Desde que ocurrió el cambio se han detectado más de 400 sismos en el macizo. Al menos tres de ellos están «relacionados a movimientos de fluidos de muy alta energía", dice Álvaro Amigo, jefe de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica del Sernageomin.
Agrega que estos eventos no los registraban hace siete años. "Se está moviendo algo al interior del volcán. La pregunta que tenemos que dilucidar es qué puede ser ese fluido. ¿Agua carente, gases, lava o una combinación de todos esos factores? Si se está moviendo magma, es probable que eso gatille en una erupción mayor", comenta Amigo.
Cristián Farías, director del Departamento de Obras Civiles y Geología de la U. Católica de Temuco plantea que el sismo grado 6,6 que se registró el domingo pasado en Constitución influyó en la inestabilidad del volcán.
"Es posible que le haya traspasado estrés al volcán, por así decirlo. Las ondas de ese sismo pueden ayudar a incrementar la presión del magma que quiere salir a la superficie. Puede ser que ese sismo le haya dado el último golpe de energía y lo haya reactivado".
Sobre esta teoría, Amigo es más cauteloso, pero no la descarta. "Es una hipótesis. Por su configuración el Copahue podría reaccionar a sismos lejanos. Ambos eventos pueden tener una relación pero necesitamos años de estudio para comprobarla".