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Equitador arrojó doping por marihuana
El equitador Mauricio González Calderón alcanzó a estar un día en Lima esta semana. Viajó el martes a Perú, donde iba a participar en la modalidad de adiestramiento en los Panamericanos, pero al llegar le notificaron que un control realizado en junio arrojó un resultado analítico adverso: doping por Tetra-Hidro-Cannabinol (THC), metabolito de marihuana. Llegó de vuelta a Chile el jueves y quedó con suspensión provisoria. "Ha sido un golpe bastante fuerte. Nunca habíamos tenido estos problemas, no recuerdo un caso similar", dice Miguel Soria, presidente de la Federación Ecuestre de Chile, y agrega que ha habido casos anteriores de dopaje pero en caballos.

Soria asegura que se enteraron de esta situación el lunes. "De acuerdo con nuestra petición, el viernes 19 nos enviaron los informes del laboratorio de Chile donde se especifica que los cuatro jinetes de adiestramiento habían arrojado negativo en sus muestras. Sin embargo, el lunes nos notificó Roberto Dagnino, secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Control de Dopaje, que de las contra-muestras enviadas a Estados Unidos había salido positivo el señor Mauricio González", cuenta el presidente. "Evidentemente, los caballos ya estaban enviados", se lamenta Soria. "Héroe", su caballo, se quedó en Lima. "Habían tratado de ubicar a Mauricio, pero no lograban dar con él. Nosotros también hicimos gestiones. Supuestamente había venido a Santiago a despedirse de unos familiares. Él vive en Loncoche y trabaja en el haras de la Escuela del Arte Ecuestre de Chile, en Villarrica", agrega el dirigente.

¿Por qué viajó a Lima si tenía esta situación pendiente?

Mientras no fuera notificado, según la comisión antidopaje, no se podía hacer nada porque era como atentar contra sus derechos si no está comprobado. Lo notificaron por carta certificada el lunes. Le llegó a Loncoche, no la recibió personalmente. Aunque haya viajado, lo importante es que no pudiera representar a Chile en ninguna competición internacional. No podía ni siquiera entrar a la Villa panamericana. Apenas nos enteramos, comunicamos al Comité Olímpico y dimos las instrucciones para que regresara.

¿Se han comunicado? 

Yo no he hablado con él. Es un muy buen equitador, tiene 32 años, eran sus primeros Panamericanos. Pero esto lo perjudica en su carrera. Es insólito, un error garrafal. Arriesga dos años de castigo.

¿Qué tanto afecta su dopaje al equipo? 

No podemos reemplazarlo. Nos deja en una posición muy desmejorada para competir porque vamos a tener tres jinetes (Virginia Yarur, Bárbara Weber y Carlos Fernández) y cualquier error nos elimina al equipo. El adiestramiento comienza la próxima semana. Ha sido un golpe fuerte, aunque nuestras mayores posibilidades están en salto.

¿Se sabe cómo pudo ocurrir?

El niega que consumió esta sustancia, según los antecedentes que nos entregaron cuando se devolvió desde Lima. Tiene derecho a solicitar la contramuestra, pero eso puede aumentar su castigo. Pienso que pudo haber sido en una fiesta, no sabemos cuándo fue. Nadie puede negar que es una persona relativamente joven, de campo, pudo ser por desconocimiento. Se veía una persona tranquila, no sabemos qué pudo haber pasado.

¿Y qué pasará con su caballo? 

El caballo no es de él, es de Felipe Ibáñez, dueño de la Escuela del Arte Ecuestre, quienes son tremendamente colaboradores con la Federación. Se de- volverá con los demás caballos del equipo, al final de la participación, porque sale muy caro enviarlo solo.

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