A los cinco años, e impulsada por su madre, Constanza Hernández entro a la escuela de básquetbol de Sportiva Italiana. Once años han pasado desde que pisó por primera vez dicho parquet, y hoy sus sueños no tienen límites.
La alero nacida en el cerro La Cruz de Valparaíso es la única porteña en la selección nacional sub 16 que consiguió este año una histórica clasificación al Mundial sub 17 de Rumania, que se disputará en 2020.
"El origen de mi afición por este deporte es mi madre, que también jugaba. Ella defendía a Gimnástico y fue preseleccionada nacional, me apoyó siempre en el deporte y me empezó a gustar mucho", explica la integrante de las "Huasitas", quien recuerda que su padre también jugó básquetbol en Español de Talca.
Sus primeros pasos los dio en equipos mixtos del club itálico donde jugaba al lado de Ty Jones, también seleccionado nacional sub 16.
"Siempre competí con niñas más grandes, pero todas las chicas me apoyaban, así que no me molestaba. Cuando era menor, siempre fui más alta que el resto, por lo que me mandaban a competir con las otras categorías porque sobresalía. Eso me ayudó mucho", explica la basquetbolista, quien añade que "cuando era más chica jugaba más de pívot, pero después en mi club mientras las otras subían de categoría, yo me quedaba en la de más abajo, así que tenía que jugar de todo, así me desarrollé en todas las posiciones, pero me gustó más ser alero y seguí en ese puesto".
Hernández recibió su primer llamado a la selección nacional en 2014, para la sub 14. Estuvo en todas las concentraciones, pero finalmente no quedó en la nómina final. Le pasó lo mismo al año siguiente, pero en la sub 16 la cosa cambió.
- ¿Cómo asume la responsabilidad de representar al país en un Mundial?
- Es una responsabilidad muy grande. Como todas mis compañeras ya han jugado Sudamericanos o Premundiales, jugaban más tranquilas que yo, porque tenían la experiencia de representar a Chile en campeonatos internacionales, en cambio para mí era la primera vez. Estaba muy nerviosa, pero después agarré confianza, y al final salió todo bien.
- Esa confianza que adquirió, ¿se originó en los buenos resultados o es un proceso interno suyo?
- Yo creo que se debe al trabajo del grupo, las chicas se daban cuenta que yo estaba nerviosa, que todavía no agarraba confianza cuando entraba a la cancha, y me decían "dale Coni". Además el sicólogo del equipo nos hablaba por WhatsApp y decía que nos teníamos que soltar. También recibí ayuda de mis papás y de mi entrenador. Toda mi familia me acompañó a Aysén, y verlos en la galería ya significaba un apoyo.
- ¿En qué momento sintió que podían clasificar al Mundial?
- Desde el minuto uno, cuando empezamos a entrenar, nuestro objetivo era llegar al Mundial. Después de pasar todo el proceso, nos propusimos ganar todos los partidos que quedaban y en los entrenamientos decíamos que jugando bien lo íbamos a lograr.
- Después del Mundial hay una mayor exposición de ustedes, ¿cómo las miran ahora?
- Creo que nos miran como un referente, porque hace años que nadie había podido clasificar a un Mundial.
- ¿Siente que en términos individuales ha recibido una valoración mayor?
- Creo que he recibido mucho apoyo, me miran como una seleccionada nacional, creo que para mis compañeras debe ser inspirador entrenar conmigo. En el colegio también se han portado bien, mis profesores me ayudan, me preguntan cuándo me voy de nuevo a competir. No pude cerrar el primer semestre pero estoy dando pruebas pendientes.
- Después de más de 10 años en Sportiva Italiana, se cambió a New Crusaders. ¿Qué pasó?
- Fue una decisión absolutamente personal, la verdad es que quería mejorar mi juego individual en otro equipo. Pienso que en mi nuevo club recibo más facilidades para jugar, en el New Crusaders voy a tener minutos en el equipo adulto, con niñas que son muy buenas. También influye la presencia del técnico Manuel Toledo, que me conoce desde chica y me apoya mucho, siempre quiere lo mejor para mí.
- ¿Qué opina de los constantes cambios de equipo que se dan en las jugadoras del básquetbol nacional?
