¿Podemos comernos la fruta machucada? "Cuando se nos cae
al suelo una manzana,
una pera o un membrillo, por ejemplo, se
produce un color marrón en la zona donde
recibe el golpe. Se
genera un líquido y
por acción propia de
las enzimas y de otros
compuestos que se
mezclan dentro de las
células, se produce
ese poco atractivo tono pardo. Es bien similar al moretón cuando
nos pegamos fuerte en
un brazo", explica la doctora en Ingeniería en Alimentos Loreto Muñoz, investigadora de la Universidad Central.
El doctor Eduardo Álvarez, micólogo del programa de Microbio- logía del Instituto de Cienc-as Bio- médicas (ICBM) de la Facultad de Med cina de la Universidad de Chi- le, específica que "si la fruta solo recibió un golpe que produjo el machucón, en general, se ven muy poco alteradas las propiedades organolépticas de la fruta. Obviamente, a nivel visual y si la fruta es de exportación, se censura este tipo de productos machucados porque son de una calidad menor, pero se puede consumir con cero riesgo para la salud, si solo es un machucón".
Resalta que algunas frutas adquieren color café por un proceso de oxidación. "Las frutas padecen de lo que se conoce como pardeamiento enzimático. Eso ocurre porque se rompen las células y las enzimas entran en contacto con elementos externos que las oxidan. Eso provoca que la piel se rompa y permita que el oxígeno exterior penetre en la fruta y la estropee", dice al diario español "La Vanguardia" Miguel Ángel Luruena, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos.
Un ejemplo. "Si una naranja tiene un polvillo verde, ese es penicillium, que es un hongo, ahí podría sintetizar toxinas y afectar a alguna persona sensible y eventualmente al comerse la fruta, luego de cortar la parte alterada, podría tener un dolor de cabeza o estómago", resalta Álvarez. Argumenta que "en modelos de laboratorio se ha demostrado que ingerir todos los días ese hongo en la naranja, por 10 años, puede desarrollar cáncer al hígado, riñón. Esto es una exposición prolongada".
Muñoz y Alvarez coinciden en que hay que desechar la fruta que tenga dañada más del 40%. Incluso, las naranjas que tengan hongos deben retirarse del resto de la fruta y eliminarlas en una bolsa para que las esporas no sigan diseminándose. "Una fruta en estas condiciones yo no me la comería", aporta el micólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
Si solo es un machucón
"Esa fruta machucada la podemos comer sin ningún problema. Sí, pierde algunos nutrientes, como azúcares principalmente y algunas características organolépticas, como pueden ser el sabor, la textura. Pero de poder comerse, se puede", agrega Muñoz.El doctor Eduardo Álvarez, micólogo del programa de Microbio- logía del Instituto de Cienc-as Bio- médicas (ICBM) de la Facultad de Med cina de la Universidad de Chi- le, específica que "si la fruta solo recibió un golpe que produjo el machucón, en general, se ven muy poco alteradas las propiedades organolépticas de la fruta. Obviamente, a nivel visual y si la fruta es de exportación, se censura este tipo de productos machucados porque son de una calidad menor, pero se puede consumir con cero riesgo para la salud, si solo es un machucón".
Resalta que algunas frutas adquieren color café por un proceso de oxidación. "Las frutas padecen de lo que se conoce como pardeamiento enzimático. Eso ocurre porque se rompen las células y las enzimas entran en contacto con elementos externos que las oxidan. Eso provoca que la piel se rompa y permita que el oxígeno exterior penetre en la fruta y la estropee", dice al diario español "La Vanguardia" Miguel Ángel Luruena, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos.
Chipe libre para los hongos
El problema es distinto cuando la fruta tiene hongos y esos hongos son capaces de sintetizar toxinas. "Cuando una fruta tiene la cáscara dañada es una especie de chipe libre para que entre un hongo", argumenta el micólogo Álvarez y hace una diferencia: "No todos los hongos producen toxinas".Un ejemplo. "Si una naranja tiene un polvillo verde, ese es penicillium, que es un hongo, ahí podría sintetizar toxinas y afectar a alguna persona sensible y eventualmente al comerse la fruta, luego de cortar la parte alterada, podría tener un dolor de cabeza o estómago", resalta Álvarez. Argumenta que "en modelos de laboratorio se ha demostrado que ingerir todos los días ese hongo en la naranja, por 10 años, puede desarrollar cáncer al hígado, riñón. Esto es una exposición prolongada".
Uno corta donde ve
¿Sirve cortar a parte dañada y comerse el resto? "Los hongos se producen por esporas y al meterse en la fruta echa raíces (hifas o micelio) en toda la pera o manzana. Nosotros cortamos el pedazo que vemos que está en malas condiciones, pero si comemos el resto no vemos las toxinas que están en todo el tejido de la unidad y podríamos tener alteraciones digestivas, por ejemplo", detalla Loreto Muñoz. "A veces, aunque se le corte el pedazo, se siente un sabor extraño, amargo o desabrido y la textura blanducha", anexa.Muñoz y Alvarez coinciden en que hay que desechar la fruta que tenga dañada más del 40%. Incluso, las naranjas que tengan hongos deben retirarse del resto de la fruta y eliminarlas en una bolsa para que las esporas no sigan diseminándose. "Una fruta en estas condiciones yo no me la comería", aporta el micólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.