Inteligencia artificial para imágenes de resonancia magnética, modificación genética, propuestas para la crisis de las abejas,
avances en neurocirugía, enfermedades que se transmiten por el agua
y otro montón de interesantes proyectos que cada investigador debía
resumir en 3 minutos, tiempo en el
que también se incluían posibles
preguntas del jurado.
Fue una jornada maratónica la que se vivió en Berlín el sábado recién pasado, donde anualmente se realiza el evento científico Falling Walls Lab, que conmemora la caída del Muro de Berlín, y en el cual 100 investigadores provenientes de 63 países distintos presentaron sus propuestas para un mundo mejor. O, en estricto rigor, sus ideas para derribar nuevos muros en los ámbitos de ciencia y sociología. Y entre ellas, la de un chileno: Jorge Miles, estudiante de segundo año de medicina de la Universidad Católica, quien descubrió una bacteria que come neumáticos.
Miles saltó a ofrecer su disertación en el cuarto lugar de la larga lista, y con una premisa nada menor. "Sin dudas, uno de los principales generadores de polución en nuestro planeta son los neumáticos", dijo a modo de presentación. Luego, se largó con cifras para demostrar aquello.
Según dijo de los siete billones de personas que habitan este maltratado planeta, al menos un billón tiene automóvil. "Eso produce en 4 o 5 años, lo que se extiende la vida útil de un neumático, de 4 a 5 billones de neumáticos que actualmente tardan entre 500 y 1.000 años en degradarse por completo. Esto genera un problema terrible para nuestro planeta", dijo. Y tiene razón.
Para eliminarlos por completo, afirmó, existen dos formas nada sustentables: quemarlos, con la consiguiente liberacion de gases tóxicos al medio ambiente; o arrojándolos al mar, aunque al año se podrían levantar rumas equivalentes a 80 torres Eiffel de ruedas en desuso. La tercera opción conlleva las 3R -reducir, reutilizar y reciclar-, aunque, según explicó, es más la cantidad de desperdicio de neumáticos que hay que lo requerido para cualquier uso alternativo de sus residuos.
"Pero en esta investigación hemos recogido un consorcio bacteriano que es capaz de comer neumáticos (bacterias del género Rhodococcus)... en solo dos semanas se comen el 4% de la masa total del caucho vulcanizado. Si hiciéramos los cálculos, en solo 12 meses podríamos degradar el 100% de la masa total del caucho vulcanizado" contó. Y agregó que todo esto lo había probado introduciendo las bacterias en un recipiente estéril en el que además había sales minerales con trozos de caucho vulcanizado. Las bacterias no solo se multiplicaron, sino que además comenzaron a devorar esos pedazos de neumáticos.
¿Qué viene ahora? Jorge Miles contó que tiene la idea de escalar el proyecto de tres formas: hacer esas pruebas de laboratorio a escala industrial, la creación de una solución concentrada del líquido bacteriano o de un aerosol.
Al final, Jorge Miles obtuvo el premio de la audiencia, el que se otorga al proyecto más votado por la audiencia que siguió las presentaciones por streaming.
Fue una jornada maratónica la que se vivió en Berlín el sábado recién pasado, donde anualmente se realiza el evento científico Falling Walls Lab, que conmemora la caída del Muro de Berlín, y en el cual 100 investigadores provenientes de 63 países distintos presentaron sus propuestas para un mundo mejor. O, en estricto rigor, sus ideas para derribar nuevos muros en los ámbitos de ciencia y sociología. Y entre ellas, la de un chileno: Jorge Miles, estudiante de segundo año de medicina de la Universidad Católica, quien descubrió una bacteria que come neumáticos.
Miles saltó a ofrecer su disertación en el cuarto lugar de la larga lista, y con una premisa nada menor. "Sin dudas, uno de los principales generadores de polución en nuestro planeta son los neumáticos", dijo a modo de presentación. Luego, se largó con cifras para demostrar aquello.
Según dijo de los siete billones de personas que habitan este maltratado planeta, al menos un billón tiene automóvil. "Eso produce en 4 o 5 años, lo que se extiende la vida útil de un neumático, de 4 a 5 billones de neumáticos que actualmente tardan entre 500 y 1.000 años en degradarse por completo. Esto genera un problema terrible para nuestro planeta", dijo. Y tiene razón.
Para eliminarlos por completo, afirmó, existen dos formas nada sustentables: quemarlos, con la consiguiente liberacion de gases tóxicos al medio ambiente; o arrojándolos al mar, aunque al año se podrían levantar rumas equivalentes a 80 torres Eiffel de ruedas en desuso. La tercera opción conlleva las 3R -reducir, reutilizar y reciclar-, aunque, según explicó, es más la cantidad de desperdicio de neumáticos que hay que lo requerido para cualquier uso alternativo de sus residuos.
"Pero en esta investigación hemos recogido un consorcio bacteriano que es capaz de comer neumáticos (bacterias del género Rhodococcus)... en solo dos semanas se comen el 4% de la masa total del caucho vulcanizado. Si hiciéramos los cálculos, en solo 12 meses podríamos degradar el 100% de la masa total del caucho vulcanizado" contó. Y agregó que todo esto lo había probado introduciendo las bacterias en un recipiente estéril en el que además había sales minerales con trozos de caucho vulcanizado. Las bacterias no solo se multiplicaron, sino que además comenzaron a devorar esos pedazos de neumáticos.
¿Qué viene ahora? Jorge Miles contó que tiene la idea de escalar el proyecto de tres formas: hacer esas pruebas de laboratorio a escala industrial, la creación de una solución concentrada del líquido bacteriano o de un aerosol.
Al final, Jorge Miles obtuvo el premio de la audiencia, el que se otorga al proyecto más votado por la audiencia que siguió las presentaciones por streaming.