Cecilia Parra cuenta que ha visto de todo. Letras extremadamente pixeleadas, direcciones
inexistentes y hasta firmas digitales falsas. Pero uno de los errores
que tenían tres de las revisiones técnicas que recibió durante los últimos diez
días, dice la directora del
Departamento de Tránsito
de la comuna de San Javier, es incuestionable.
"Con solo leer los certificados nos dimos cuenta
de que estaban adulterados", relata.
Código QR. A la derecha del certificado de revisión técnica, destaca Parra, debe haber un códgo QR que almacena datos codificados. Este tipo de certificados, dice, guarda la información técnica del vehículo y redirecciona a una página web que lo corrobora. "Con una aplicación es posible corroborar los códigos QR. Se escanean con el celular. Estos códigos reflejaban un error. Nosotros hicimos esa verificación antes de llamar a la Planta de Revisión Técnica, donde finalmente nos confirmaron que ellos no habían emitido los certificados", describe Parra.
Al hacer el ejercicio y escanear el código QR de la imagen, nuevamente aparece aquel incuestionable error ortográfico. Esta vez, la consonante "b" le quita el lugar a la "v" en la palabra revisión. Pero no es lo único, el hacedor de certificados falsos también olvidó poner el tilde a la palabra técnica.
Color. Un segundo documento, que corresponde a los datos del propietario del vehículo, asegura Parra, también tenía un error. Sin embargo, aquel descuido es solo evidente para un experto en revisiones técnicas. "El color era distinto, pero eso lo sabemos nosotros en el Departamento de Tránsito porque estamos acostumbrados a ver revisiones técnicas para entregar los permisos de circulación. Es difícil que lo detecte una persona que no tiene contacto con estos documentos", dice Parra.
Ese documento que menciona la directora del Departamento de Tránsito de San Javier lleva impreso en su centro las consonantes "p", "r", "t". Todas esas letras juntas corresponden a la abreviación de Planta de Revisión Técnica y están escrito con minúscula. En el certificado original, ese que llega por correo electrónico, esas letras están puestas en una tonalidad roja y uniforme, sin pixeles y con trazos totalmente parejos en cuanto a su tonalidad.
Pese a que el certificado puede presentarse en blanco y negro, dice Parra, los impresos falsificados tenían un notorio pixeleado en las consonantes. Incluso, menciona, llega a verse algo borroso debido a la distancia entre cada píxel. Parra dice que cuando ocurren casos de falsificación de certificados, desde la municipalidad entregan los antecedentes al Ministerio Público. "Es una falsificación de instrumento público", finaliza.
La doctora en Filosofía Kemy Oyarzún Vaccaro ríe con cierto nerviosismo al enterarse del error ortográfico, pero lo comprende. "La gente cada vez lee menos, estamos en la era de abreviar palabras y donde la ortografía es lo de menos", destaca la académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile. Agrega que además de la falta de lectura, a los latinoamericanos se les suma la no diferenciación de la "s" y la "c" en cuanto a su pronunciación. "Para nosotros es más difícil diferenciar qué palabra se escribe con qué letra por un tema de pronunciación. En el castellano originario la letra c , si está entre las vocales e o i se pronuncia como una zeta", enseña la especialista en literatura.
Los tres errores
Ortografía. Parra describe que el más evidente es la falta de ortografía que tiene la palabra revisión en el título. Asegura que ningún certificado público puede tener errores ortográficos -en este caso el entregado por una Planta de Revisión Técnica- porque utilizan un prototipo al que solo se le cambian los datos del vehículo. "Acá la palabra revisión está escrita incorrectamente con c", lamenta la directora.Código QR. A la derecha del certificado de revisión técnica, destaca Parra, debe haber un códgo QR que almacena datos codificados. Este tipo de certificados, dice, guarda la información técnica del vehículo y redirecciona a una página web que lo corrobora. "Con una aplicación es posible corroborar los códigos QR. Se escanean con el celular. Estos códigos reflejaban un error. Nosotros hicimos esa verificación antes de llamar a la Planta de Revisión Técnica, donde finalmente nos confirmaron que ellos no habían emitido los certificados", describe Parra.
Al hacer el ejercicio y escanear el código QR de la imagen, nuevamente aparece aquel incuestionable error ortográfico. Esta vez, la consonante "b" le quita el lugar a la "v" en la palabra revisión. Pero no es lo único, el hacedor de certificados falsos también olvidó poner el tilde a la palabra técnica.
Color. Un segundo documento, que corresponde a los datos del propietario del vehículo, asegura Parra, también tenía un error. Sin embargo, aquel descuido es solo evidente para un experto en revisiones técnicas. "El color era distinto, pero eso lo sabemos nosotros en el Departamento de Tránsito porque estamos acostumbrados a ver revisiones técnicas para entregar los permisos de circulación. Es difícil que lo detecte una persona que no tiene contacto con estos documentos", dice Parra.
Ese documento que menciona la directora del Departamento de Tránsito de San Javier lleva impreso en su centro las consonantes "p", "r", "t". Todas esas letras juntas corresponden a la abreviación de Planta de Revisión Técnica y están escrito con minúscula. En el certificado original, ese que llega por correo electrónico, esas letras están puestas en una tonalidad roja y uniforme, sin pixeles y con trazos totalmente parejos en cuanto a su tonalidad.
Pese a que el certificado puede presentarse en blanco y negro, dice Parra, los impresos falsificados tenían un notorio pixeleado en las consonantes. Incluso, menciona, llega a verse algo borroso debido a la distancia entre cada píxel. Parra dice que cuando ocurren casos de falsificación de certificados, desde la municipalidad entregan los antecedentes al Ministerio Público. "Es una falsificación de instrumento público", finaliza.
La doctora en Filosofía Kemy Oyarzún Vaccaro ríe con cierto nerviosismo al enterarse del error ortográfico, pero lo comprende. "La gente cada vez lee menos, estamos en la era de abreviar palabras y donde la ortografía es lo de menos", destaca la académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile. Agrega que además de la falta de lectura, a los latinoamericanos se les suma la no diferenciación de la "s" y la "c" en cuanto a su pronunciación. "Para nosotros es más difícil diferenciar qué palabra se escribe con qué letra por un tema de pronunciación. En el castellano originario la letra c , si está entre las vocales e o i se pronuncia como una zeta", enseña la especialista en literatura.