Más de 110 mil personas volvieron a usar el Metro de Santiago ayer en las primeras cuatro horas de funcionamiento, en un día en que ya operó la rebaja del pasaje aprobada por el Congreso y en que ya hubo boleterías abiertas.
Según las autoridades, hasta las 11 horas, la línea 1 -la única habilitada- presentó una afluencia de 110.652 pasajeros, lo que implica un 39% en comparación a un día de funcionamiento habitual con todas las estaciones de esa línea operativas. El lunes, a la misma hora, la empresa sumaba 69 mil personas trasladadas.
Los santiaguinos volvieron a desplazarse desde temprano por la ciudad, usando tanto el tren subterráneo como buses de la red Transantiago y otros dispuestos por el servicio metropolitano de transporte público así como por municipios.
En el aeropuerto de Santiago, hubo nuevas cancelaciones y también regularización de vuelos. Los servicios de buses desde y hacia el terminal aéreo volvieron a operar. Ello permitió una notoria baja en el número de pasajeros que pernoctaron en el aeropuerto; la noche anterior, fueron cerca de dos mil los que debieron dormir en sus instalaciones. Incluso Latam instaló camas en el terminal para pasajeros y se mantuvieron varios restaurantes abiertos toda la noche.
La cadena SMU, dueña de Unimarc, OK Market y otras marcas, abrió cerca de 360 locales, también en horario restringido, mientras que Jumbo recibió en el mall Alto Las Condes la visita de su dueño, Horst Paulmann, quien pidió al gremio empresarial preocuparse porque "a los chilenos nunca les falta el pan". Catalina Mertz, en tanto, presidenta de Supermercados de Chile A.G., dijo que "la situación es desoladora".
De todos modos, el cierre de locales de esas y otras cadenas llevó a muchas personas a comprar en pequeñas tiendas de abarrotes y almacenes, así como aumentaron, en Santiago y otros puntos, los puestos de comercio ambulante. En la feria Lo Valledor, de Santiago, hubo una gran aglomeración de personas. La jubilada Carmen Fuentealba aseguró a AP: "He caminado varios kilómetros para buscar leche, pero los supermercados siguen cerrados y los almacenes (comercios de barrio) ya no tienen. Tampoco hay detergentes".
También hubo largas filas en las gasolineras, aunque con menor intensidad que el lunes. Jacqueline Zúñiga, empleada de una estación de servicio, dijo a AP que "la gente está descontrolada en todo, creen que la bencina, el petróleo, se va a terminar, lo único que hacen es cargar, llenar, llenar... Esto ha llevado a una agresividad".
Muchas sucursales de bancos y cajeros automáticos siguen sin funcionar, por estar dañados o no tener condiciones de seguridad adecuadas, pero muchas otras sí pudieron abrir. El presidente de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras, José Manuel Mena, dijo sí que "riesgo de liquidez no hay ninguno". También Servipag informó que, a eso de las 12.30 horas, ya contaba con 48 sucursales abiertas, en horarios acotados.
Según las autoridades, hasta las 11 horas, la línea 1 -la única habilitada- presentó una afluencia de 110.652 pasajeros, lo que implica un 39% en comparación a un día de funcionamiento habitual con todas las estaciones de esa línea operativas. El lunes, a la misma hora, la empresa sumaba 69 mil personas trasladadas.
Los santiaguinos volvieron a desplazarse desde temprano por la ciudad, usando tanto el tren subterráneo como buses de la red Transantiago y otros dispuestos por el servicio metropolitano de transporte público así como por municipios.
En el aeropuerto de Santiago, hubo nuevas cancelaciones y también regularización de vuelos. Los servicios de buses desde y hacia el terminal aéreo volvieron a operar. Ello permitió una notoria baja en el número de pasajeros que pernoctaron en el aeropuerto; la noche anterior, fueron cerca de dos mil los que debieron dormir en sus instalaciones. Incluso Latam instaló camas en el terminal para pasajeros y se mantuvieron varios restaurantes abiertos toda la noche.
COMPRAS y pagos
Las filas para hacer compras y abastecerse de alimentos y otros insumos continuaron en gran cantidad, aunque menos que el día anterior. La cadena Líder informó la apertura de 66 supermercados en Santiago, en horario acotado, hasta las 4 de la tarde. En el resto de las regiones, abrió más de 150 establecimientos.La cadena SMU, dueña de Unimarc, OK Market y otras marcas, abrió cerca de 360 locales, también en horario restringido, mientras que Jumbo recibió en el mall Alto Las Condes la visita de su dueño, Horst Paulmann, quien pidió al gremio empresarial preocuparse porque "a los chilenos nunca les falta el pan". Catalina Mertz, en tanto, presidenta de Supermercados de Chile A.G., dijo que "la situación es desoladora".
De todos modos, el cierre de locales de esas y otras cadenas llevó a muchas personas a comprar en pequeñas tiendas de abarrotes y almacenes, así como aumentaron, en Santiago y otros puntos, los puestos de comercio ambulante. En la feria Lo Valledor, de Santiago, hubo una gran aglomeración de personas. La jubilada Carmen Fuentealba aseguró a AP: "He caminado varios kilómetros para buscar leche, pero los supermercados siguen cerrados y los almacenes (comercios de barrio) ya no tienen. Tampoco hay detergentes".
También hubo largas filas en las gasolineras, aunque con menor intensidad que el lunes. Jacqueline Zúñiga, empleada de una estación de servicio, dijo a AP que "la gente está descontrolada en todo, creen que la bencina, el petróleo, se va a terminar, lo único que hacen es cargar, llenar, llenar... Esto ha llevado a una agresividad".
Muchas sucursales de bancos y cajeros automáticos siguen sin funcionar, por estar dañados o no tener condiciones de seguridad adecuadas, pero muchas otras sí pudieron abrir. El presidente de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras, José Manuel Mena, dijo sí que "riesgo de liquidez no hay ninguno". También Servipag informó que, a eso de las 12.30 horas, ya contaba con 48 sucursales abiertas, en horarios acotados.