El lunes 7 de octubre, el locutor
Patricio Frez llegó hasta el hospital Gustavo Fricke en Valparaíso por una hemorragia digestiva.
De ahí lo derivaron a la Clínica Valparaíso de Red Salud, donde fue sometido a un procedimiento quirúrgico
producto de una úlcera. La ex voz en
off del "Buenos días a todos", que sufre de cirrosis hepática criptogénica,
se realizó distintos exámenes el viernes, entre ellos un TAC (tomografía
computarizada). Ese mismo día un
gastroenterólogo le informó que sufre de cáncer al hígado, diagnóstico
que este jueves le confirmó un cirujano digestivo.
"Estoy como todo paciente que se encuentra con esta cuestión: uno nunca piensa que le va a dar cáncer. Yo vengo de familia con problemas cardíacos, soy hipertenso y siempre pensé que a cosa iba a ir por ahí", comenta primero el locutor.
"La gente no tiene que desesperarse cuando tiene una enfermedad. A mí me han pasado muchas cosas en la vida, esta es una de las cosas fuertes, pero no estoy asustado. Siempre hasta lo último que uno pueda respirar, hay esperanza", agrega Frez tras salir del doctor, donde fue acompañado por su señora. El objetivo médico, según cuenta él, es "achicar el tumor o extraerlo para hacer un trasplante (de hígado)" y la próxima semana definirá su tratamiento.
El locutor, que tiene un hermano que ya pasó por un trasplante de hígado, vive actualmente en Quilpué, trabaja en la radio local Énfasis y de vez en cuando tiene pitutos para animar eventos. Ahora, que por motivos médicos tendrá que viajar más seguido a Santiago, "obviamente me dan ganas de venirme para acá, pero qué hago, no hay pega. Tengo que estar allá (en Quilpué) tranquilo, donde tengo menos gastos. Por suerte tengo donde quedarme en Santiago porque están mis hermanos. Tengo una red de apoyo bastante grande", señala. Y con cierta indignación apunta que "lamentablemente los mejores médicos y tratamientos están en Santiago y en regiones, que se las arreglen como puedan. Antes eso yo lo escuchaba, ahora soy parte de esa gente".
Mientras va camino a un mall para despejarse, Frez destaca que "a mis 63 años, yo me muevo, bailo salsa, uno tiene ganas de hacer cuestiones". "Yo soy un gallo muy positivo y soy afortunado de tener fe. Eso me ha servido. Ahora, obviamente tengo mi corazoncito. Tengo una hija de 18 años que se va a graduar de cuarto medio, tengo dos nietos, tres hijos mayores, una mujer maravillosa que está mi lado. Mi madre de 85 años me dijo te prohíbo que te vayas antes de que me vaya yo. Entonces en los momentos íntimos, independiente de tener fe, también me da un poquito de pena", agrega.
El lunes nuevamente vendrá a Santiago para rea izarse otros exámenes. "El cáncer es muy desgraciado y ahora me voy a tener que hacer exámenes al tórax, los ganglios, la espalda, porque uno nunca sabe. Pero bueno, así es la vida", dice y luego agrega "todo pasa por algo. A Ricarte (Soto, que también sufrió de cáncer) le cambió la vida en muchas cosas y gracias a él existe una ley"
"Estoy como todo paciente que se encuentra con esta cuestión: uno nunca piensa que le va a dar cáncer. Yo vengo de familia con problemas cardíacos, soy hipertenso y siempre pensé que a cosa iba a ir por ahí", comenta primero el locutor.
"La gente no tiene que desesperarse cuando tiene una enfermedad. A mí me han pasado muchas cosas en la vida, esta es una de las cosas fuertes, pero no estoy asustado. Siempre hasta lo último que uno pueda respirar, hay esperanza", agrega Frez tras salir del doctor, donde fue acompañado por su señora. El objetivo médico, según cuenta él, es "achicar el tumor o extraerlo para hacer un trasplante (de hígado)" y la próxima semana definirá su tratamiento.
El locutor, que tiene un hermano que ya pasó por un trasplante de hígado, vive actualmente en Quilpué, trabaja en la radio local Énfasis y de vez en cuando tiene pitutos para animar eventos. Ahora, que por motivos médicos tendrá que viajar más seguido a Santiago, "obviamente me dan ganas de venirme para acá, pero qué hago, no hay pega. Tengo que estar allá (en Quilpué) tranquilo, donde tengo menos gastos. Por suerte tengo donde quedarme en Santiago porque están mis hermanos. Tengo una red de apoyo bastante grande", señala. Y con cierta indignación apunta que "lamentablemente los mejores médicos y tratamientos están en Santiago y en regiones, que se las arreglen como puedan. Antes eso yo lo escuchaba, ahora soy parte de esa gente".
Mientras va camino a un mall para despejarse, Frez destaca que "a mis 63 años, yo me muevo, bailo salsa, uno tiene ganas de hacer cuestiones". "Yo soy un gallo muy positivo y soy afortunado de tener fe. Eso me ha servido. Ahora, obviamente tengo mi corazoncito. Tengo una hija de 18 años que se va a graduar de cuarto medio, tengo dos nietos, tres hijos mayores, una mujer maravillosa que está mi lado. Mi madre de 85 años me dijo te prohíbo que te vayas antes de que me vaya yo. Entonces en los momentos íntimos, independiente de tener fe, también me da un poquito de pena", agrega.
El lunes nuevamente vendrá a Santiago para rea izarse otros exámenes. "El cáncer es muy desgraciado y ahora me voy a tener que hacer exámenes al tórax, los ganglios, la espalda, porque uno nunca sabe. Pero bueno, así es la vida", dice y luego agrega "todo pasa por algo. A Ricarte (Soto, que también sufrió de cáncer) le cambió la vida en muchas cosas y gracias a él existe una ley"