La locación era perfecta: el restaurante italiano favorito de la modelo Trinidad de la Noi (21), Pastamore. ¿La
compañía? También soñada: su pololo desde hace dos años y medio, el ingeniero industrial Cristóbal González (24).
Tras degustar varios platos, anoche
la rubia quiso esquivar el postre, pero
su pareja insistió. Pidió un brownie
con helado. Y sorpresa: venía con
una pregunta incluida escrita en inglés: "Will you marry me?" ("¿Te
casarías conmigo?"). Todos los comensales terminaron aplaudiendo.
Media hora después de la propuesta, Trinidad de la Noi contesta el teléfono para confirmar la noticia: "Me
pidieron matrimonio y dije que sí altro.
Estoy demasiado feliz, él es el hombre de
mi vida".
¿Cómo sabe que es el amor de su vida?
Estoy 100% segura. Ese dicho "cuando tú
sabes, lo sabes" es muy real, sé que es el
hombre de mi vida, si no no hubiera dicho
que sí. Nunca hemos tenido una pelea seria
ni hemos estado cerca de terminar.
¿Esperaba que le propusiera matrimonio?
No me lo esperaba, pero nos vamos juntos a vivir a Nueva York el domingo. Yo me
voy a trabajar como modelo a una agencia
para internacionalizar mi carrera y él a hacer
un magíster en ingeniería financiera. Nos vamos por un año y medio pero voy a estar volviendo cada dos meses porque tengo ene
pega acá. Arrendamos algo por un mes en
Manhattan y cuando lleguemos allá vamos a
buscar algo más definitivo.
¿Ya vivían juntos en Chile?
No, no vivíamos juntos, pero estábamos
todos los días pegados, 24/7, no teníamos
una relación de niñitos que se ven un par de
veces a la semana.
¿Le entregó un anillo?
Sí, y es maravilloso, de platino con diamantes. Es el anillo de mis sueños.
¿Sospechó algo?
Noté que (Cristóbal) estaba muy regalón
aunque él siempre ha sido muy regalón conmigo. Lo vi nervioso, pero lo asocié con el
viaje.
¿Está segura de casarse a los veintitantos?
Es que yo vivo una vida de adulta hace
mucho tiempo, yo trabajo hace más de seis
años, entonces no vivo la vida de una persona de 21 años, no vivo a misma vida que viven mis amigas. Yo me mantengo, tengo mi
plata. Por lo que me ha tocado vivir estoy
adelantada a mi edad. Partí trabajando a los
14 años y viajando muy chica. No estoy en la
universidad como mis amigas que están recién en tercer año y no tienen un sueldo para
mantenerse solas. No es que me identifique
mucho con mi edad.