzana -con almacenamiento abundante de grasa en cintura y abdomen.
Grasa en el tronco
La investigación, publicada en el
"European Heart Journal", precisa
que del total de mujeres, 202 sufrieron un ataque cardíaco u otra enfermedad coronaria, mientras que 105
sufrieron accidentes cerebrovasculares; 16 mujeres experimentaron
tanto un accidente cerebrovascular
como un episodio de enfermedad
coronarla.
Según el estudio, los científicos
detectaron que el indice de Masa
Corporal (IMC) total no estaba relacionada con el riesgo de enfermedad cardiovascular, sí lo estaba con
la grasa que se localiza en el tronco. "Nuestros hallazgos sugieren que
las mujeres posmenopáusicas, apesar de tener un peso normal, podrían tener un riesgo variable de enfermedad cardiovascular debido a las diferentes distribuciones de grasa en la parte media o en la piernas", aseguró Qi, en un comunicado. Menciona además del control
del peso corporal, fijarse en la grasa
corporal regional, incluso en quienes tienen peso saludable e IMC
normal.
Vísceras y estrógenos
"Lo peor que le puede pasar a
una mujer es tener grasa en el área
de la cintura y abdomen porque es
una grasa que está en contacto con
las vísceras y produce predisposición a la resistencia a la insulina y
problemas cardiovasculares como
hipertensión. También, cuando la
grasa está en contacto con las vísceras, hay una mayor probabilidad
de una acumulación de placas queromatosas en las arterias coronarías provocando un ataque cardíaco", precisa Pablo Pedreros, cardiólogo de la Clínica Santa María, aludiendo al cuerpo de manzana.
A juicio de Pedreros, "las chilenas tienen más cuerpo de pera que
cuerpo de manzana. De forma científica se dice que el cuerpo es más ginecoide que androide". Explica,
además, que "esta tendencia se debe a un tema hormonal que evita
que la mujer junte grasa en el área
de la cintura y del abdomen. Los estrógenos ayudan a que la grasa se
aloje en las caderas y en las piernas.
Esta última grasa no es tan perjudicial como la primera porque se
asienta en los tejidos cercanos a la
piel y no alrededor de las vísceras, disminuyendo el riesgo de enfermedades".
Fácil de eliminar
Para Alfredo Labarca, urgenciólogo de Help, "el seguimiento del
profesor Qi reafirma que mientras
más cintura, más probabilidad de
eventos cardiovasculares en mujeres posmenopáusicas donde las
hormonas juegan también un rol preponderante". El estudio "se refiere a la grasa visceral, que envuelve los Órganos internos como el hígado, el páncreas y los riñones", comenta. Este tipo de grasa es la primera que se elimina con el ejercicio,
a diferencia de la subcutánea que
tarda más en desaparecer. "Un evento cardiovascular, a
cualquier edad, aumenta cuando hay
acumulación de grasa a nivel de la
cintura. El estudio fue hecho en mujeres posmenopáusicas porque claramente hay más riesgo. De la grasa
de la que habla la investigación es la
que se acumula por vida sedentaria,
alimentación rica en carbohidratos a
refinados, azúcares libres", agrega
Mauricio Fernández, cardiólogo de
Clínica Alemana. Explica que este
aumento de grasa en al cintura genera o se asocia al síndrome metabélico (35% de la población adulta)
Estrógenos culpables
"La grasa abdominal y de la cintura está asociada a más de 140 patologías que desencadenan problemas
cardiovasculares. Son los hombres
quienes suelen tener más obesidad
con cuerpo de manzana que las mujeres, pero cuando llega la menopausia, la desaparición de los estrógenos favorece la acumulación de grasa en zonas más altas del cuerpo femenino", detalla la nutrióloga de la
Clínica Meds Ximena Muñoz. Agrega
que una mujer posmenopáusica disminuye su metabolismo hasta un
tercio por lo que es de suma importancia que haga actividad física, "por
lo menos 150 minutos de actividad
aeróbica moderada, mezclándolo
con dos veces a la semana de actividad de fuerza para fortalecer la musculatura. Termine con el consumo de
sal, prefiera las carnes magras como
el pescado y el pollo y opte por una
dieta rica en verduras".
Para combatir esta grasa abdominal, el cardiólogo Fernández sugiere
aplicar la dieta mediterránea, alejarse de los azúcares y almidones refinados y hacer deporte. Estima que
este tipo de grasa en la cintura "es
muy común en la población chilena".
Poder inflamatorio
"La grasa abdominal y de la cintura tiene alto poder inflamatorio es
por eso que es tan mala para el organismo. por otro lado, la presencia de
una buena masa muscular tiene el
efecto contrario y permite estabilizar o compensar el organismo. La
idea no es que la mujer posmenopáusica sea flaca, sino que tenga una
buena cantidad de músculo que le
permita tener una buena calidad de
vida", remata el deportólogo de la
Clínica Ciudad del Mar Francisco
Verdugo.