A principios de junio, la Brigada de Investigaciones Especiales de la PDI (BIPE) ya había identificado la casa donde con
toda probabilidad se escondía Natalia Guerra Jequier, quien llevaba
dos años escapando de la justicia
tras ser condenada por parricidio en
el caso de la Secta de Colliguay.
La policía descubrió que
su actual pareja era quien
hacia todo lo necesario para
mantenerla oculta: arrendaba las distintas casas
donde vivieron, pagaba las
cuentas y hacía las compras.
Natalia no necesitaba
siquiera asomar las narices
y es lo que hizo con disciplina espartana.
El comisario Juan Pardo
reconoce que hicieron todo
lo posible para verificar que
Natalia Guerra se encontraba en aquel lugar, una parcela de media hectárea ubicada en un condominio de
Isla de Maipo, pero no tuvieron éxito.
"Lo ideal hubiese sido que saliese de condominio y una vez en la
vía pública, la podríamos haber detenido porque nos bastaba con la
orden de captura vigente", dice.
"Pero nunca salió y nunca la vimos
tampoco asomarse por alguna ventana. Y siendo una propiedad priva-
da, no podíamos llegar y entrar sin
una orden, y la orden no la tendríamos sin indicios claros de su presencia en el lugar".
Entonces, a mediados de junio,
probaron otro método. Decidieron
buscar en la basura alguna señal
que verificara la identidad de la mujer.
Pero aquí tampoco era llegar y
abrir una bolsa de basura.
"La basura en este condominio
suele ser depositada por los residentes fuera de cada vivienda, la
que luego es recogida por un servicio que es distinto al común", explica Pardo. "No la recogen esos camiones que tragan a basura, sino
un simple camión tres cuartos con
pick up. Cierto día, cuando este camion recogió la basura de la casa,
nuestros funcionarios identficaron
el lugar donde fueron depositadas
esas bolsas en el pick up. Luego, cuando el camión salió del condominio, las bolsas fueron incautadas, no antes. No podían ser incautadas antes porque seguían estando en una propiedad privada".
Una de estas tres bolsas incautadas contenía cuatro papeles donde aparecían escritas a mano sendas
listas de compras.
En un papel se
leía: "Meiggs. Arena gatos, pesa
más grande, pilas 2025 AAA, cepillo de dientes, cepillo de pelo, frazadas".
En un segundo papelito, muy
ajado, se distinguía: "Cerveza, leche, azúcar rubia, guantes de cocina, hamburguesas".
En otro: "Bidones de agua, tomate, manzana, plátano, lechuga,
zapallo". Y en un cuarto papel, aparecía la frase "Durban cookies, 30
corte", que se refiere a una cepa de
marihuana que se utiliza terapéuticamente. Según la página leafly.es,
sirve para calmar el dolor y el estrés.
Estas listas de compras fueron
remitidas a peritos caligráficos de la
PDI para que verificaran si habían
sido escritas por Natalia Guerra. Para ello las compararían con un texto
del existía la certeza que había sido escrito por
Natalia.
Paulina Müller, perito documentalista, caligráfico y miembro
del Colegio de Peritos de Chile, dice
que este trabajo
consiste básicamente en identificar
los llamados "gestos tipo", una forma
única e inconsciente
para escribir ciertos
caracteres.
"Cada persona tiene un gesto propio
que no es igual a ningún otro.
Se analizan
distintos factores: forma, inclinación, calibre
de los trazos, la energía
al trazar, la tensión que imprime a
las líneas, la trayectoria de inicio al
final... Habitualismos que en la literatura se les conoce como idiotismos, porque son elementos que incorporas a tu trazado estés consciente o no. Y es imposible no incorporarlos. Incluso puede que
intentes disimularlos, pero a partir
del segundo o tercer trazado van a
aparecer", explica. En la imagen que aparece abajo
en esta página, aparecen identificados por e perito de la PDI algunos
de estos gestos tipo: el número 3, la
i y la r. "Esos son ejemplos de gestos tipos o idiotismos", explica Müller. "El cerebro los repite inconscientemente".
La pericia de la PDI arrojó un
100% de concordancia entre la lista
de compras y el manuscrito con el
que se comparó. Al día siguiente, la
mañana del martes, la PDI ingresó a
la parce a de Isla de Maipo y detuvo
a Natalia Guerra. En estos momentos ya se encuentra en el Centro Penitenciario Femenino de Santiago.