-->

Escribe y presiona enter

On
El curioso caso de la señora Carmen, la rampa y su vecina
La señora Carmen Raffernau, de 72 años, estuvo por años presa en su propia casa. Antes de construir una rampa afuera de su hogar, en la población Santa Inés de Viña del Mar, sus vecinos la tomaban en brazos para sacarla a la vereda. De nada le servían los bastones o la silla de ruedas que necesita para moverse. Los dos escalones que tenía en la entrada eran las rejas de su cárcel privada.

Carmen padece muchas dolencias: la enfermedad de Pott (más conocida como tuberculosis vertebral), artrosis en la rodilla derecha, diabetes y tuvo desprendimiento de retina en ambos ojos. Hace dos años, además, se fracturó la cadera tras una fuerte caida en su casa. Todo ese historial médico la obligó a sacar un carnet que la acredita como discapacitada.

A mediados del año pasado, una vecina le compró varios materiales para hacer una rampa en la entrada de su casa. Un hijo de Carmen, que vive en Rancagua, ofició de maestro y la construyó ocupando más de la mitad de la vereda. Todo bien salvo dos detalles: no esperó la autorización de la Dirección de Obras Municipales ni presentó formalmente el proyecto de construcción. Grave error.

El reclamo

Meses después, en noviembre, Carmen recibió una notificación del Tercer Juzgado de Policía Local de Viña. Una vecina -desconocida hasta esa fecha y que vive a dos cuadras- encontró injusto que se obstruyera el libre tránsito de los peatones y la denunció ante la Dirección de Obras Municipales. El tribunal le ordenó demoler la rampa por construirla sin autorización en un bien de uso público.

Ella se negó y, a principio de este año, el tribunal la multó con una infracición de 5 UTM ($245.655, a valor actual). Carmen dice que no puede pagar tal cantidad de dinero.

"No voy a destruir la rampa -agrega-. Debería convertirme en un conejo para vivir en mi casa: saltar para entrar y saltar para bajar a la vereda. O peor aun: que me vuelvan a tomar en brazos para salir o entrar de mi hogar. Sin la rampa, ¿cómo salgo de mi casa?".

El caso de Carmen empeoró todavía más este viernes, poco después de las 16 horas, cuando en la puerta de su casa aparecieron dos carabineros, en sendas motos, para arrestarla. El juzgado acusó rebeldía por el no pago de la infracción y le ordenó dormir por 15 noches seguidas en un retén policial de Valparaíso.

"El carabinero que habló conmigo no lo podía creer. Fue súper amoroso. No podía entender que me tenía que llevar presa. Me dio una prórroga hasta este martes para solucionar todo con el juez. Habría sido chistoso que a los 72 años me hubiesen llevado en moto al retén. Tendría que usar casco, eso sí" , bromea.

Este lunes, a un día de que comenzara la reclusión nocturna de Carmen, Paulina Vidal, directora de la Dirección de Desarrollo Comunitario (Dideco) de Viña del Mar, le solicitó al juez Omer Viñales Sorich dejar sin efecto la orden de arresto y la multa. El magastrado aceptó en horas de la tarde.

La directora de Dideco explica que el paso siguiente es regularizar la rampa. Para eso, dice, se elevará una carta a la alcadesa para pedir formalmente la ocupación de la vereda. En paralelo, se presentará el proyecto de la rampa a a Dirección de Obras para que sea aprobada y cumpla con la normativa vigente.

El urbanista Julio Nazar, académico de la Universidad del Desarrollo, comenta que este caso es muy interesante para estudiarlo, y por una razón muy sencilla: "Mezcla el problema de una persona que requiere solucionar la accesibilidad universal a su propiedad con el bien común de quienes transitan por una vía que ve restringida su capacidad física".

Click para comentar