El rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, ayer se unió al respaldo hacia la estudiante de la casa de estudios que preside, Polette Vega, quien fue agredida por un grupo de compañeros debido a su militancia en la derecha. "Más que un problema de convivencia es uno de violencia política", señaló Vivaldi, sumándose al apoyo de la ministra de Educación, Marcela Cubillos; los diputados Jaime Bellolio (UDI), Gabriel Boric (Convergencia Social) y Camila Vallejo (PC), entre otros.
"Una estudiante de nuestra universidad fue sometida a un trato ultrajante por un grupo de sus compañeros. Este episodio deja a una joven que ha sufrido un dolor auténtico y profundo, que se ha sentido aislada, sola, atacada, y a una comunidad reflexionando al respecto", sostuvo el rector en una carta a El Mercurio.
"Lo que aquí se ha evidenciado, más que un problema de convivencia es uno de violencia política en un contexto de desafección de los jóvenes por la política institucionalizada. Sería un error grave que nosotros como universidad no respondiéramos activamente a las lecciones que nos deja lo ocurrido. Sería igualmente grave que el mundo político se limitará a repudiar lo que sucedió y se desentendiera de su responsabilidad para con el contexto intelectual y social en que está inmersa esta comunidad universitaria, que absorbe, analiza, piensa, representa e imagina la nación", agregó.
"Si me quieren dañar, felicidades, lo hacen, pero no me callaré. Tardé 15 días en hablar de lo que pasó en la sala y no volveré a guardar silencio", escribió Vega en su cuenta de Twitter durante las últimas horas del sábado.
"Una estudiante de nuestra universidad fue sometida a un trato ultrajante por un grupo de sus compañeros. Este episodio deja a una joven que ha sufrido un dolor auténtico y profundo, que se ha sentido aislada, sola, atacada, y a una comunidad reflexionando al respecto", sostuvo el rector en una carta a El Mercurio.
"Lo que aquí se ha evidenciado, más que un problema de convivencia es uno de violencia política en un contexto de desafección de los jóvenes por la política institucionalizada. Sería un error grave que nosotros como universidad no respondiéramos activamente a las lecciones que nos deja lo ocurrido. Sería igualmente grave que el mundo político se limitará a repudiar lo que sucedió y se desentendiera de su responsabilidad para con el contexto intelectual y social en que está inmersa esta comunidad universitaria, que absorbe, analiza, piensa, representa e imagina la nación", agregó.
"Si me quieren dañar, felicidades, lo hacen, pero no me callaré. Tardé 15 días en hablar de lo que pasó en la sala y no volveré a guardar silencio", escribió Vega en su cuenta de Twitter durante las últimas horas del sábado.