- Yo creo que los cambios de equipo se dan principalmente porque las jugadoras quieren mejorar deportivamente. Yo siempre estaré donde me sienta más cómoda.
- Usted es la única porteña en la selección sub 16, ¿cómo lo toma?
- Desde chica he representado a Valparaíso en selecciones de la asociación, por eso me siento súper bien representando a mi ciudad, orgullosa. Me encanta jugar por Valparaíso, me siento apoyada, además Manuel Toledo también es mi entrenador en la selección. Yo nací aquí, soy porteña de tomo y locmo, ahora vivo en Curauma, pero soy de la punta del cerro, del cerro La Cruz. Me han ofrecido irme a Santiago, pero no quiero, no quiero traicionar a Valparaíso. Cuando jugamos con Santiago es un clásico, igual que con Viña, que antes nos daba una paliza, pero ahora la idea es que les duela cuando les ganamos.
- ¿Y ha tenido acercamiento con otros deportes?
- Nada, sólo con el básquetbol, en mi casa no se habla ni de fútbol. Si hubiera que apoyar a un equipo sería al Wanderers.
- ¿Sus hermanos también juegan?
-Tengo dos hermanos, Bruno y Mateo, de 8 y 5 años. El de 8 juega en Sportiva Italiana y el más chico todavía no.
- ¿Cuáles son sus proyectos a nivel personal'
- Si me abren las puertas para jugar básquetbol toda mi vida, digo que sí. Y si no se puede, estudiar en la universidad. Me gusta la arquitectura y el diseño gráfico.
- ¿Está dispuesta a recorrer el mundo jugando como otras jugadoras nacionales?, tales como Ziomara Morrison o Tatiana Gómez.
- Me atrae esa vida, conocer el mundo, jugar con equipos de otras partes, estar en distintas ligas, obtener experiencia por todos lados. Sí, me gustaría. Ya algo de experiencia tengo, porque a los 14 años me fui a un campus de básquetbol a Miami y estuve 10 días sola. Llegar a la WNBA sería un sueño, pero es muy difícil, no creo. Si me abren las puertas en algún lado no la pienso dos veces, me voy. En las "Huasitas", por ejemplo, la Fernanda Ovalle se fue a estudiar a Estados Unidos.
La alero nacida en el cerro La Cruz de Valparaíso es la única porteña en la selección nacional sub 16 que consiguió este año una histórica clasificación al Mundial sub 17 de Rumania, que se disputará en 2020.
"El origen de mi afición por este deporte es mi madre, que también jugaba. Ella defendía a Gimnástico y fue preseleccionada nacional, me apoyó siempre en el deporte y me empezó a gustar mucho", explica la integrante de las "Huasitas", quien recuerda que su padre también jugó básquetbol en Español de Talca.
Sus primeros pasos los dio en equipos mixtos del club itálico donde jugaba al lado de Ty Jones, también seleccionado nacional sub 16.
"Siempre competí con niñas más grandes, pero todas las chicas me apoyaban, así que no me molestaba. Cuando era menor, siempre fui más alta que el resto, por lo que me mandaban a competir con las otras categorías porque sobresalía. Eso me ayudó mucho", explica la basquetbolista, quien añade que "cuando era más chica jugaba más de pívot, pero después en mi club mientras las otras subían de categoría, yo me quedaba en la de más abajo, así que tenía que jugar de todo, así me desarrollé en todas las posiciones, pero me gustó más ser alero y seguí en ese puesto".
Hernández recibió su primer llamado a la selección nacional en 2014, para la sub 14. Estuvo en todas las concentraciones, pero finalmente no quedó en la nómina final. Le pasó lo mismo al año siguiente, pero en la sub 16 la cosa cambió.
- ¿Cómo asume la responsabilidad de representar al país en un Mundial?
- Es una responsabilidad muy grande. Como todas mis compañeras ya han jugado Sudamericanos o Premundiales, jugaban más tranquilas que yo, porque tenían la experiencia de representar a Chile en campeonatos internacionales, en cambio para mí era la primera vez. Estaba muy nerviosa, pero después agarré confianza, y al final salió todo bien.
- Esa confianza que adquirió, ¿se originó en los buenos resultados o es un proceso interno suyo?
