Viernes 13 de enero de 2017. Una bomba
explotó en la casa de entonces presidente
del directorio de Codelco, el economista Óscar Landerretche. Sus agresores dejaron un
paquete afuera de su residencia, ubicada en La
Rema. En el lugar se encontraba, además de él,
su hija y una persona encargada de hacer las tareas domésticas. Landerretche quedó con quemaduras en su antebrazo y tórax. Las esquirlas
atravesaron murallas y ventanas del hogar. El
ataque fue adjudicado por un supuesto grupo
llamado ITS, Individualistas Tendiendo a lo Salvaje. Así lo recuerda:
"Casi muere mi hija. Fue una granada casera
que disparaba esquirlas. Diez pernos que salieron disparados como balas de calibre 22. Se activó cuando lo abrí, parecía un vino. Los pernos no
pegaron ni a mi hija ni a la señora que trabajaba
en mi casa. Quedaron los hoyos en mi hogar, Y
que no haya llegado a nada es frustrante", dice.
Landerretche cuenta que quisieron vengarse de él por las políticas que comenzó a realizar en Codelco, cuando asumió como presidente de la cuprífera. Por eso, antes de referirse al atentado, contextualiza o polémico que llegó a ser su trabajo en la principal empresa del Estado.
¿Cómo evalúa su administración en Codelco?
Cuando asumí como presidente, la empresa tenía una crisis muy severa. En síntesis, eran tres elementos que dañaban su desempeño.
El primer punto, y más grave: Codelco estaba atrasada con sus inversiones para seguir produciendo. Eso significaba que, si no se aceleraba el paso, la producción de Codelco iba a caer violentamente. El problema radicaba en que los gobiernos de la Concertación y de Piñera no invirtieron. Le sacaron toda la plata posible para sus políticas sociales, pero sin reinvertir. Entonces toda la inversión que se había hecho, se hizo con deudas.
El segundo punto: Codelco estaba sobre endeudado.
Y el tercer punto: hubo un aumento de malas prácticas, como el convertirse en caja pagadora para favores políticos. Era un cóctel letal. La misión era arreglar esto.
¿A qué se refiere con caja pagadora en la política?
Codelco no estaba funcionando como empresa, sino como una caja pagadora para campañas políticas. Realicé algunas medidas totalmente chiítas para evitar esto. Implementé un sistema interno en Codelco en el que me obligaba a mi, a los directores y ejecutivos a reportar y dejar registros de cualquier solicitud de contrato o despido. Esas medidas me trajeron muchos conflictos con la política.
¿Puede dar un ejemplo de cómo esto le trajo problemas con los políticos en su administración en Codelco?
Me llamaban y me decían: Óscar, necesito que contrates a estas cuatro personas en Codelco. Eso ocurría todo el tiempo y yo les decía que no. Que tenía una regla interna en la que debía dejar un acta informando lo que me pedían. Te doy la oportunidad de retirar tu solicitud, les planteaba. La mayoría se retractaba y me decía que yo era un maricón y que no entendía cómo funcionaba la política. Otros me decían: no importa pon eso en el acta. Esto es un punto importante, ¿sabes por qué?, porque la ciudadanía tiene que entender que cuando se exige que las personas que tienen puesto públicos se comporten de manera ética y limpia, está pidiendo cosas que traen costos. Es difícil. A mi me hicieron un atentado, casi me mataron y a mi hija. La gente tiene que apoyar a los que se la juegan y realizan buenas prácticas por enfrentar la corrupción. Si no se apoya, estamos condenados a que las instituciones sigan fallando.
¿Relaciona el atentando en su contra con su administración en Codelco?
¿Qué otra razón sería? ... Hagamos un atentado a un profesor que enseña economía política en la FEN (Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile). Obviamente fue por Codelco.
¿Habla de una causa política?
En el mismo comunicado, el grupo que se adjudicó el atentado dijo que eran causas políticas. Lo que no les creía eran las razones que ellos daban de que estaban defendiendo a la madre Tierra. Todavía pienso que fueron sicarios a los que se les pidió vengarse de mi.
