A dos meses del inicio de las aglomeraciones de ciudadanos venezolanos en las inmediaciones del consulado chileno en Tacna, para solicitar visas que les permitan ingresar a Chile, la jornada de ayer fue una de las más agitadas en el céntrico barrio donde funciona la legación diplomática.
Ahí, más de un centenar de inmigrantes —algunos instalados desde fines de junio pasado— reaccionaron con asombro, y luego con incredulidad y molestia, ante un nuevo documento que se les está exigiendo: un certificado de movimientos migratorios, apostillado (timbres especiales), el que solo puede ser tramitado en el Servicio de Migraciones del Perú.
Y a lo anterior se sumó que, luego de iniciar las gestiones para obtenerlo, se encontraron con el inconveniente de que durante los próximos 15 días el documento no será entregado en Tacna, debido al cierre de la oficina del Servicio de Migraciones en Tacna por la remodelación del edificio. La ciudad más cercana para tramitarlo es el puerto de Ilo, ubicado a 120 km al norte de Tacna, a dos horas de viaje.
“Nos faltan el respeto. A estas alturas ya casi prefiero que nos digan que no nos van a dejar ingresar a Chile, que no tendríamos lugar. Nos hemos gastado todos nuestros ahorros para viajar desde Venezuela. Acá nos han tenido que ayudar con alimentos y carpas para mantenernos, y casi no podemos trabajar para poder mantenernos, porque tenemos que estar pendientes por si nos llaman”, planteó Kelvin Finol (26).
Los inmigrantes también reclamaron que el costo del documento apostillado bordea los US$ 20 ($14.240).
Sin embargo, esta exigencia no fue la única novedad. Al revisar sus celulares, algunos venezolanos recibieron ayer este tipo de mensajes: “Su solicitud no ha sido acogida a tramitación”, “solicitud cerrada por no cumplir con los requisitos mínimos” o “faltó adjuntar certificado o documento que acredita que no es residente en Perú”.
También: “No adjunta certificado de viajes ni acredita residencia” y otros más breves: “Tipo de solicitud: Visa. Estado solicitud: Cerrado”.
El final de los mensajes era común para todos: “Atentamente. Tacna, consulado general”.
Esto provocó que un numeroso grupo de inmigrantes —compuesto por menores de edad y adultos— se agolpara en el acceso de la legación diplomática, que es resguardada por la Policía Nacional del Perú. Los reclamos se mezclaron con la entonación del himno nacional venezolano.
Desde el sábado pasado las solicitudes de tramitación de visas fueron trasladadas al consulado chileno en Lima, más de 1.200 km al norte, pero cientos de venezolanos que iniciaron sus trámites en Tacna, con anterioridad al sábado pasado, se mantuvieron en la ciudad a la espera de concluir su trámite. Anoche, se mantenía la protesta y otro grupo se dirigió al sector en donde están las carpas en las que pernoctan —a pocos metros del acceso al consulado— para discutir los pasos a seguir.
Según un balance de ONG locales y agrupaciones de venezolanos en Tacna, hasta la semana pasada había 83 familias en igual número de carpas, con unas 250 personas instaladas en ellas, además de otras 96 personas en albergues.
Ayer se informó que esa cantidad bajó a 169 personas —77 hombres, 47 mujeres y 45 niños— distribuidos en 60 carpas, en una cuadra de la calle Gregorio Albarracín, junto a la estación del tren Arica-Tacna. Otros 90 venezolanos permanecen en albergues.
FRONTERA
Policías de Chile y Perú reforzaron la vigilancia ante posible alza en cruces ilegales.
Ahí, más de un centenar de inmigrantes —algunos instalados desde fines de junio pasado— reaccionaron con asombro, y luego con incredulidad y molestia, ante un nuevo documento que se les está exigiendo: un certificado de movimientos migratorios, apostillado (timbres especiales), el que solo puede ser tramitado en el Servicio de Migraciones del Perú.
Y a lo anterior se sumó que, luego de iniciar las gestiones para obtenerlo, se encontraron con el inconveniente de que durante los próximos 15 días el documento no será entregado en Tacna, debido al cierre de la oficina del Servicio de Migraciones en Tacna por la remodelación del edificio. La ciudad más cercana para tramitarlo es el puerto de Ilo, ubicado a 120 km al norte de Tacna, a dos horas de viaje.
“Nos faltan el respeto. A estas alturas ya casi prefiero que nos digan que no nos van a dejar ingresar a Chile, que no tendríamos lugar. Nos hemos gastado todos nuestros ahorros para viajar desde Venezuela. Acá nos han tenido que ayudar con alimentos y carpas para mantenernos, y casi no podemos trabajar para poder mantenernos, porque tenemos que estar pendientes por si nos llaman”, planteó Kelvin Finol (26).
Los inmigrantes también reclamaron que el costo del documento apostillado bordea los US$ 20 ($14.240).
Sin embargo, esta exigencia no fue la única novedad. Al revisar sus celulares, algunos venezolanos recibieron ayer este tipo de mensajes: “Su solicitud no ha sido acogida a tramitación”, “solicitud cerrada por no cumplir con los requisitos mínimos” o “faltó adjuntar certificado o documento que acredita que no es residente en Perú”.
También: “No adjunta certificado de viajes ni acredita residencia” y otros más breves: “Tipo de solicitud: Visa. Estado solicitud: Cerrado”.
El final de los mensajes era común para todos: “Atentamente. Tacna, consulado general”.
Esto provocó que un numeroso grupo de inmigrantes —compuesto por menores de edad y adultos— se agolpara en el acceso de la legación diplomática, que es resguardada por la Policía Nacional del Perú. Los reclamos se mezclaron con la entonación del himno nacional venezolano.
Desde el sábado pasado las solicitudes de tramitación de visas fueron trasladadas al consulado chileno en Lima, más de 1.200 km al norte, pero cientos de venezolanos que iniciaron sus trámites en Tacna, con anterioridad al sábado pasado, se mantuvieron en la ciudad a la espera de concluir su trámite. Anoche, se mantenía la protesta y otro grupo se dirigió al sector en donde están las carpas en las que pernoctan —a pocos metros del acceso al consulado— para discutir los pasos a seguir.
Según un balance de ONG locales y agrupaciones de venezolanos en Tacna, hasta la semana pasada había 83 familias en igual número de carpas, con unas 250 personas instaladas en ellas, además de otras 96 personas en albergues.
Ayer se informó que esa cantidad bajó a 169 personas —77 hombres, 47 mujeres y 45 niños— distribuidos en 60 carpas, en una cuadra de la calle Gregorio Albarracín, junto a la estación del tren Arica-Tacna. Otros 90 venezolanos permanecen en albergues.
FRONTERA
Policías de Chile y Perú reforzaron la vigilancia ante posible alza en cruces ilegales.