En primavera, cuenta
Evelyn Matthei, algunos
desconocidos tocan el
timbre de su casa en Las Condes. No es para hacer bromas.
El ringring es sólo el puente
para averiguar el nombre de
un inmenso árbol "que es un
verdadero espectáculo"
cuando está florido. La especie misteriosa es un cornus y
en esta época no llama especialmente la atención. Pero
no se puede decir lo mismo
de resto del inmenso jardín
de la alcadesa de Providencia;
luce tan colorido y lleno de vida que nadie pensaría que es
un vergel de invierno.
"Cuando mis papás construyeron esta casa, todo esto
era un peladero y ellos fueron
llenándola de plantas y flores.
Plantaron ese cornus de la entrada, que es de los árboles
más lindos que he visto en mi
vida. También pusieron los filodendros y kas camelias.
Desde pequeña me inculcaron esta pasión, especialmente mi mamá" cuenta
Matthei.
El fin de semana pasado estuvo podando rosas, pero no terminó porque el domingo llovió. "Me gusta jardinear, a veces podo, a veces saco malezas o hago patillas, a veces siembro y otras veces no hago nada", dice, dejando en claro que esto es una pasión y no una obligación. En esta época las camelias rojas toman el protagonismo en el jardin. Las azaleas también tienen un lugar importante, aunque hoy parecen ausentes porque no es la época en que florecen. "Mira, acá al lado de estas azaleas planté rúcula, porque me gusta ir mezclando las flores con cosas comestibles, ¿quieres probar? Es súper rica -dice arrancando un pedacito-.
En este mismo lugar de las rúculas en el verano hubo tomates y comimos toda la temporada tomates sacados de acá. Un poquito más allá hay eneldo, que es exquisito para el pescado. Ah, y mira, por acá todavía me quedan los últimos pimentones de año, estos me los regalaron unos alumnos del Liceo Alessandri. Me ha dado harto pimentón (esta planta) pero ahora están chiquititos, porque hace mucho frío", dice. "Yo me preocupo de ir poniendo cosas que vayan floreciendo en distintas épocas para que siempre haya flores", declara. Justamente esa fue una de las razones que dio el jurado de los vecinos de condominio Las Brisas, en Santo Domingo (donde está su casa de playa) para otorgare el premio al mejor jardín de la zona la primavera pasada. "Fueron un día a ver mi jardín y les gustó; vieron que estaba lleno de abejas y mariposas. Dos semanas después, fueron de nuevo y se dieron cuenta de que, aunque nuevamente estaban las abejas y las mariposas, el jardín lucía diferente, con otros colores y eso les encantó. Hicieron hasta una pequeña película de mi jardín, fue tan lindo", recuerda.
Hace pocos días estuvo en la playa: "Me tomé dos días de vacaciones para podar mis rosas de Las Brisas". Más de 60 libros, la mayoría en inglés, guían a la alcaldesa en esta pasión por el universo botánico. No sólo son textos sobre cuidados, sino también sobre diseño, qué planta combina mejor con otra, cuál flor convive mejor al lado de una planta comestible, cuánto tiempo durará cada floración, por ejemplo.
Uno de sus autores favoritos es el arquitecto del paisaje John Brookes (murió el año pasado), autor de "The book of garden design". "Seguí las instrucciones de él para idear el jardín de Las Brisas. Porque diseñar un jardin no es llegar y poner plantas al lado de otras. Brookes enseña, por ejemplo, que el jardín no sólo sea lindo, sino funcional a lo que quieres. Uno aprende cómo superponer círculos con rectángulos y otras formas geométricas gratas para el ojo. Otro libro que leo mucho es este que me regaló mi mamá (Elda Fornet) en 1989, es una enciclopedia de lo que requiere cada planta, cómo brotan, requerimientos de agua y luz, si necesita tierra ácida o alcalina, cómo podar, etcétera".
El fin de semana pasado estuvo podando rosas, pero no terminó porque el domingo llovió. "Me gusta jardinear, a veces podo, a veces saco malezas o hago patillas, a veces siembro y otras veces no hago nada", dice, dejando en claro que esto es una pasión y no una obligación. En esta época las camelias rojas toman el protagonismo en el jardin. Las azaleas también tienen un lugar importante, aunque hoy parecen ausentes porque no es la época en que florecen. "Mira, acá al lado de estas azaleas planté rúcula, porque me gusta ir mezclando las flores con cosas comestibles, ¿quieres probar? Es súper rica -dice arrancando un pedacito-.
En este mismo lugar de las rúculas en el verano hubo tomates y comimos toda la temporada tomates sacados de acá. Un poquito más allá hay eneldo, que es exquisito para el pescado. Ah, y mira, por acá todavía me quedan los últimos pimentones de año, estos me los regalaron unos alumnos del Liceo Alessandri. Me ha dado harto pimentón (esta planta) pero ahora están chiquititos, porque hace mucho frío", dice. "Yo me preocupo de ir poniendo cosas que vayan floreciendo en distintas épocas para que siempre haya flores", declara. Justamente esa fue una de las razones que dio el jurado de los vecinos de condominio Las Brisas, en Santo Domingo (donde está su casa de playa) para otorgare el premio al mejor jardín de la zona la primavera pasada. "Fueron un día a ver mi jardín y les gustó; vieron que estaba lleno de abejas y mariposas. Dos semanas después, fueron de nuevo y se dieron cuenta de que, aunque nuevamente estaban las abejas y las mariposas, el jardín lucía diferente, con otros colores y eso les encantó. Hicieron hasta una pequeña película de mi jardín, fue tan lindo", recuerda.
Hace pocos días estuvo en la playa: "Me tomé dos días de vacaciones para podar mis rosas de Las Brisas". Más de 60 libros, la mayoría en inglés, guían a la alcaldesa en esta pasión por el universo botánico. No sólo son textos sobre cuidados, sino también sobre diseño, qué planta combina mejor con otra, cuál flor convive mejor al lado de una planta comestible, cuánto tiempo durará cada floración, por ejemplo.
Uno de sus autores favoritos es el arquitecto del paisaje John Brookes (murió el año pasado), autor de "The book of garden design". "Seguí las instrucciones de él para idear el jardín de Las Brisas. Porque diseñar un jardin no es llegar y poner plantas al lado de otras. Brookes enseña, por ejemplo, que el jardín no sólo sea lindo, sino funcional a lo que quieres. Uno aprende cómo superponer círculos con rectángulos y otras formas geométricas gratas para el ojo. Otro libro que leo mucho es este que me regaló mi mamá (Elda Fornet) en 1989, es una enciclopedia de lo que requiere cada planta, cómo brotan, requerimientos de agua y luz, si necesita tierra ácida o alcalina, cómo podar, etcétera".