¿Y en qué quedó?
En nada porque tenemos instituciones disfuncionales en Chile. Hemos visto que hay corrupción y tráfico de influencias en todas las instituciones: Carabineros y Fiscalía, por dar dos ejemplos. Entonces las instituciones no están haciendo la pega. Están concentradas en otras cosas.
¿Le molesta que no haya llegado a nada la investigación?
Me molesta. Es frustrante. A uno lo ponen en un cargo político. Trata de hacerlo bien, no importa, me voy a llenar de enemigos. Pero pasa algo así y da lo mismo. Uno ve en la actualidad cómo los fiscales están peleados entre ellos y uno piensa que la razón por la que no lograron dar con los sujetos que trataron de asesinarme o porque no apresan a los narcos en las poblaciones es porque están inmersos en la corrupción, hay clientelismo y operan de manera disfuncional.
¿Cambió su manera de ser?
Como familia fue muy difícil. Afectó a mis hijos. Imagina a una niña chica preguntando qué pasó. Nos costó mucho tiempo enfrentarlo y explicarles lo que ocurrió. Tuvimos ayuda, contratamos a especialistas. Mi hija trataba de racionalizar lo que ocurrió diciendo que se habían equivocado en mandarle una bomba al papá. Yo creo que ahora estamos bien.
¿Pero ahora quiere incursionar en la política y pueden seguir ocurriendo cosas así, o no?
Si lo hago, voy a tomar medidas de seguridad que antes yo no consideraba. Cuando comencé en Codelco me iba en bicicleta al trabajo. Creía que vivía en un país civilizado. Lo que me mostró ese atentado era que no somos tan civilizados.
¿Qué opina acerca de la bomba que explotó en una comisaria de Huechuraba?
En estas situaciones es importante el rol de los líderes politicos. Si seguimos premiando y promoviendo liderazgos basados en el insulto y la descalificación del otro, en la relativización del uso de la violencia, lo que hacemos es generar un país donde quienes gobiernan validan, a veces implícitamente, la violencia. Aparecen grupos que piensan: Si los líderes políticos se deshumanizan entre ellos, si se atacan y se insulta, ¿por qué no llevamos esto al siguiente nivel? Cuando ocurrió el atentado en mi hogar encargué ayuda profesional internacional para analizar la naturaleza de la amenaza. La mirada de esos analistas, que se dedican a esto en muchos lugares del mundo, era demoledora: Chile, en inteligencia, parece estar en pelotas.
Landerretche cuenta que quisieron vengarse de él por las políticas que comenzó a realizar en Codelco, cuando asumió como presidente de la cuprífera. Por eso, antes de referirse al atentado, contextualiza o polémico que llegó a ser su trabajo en la principal empresa del Estado.
¿Cómo evalúa su administración en Codelco?
Cuando asumí como presidente, la empresa tenía una crisis muy severa. En síntesis, eran tres elementos que dañaban su desempeño.
El primer punto, y más grave: Codelco estaba atrasada con sus inversiones para seguir produciendo. Eso significaba que, si no se aceleraba el paso, la producción de Codelco iba a caer violentamente. El problema radicaba en que los gobiernos de la Concertación y de Piñera no invirtieron. Le sacaron toda la plata posible para sus políticas sociales, pero sin reinvertir. Entonces toda la inversión que se había hecho, se hizo con deudas.
El segundo punto: Codelco estaba sobre endeudado.
Y el tercer punto: hubo un aumento de malas prácticas, como el convertirse en caja pagadora para favores políticos. Era un cóctel letal. La misión era arreglar esto.
¿A qué se refiere con caja pagadora en la política?
Codelco no estaba funcionando como empresa, sino como una caja pagadora para campañas políticas. Realicé algunas medidas totalmente chiítas para evitar esto. Implementé un sistema interno en Codelco en el que me obligaba a mi, a los directores y ejecutivos a reportar y dejar registros de cualquier solicitud de contrato o despido. Esas medidas me trajeron muchos conflictos con la política.
