Un buen espumante, unas cositas
para picar y otras bebidas para
los más pequeños fue el festejo
íntimo de Esteban Paredes en el
estadio Monumental luego de anotar en el
triunfo 3-2 ante Universidad de Chile y
consagrarse como goleador histórico del
fútbol chileno con 216 tantos. A 19.25
horas, el delantero de Colo Colo recién
abandonó el recinto. ¿Y después? "No tenemos nada preparado", dijo brevemente
su esposa, Jenny Lastra, a un costado de
los estacionamientos.
Jenny y sus hijos Vicente y Esteban estuvieron presentes en el homenaje en cancha junto al goleador. Sus hijos estuvieron como pasapelotas, de peto flúor y lo abrazaron a un costado de a cancha apenas anotó el 2-1. "Voy a celebrarlo con mi gente, la gente colocolina, mi familia. El gol fue muy emotivo porque pude celebrarlo con mis hijos en la cancha. Quedará un recuerdo muy hermoso para la gente, mis hijos, mi pareja y familia. Jamás me imaginé que cumpliría el récord contra la U. Mi primer gol fue contra la U y cumplí el récord contra la U. No sé si estaba escrito, pero me siento muy feliz", dijo Paredes.
Más tarde, instalaron una tarima y le dieron un montón de regalos: una camiseta, una copa, un botín dorado, una pelota enmarcada con un pedazo de red de arco. El goleador se quebró cuando abrazó a sus hijos y su esposa. En el momento de dar unas palabras, se lo dedicó especialmente a su padre, Mario Paredes.
"Yo no pensé nunca que él iba a hacer esto que hizo", dijo Mario, a la salida del Monumental. "A mí no me gusta venir mucho al estadio. A un clásico no había venido casi nunca, hoy venía muy ilusionado de que haría el gol. Nosotros dos nos llevamos muy bien, siempre hemos estado juntos. El sueño de Esteban siempre fue jugar en Colo Colo. Ahora en la noche haremos algo y mañana nos juntamos en un cumpleaños de un nieto así que da para largo esto", dijo el orgulloso padre.
"Muy lindo el homenaje", agregó su madre, Marianela Quintanilla, más tarde, luego de compartir en el camarín con su hijo. "Se me corrieron las lágrimas, con la mamá de Gabriel Suazo nos abrazamos muy contentas. Esperaba que fuera hoy día", dijo la madre de goleador.
¿Qué le provocó ver a su hijo haciendo el gol?
Me dieron ganas de abrazarlo en ese momento, pero no se puede. Siempre pensé que iba a llegar lejos. Es buen hijo, muy humilde.
Su hermana Solange, quien tiene un puesto de snack en el Monumental, no se quiso perder el clásico tampoco. Tenía una intuición. "Vi el gol porque estaba mirando el partido. Lloré, grité mucho y quedé disfónica. Lo pude ver porque que tenía niños trabajando en mi puesto. Solamente por hoy traje más gente porque sabía que hoy era el día. Pero luego no pude bajar a la cancha", cuenta Solange, a quien los hinchas ya la reconocen.
¿Y qué tal el festejo en el camarín, Solange?
Nos servimos un espumante, había algunas cosas para picar y bebidas. Eso lo puso el club. ¿Qué conversamos? Del partido, de su historia. Estamos contentos, orgullosos de él. Toda la familia es muy cercana, hoy vinieron cuatro hermanos, nuestros papás. Todos estábamos emocionados, hemos visto su esfuerzo y sacrificio.
Jenny y sus hijos Vicente y Esteban estuvieron presentes en el homenaje en cancha junto al goleador. Sus hijos estuvieron como pasapelotas, de peto flúor y lo abrazaron a un costado de a cancha apenas anotó el 2-1. "Voy a celebrarlo con mi gente, la gente colocolina, mi familia. El gol fue muy emotivo porque pude celebrarlo con mis hijos en la cancha. Quedará un recuerdo muy hermoso para la gente, mis hijos, mi pareja y familia. Jamás me imaginé que cumpliría el récord contra la U. Mi primer gol fue contra la U y cumplí el récord contra la U. No sé si estaba escrito, pero me siento muy feliz", dijo Paredes.
Más tarde, instalaron una tarima y le dieron un montón de regalos: una camiseta, una copa, un botín dorado, una pelota enmarcada con un pedazo de red de arco. El goleador se quebró cuando abrazó a sus hijos y su esposa. En el momento de dar unas palabras, se lo dedicó especialmente a su padre, Mario Paredes.
"Yo no pensé nunca que él iba a hacer esto que hizo", dijo Mario, a la salida del Monumental. "A mí no me gusta venir mucho al estadio. A un clásico no había venido casi nunca, hoy venía muy ilusionado de que haría el gol. Nosotros dos nos llevamos muy bien, siempre hemos estado juntos. El sueño de Esteban siempre fue jugar en Colo Colo. Ahora en la noche haremos algo y mañana nos juntamos en un cumpleaños de un nieto así que da para largo esto", dijo el orgulloso padre.
"Muy lindo el homenaje", agregó su madre, Marianela Quintanilla, más tarde, luego de compartir en el camarín con su hijo. "Se me corrieron las lágrimas, con la mamá de Gabriel Suazo nos abrazamos muy contentas. Esperaba que fuera hoy día", dijo la madre de goleador.
¿Qué le provocó ver a su hijo haciendo el gol?
Me dieron ganas de abrazarlo en ese momento, pero no se puede. Siempre pensé que iba a llegar lejos. Es buen hijo, muy humilde.
Su hermana Solange, quien tiene un puesto de snack en el Monumental, no se quiso perder el clásico tampoco. Tenía una intuición. "Vi el gol porque estaba mirando el partido. Lloré, grité mucho y quedé disfónica. Lo pude ver porque que tenía niños trabajando en mi puesto. Solamente por hoy traje más gente porque sabía que hoy era el día. Pero luego no pude bajar a la cancha", cuenta Solange, a quien los hinchas ya la reconocen.
¿Y qué tal el festejo en el camarín, Solange?
Nos servimos un espumante, había algunas cosas para picar y bebidas. Eso lo puso el club. ¿Qué conversamos? Del partido, de su historia. Estamos contentos, orgullosos de él. Toda la familia es muy cercana, hoy vinieron cuatro hermanos, nuestros papás. Todos estábamos emocionados, hemos visto su esfuerzo y sacrificio.