- Yo creo que se debe al trabajo del grupo, las chicas se daban cuenta que yo estaba nerviosa, que todavía no agarraba confianza cuando entraba a la cancha, y me decían "dale Coni". Además el sicólogo del equipo nos hablaba por WhatsApp y decía que nos teníamos que soltar. También recibí ayuda de mis papás y de mi entrenador. Toda mi familia me acompañó a Aysén, y verlos en la galería ya significaba un apoyo.
- ¿En qué momento sintió que podían clasificar al Mundial?
- Desde el minuto uno, cuando empezamos a entrenar, nuestro objetivo era llegar al Mundial. Después de pasar todo el proceso, nos propusimos ganar todos los partidos que quedaban y en los entrenamientos decíamos que jugando bien lo íbamos a lograr.
- Después del Mundial hay una mayor exposición de ustedes, ¿cómo las miran ahora?
- Creo que nos miran como un referente, porque hace años que nadie había podido clasificar a un Mundial.
- ¿Siente que en términos individuales ha recibido una valoración mayor?
- Creo que he recibido mucho apoyo, me miran como una seleccionada nacional, creo que para mis compañeras debe ser inspirador entrenar conmigo. En el colegio también se han portado bien, mis profesores me ayudan, me preguntan cuándo me voy de nuevo a competir. No pude cerrar el primer semestre pero estoy dando pruebas pendientes.
- Después de más de 10 años en Sportiva Italiana, se cambió a New Crusaders. ¿Qué pasó?
- Fue una decisión absolutamente personal, la verdad es que quería mejorar mi juego individual en otro equipo. Pienso que en mi nuevo club recibo más facilidades para jugar, en el New Crusaders voy a tener minutos en el equipo adulto, con niñas que son muy buenas. También influye la presencia del técnico Manuel Toledo, que me conoce desde chica y me apoya mucho, siempre quiere lo mejor para mí.
- ¿Qué opina de los constantes cambios de equipo que se dan en las jugadoras del básquetbol nacional?
- Yo creo que los cambios de equipo se dan principalmente porque las jugadoras quieren mejorar deportivamente. Yo siempre estaré donde me sienta más cómoda.
- Usted es la única porteña en la selección sub 16, ¿cómo lo toma?
- Desde chica he representado a Valparaíso en selecciones de la asociación, por eso me siento súper bien representando a mi ciudad, orgullosa. Me encanta jugar por Valparaíso, me siento apoyada, además Manuel Toledo también es mi entrenador en la selección. Yo nací aquí, soy porteña de tomo y locmo, ahora vivo en Curauma, pero soy de la punta del cerro, del cerro La Cruz. Me han ofrecido irme a Santiago, pero no quiero, no quiero traicionar a Valparaíso. Cuando jugamos con Santiago es un clásico, igual que con Viña, que antes nos daba una paliza, pero ahora la idea es que les duela cuando les ganamos.
- ¿Y ha tenido acercamiento con otros deportes?
- Nada, sólo con el básquetbol, en mi casa no se habla ni de fútbol. Si hubiera que apoyar a un equipo sería al Wanderers.
- ¿Sus hermanos también juegan?
-Tengo dos hermanos, Bruno y Mateo, de 8 y 5 años. El de 8 juega en Sportiva Italiana y el más chico todavía no.
- ¿Cuáles son sus proyectos a nivel personal'
- Si me abren las puertas para jugar básquetbol toda mi vida, digo que sí. Y si no se puede, estudiar en la universidad. Me gusta la arquitectura y el diseño gráfico.
- ¿Está dispuesta a recorrer el mundo jugando como otras jugadoras nacionales?, tales como Ziomara Morrison o Tatiana Gómez.
- Me atrae esa vida, conocer el mundo, jugar con equipos de otras partes, estar en distintas ligas, obtener experiencia por todos lados. Sí, me gustaría. Ya algo de experiencia tengo, porque a los 14 años me fui a un campus de básquetbol a Miami y estuve 10 días sola. Llegar a la WNBA sería un sueño, pero es muy difícil, no creo. Si me abren las puertas en algún lado no la pienso dos veces, me voy. En las "Huasitas", por ejemplo, la Fernanda Ovalle se fue a estudiar a Estados Unidos.