¿Puede dar un ejemplo de cómo esto le trajo problemas con los políticos en su administración en Codelco?
Me llamaban y me decían: Óscar, necesito que contrates a estas cuatro personas en Codelco. Eso ocurría todo el tiempo y yo les decía que no. Que tenía una regla interna en la que debía dejar un acta informando lo que me pedían. Te doy la oportunidad de retirar tu solicitud, les planteaba. La mayoría se retractaba y me decía que yo era un maricón y que no entendía cómo funcionaba la política. Otros me decían: no importa pon eso en el acta. Esto es un punto importante, ¿sabes por qué?, porque la ciudadanía tiene que entender que cuando se exige que las personas que tienen puesto públicos se comporten de manera ética y limpia, está pidiendo cosas que traen costos. Es difícil. A mi me hicieron un atentado, casi me mataron y a mi hija. La gente tiene que apoyar a los que se la juegan y realizan buenas prácticas por enfrentar la corrupción. Si no se apoya, estamos condenados a que las instituciones sigan fallando.
¿Relaciona el atentando en su contra con su administración en Codelco?
¿Qué otra razón sería? ... Hagamos un atentado a un profesor que enseña economía política en la FEN (Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile). Obviamente fue por Codelco.
¿Habla de una causa política?
En el mismo comunicado, el grupo que se adjudicó el atentado dijo que eran causas políticas. Lo que no les creía eran las razones que ellos daban de que estaban defendiendo a la madre Tierra. Todavía pienso que fueron sicarios a los que se les pidió vengarse de mi.
¿Y en qué quedó?
En nada porque tenemos instituciones disfuncionales en Chile. Hemos visto que hay corrupción y tráfico de influencias en todas las instituciones: Carabineros y Fiscalía, por dar dos ejemplos. Entonces las instituciones no están haciendo la pega. Están concentradas en otras cosas.
¿Le molesta que no haya llegado a nada la investigación?
Me molesta. Es frustrante. A uno lo ponen en un cargo político. Trata de hacerlo bien, no importa, me voy a llenar de enemigos. Pero pasa algo así y da lo mismo. Uno ve en la actualidad cómo los fiscales están peleados entre ellos y uno piensa que la razón por la que no lograron dar con los sujetos que trataron de asesinarme o porque no apresan a los narcos en las poblaciones es porque están inmersos en la corrupción, hay clientelismo y operan de manera disfuncional.
¿Cambió su manera de ser?
Como familia fue muy difícil. Afectó a mis hijos. Imagina a una niña chica preguntando qué pasó. Nos costó mucho tiempo enfrentarlo y explicarles lo que ocurrió. Tuvimos ayuda, contratamos a especialistas. Mi hija trataba de racionalizar lo que ocurrió diciendo que se habían equivocado en mandarle una bomba al papá. Yo creo que ahora estamos bien.
¿Pero ahora quiere incursionar en la política y pueden seguir ocurriendo cosas así, o no?
Si lo hago, voy a tomar medidas de seguridad que antes yo no consideraba. Cuando comencé en Codelco me iba en bicicleta al trabajo. Creía que vivía en un país civilizado. Lo que me mostró ese atentado era que no somos tan civilizados.
¿Qué opina acerca de la bomba que explotó en una comisaria de Huechuraba?
En estas situaciones es importante el rol de los líderes politicos. Si seguimos premiando y promoviendo liderazgos basados en el insulto y la descalificación del otro, en la relativización del uso de la violencia, lo que hacemos es generar un país donde quienes gobiernan validan, a veces implícitamente, la violencia. Aparecen grupos que piensan: Si los líderes políticos se deshumanizan entre ellos, si se atacan y se insulta, ¿por qué no llevamos esto al siguiente nivel? Cuando ocurrió el atentado en mi hogar encargué ayuda profesional internacional para analizar la naturaleza de la amenaza. La mirada de esos analistas, que se dedican a esto en muchos lugares del mundo, era demoledora: Chile, en inteligencia, parece estar en pelotas.