La influencer argentina Eugenia Lemos (34) trabajaba con muchas marcas y en los
eventos donde aparecía siempre trataba de imponer moda con sus looks y tenidas
que muestra en su cuenta de Instagram @eugenialemosok.
Tras el estallido social chileno, la relevancia de la promoción de productos por Instagram bajó casi a cero, obviamente porque el foco quedó puesto en las marchas, las movilizaciones y demandas sociales. Este sábado, Lemos realizó una asesoría de moda en una tienda de Rotter & Krauss del Parque Arauco, ayudando a las personas a escoger lentes. En medio de ese evento habló de cómo ha cambiado su panorama como influencer. "Antes del estallido tenía eventos todos los días de la semana, ahora con suerte fui a dos eventos en el último mes. Nuestra pega ha bajado a un 10 por ciento... Esta semana se ha reactivado un poco porque estamos cerca de las fiestas de fin de año", explica.
-¿Cómo ha enfrentado el cambio en su trabajo?
-Si no estás full eventos, como me pasaba antes, aprovecho de escribir ideas, armar proyectos. En eso he estado. He ido harto al gimnasio, he aprovechado de sacar mucha ropa de mi clóset y regalarla. Incluso estoy incursionando en la cocina.
-Se critica mucho que influencers y famosos continúen subiendo a sus redes sociales viajes, fiestas o incluso que promociones productos, ¿cómo lo ha hecho usted?
-Estoy eligiendo qué hacer. Lo que me hace sentido ahora ya no es lo mismo de antes, entonces por ejemplo estoy realizando actividades que tienen un trasfondo, como ayudar a pequeñas pymes en mis redes y hacer esto de las asesorías para sacarle partido a la gente, sobre todo porque varios se han sentido muy deprimidos en el último tiempo... Está todo súper delicado. Y siempre que hay crisis pasa algo que ahora también nos está pasando a nosotros: mucha gente te pide que el mismo trabajo que hacías antes por una plata ahora se lo hagas por la mitad del precio. Entonces, a mí me pasa que tengo 34 años, todos conocen la calidad de mi trabajo y si yo voy a trabajar lo quiero hacer bien. Entonces eso vale y lo tienes que respetar. Por eso he dicho en algunos casos que mejor no lo hagamos, que lo haga otra persona que acepte esa propuesta y yo mejor hago otras cosas.
-¿Ha preferido decir que no si le ofrecen menos pago?
-Sí. Conozco gente que sí se ha bajado el precio y uno no puede juzgar, siempre hay mercado para todos. Pero yo en mi caso tengo un bagaje de experiencia, un equipo detrás: fotógrafo, productor de moda, maquillaje, vestuario, y no voy a bajar la calidad de mi trabajo. Prefiero trabajar menos y siempre mantener la calidad. La dignidad del trabajo parte por eso, una también tiene que hacer valer su trabajo por un sueldo justo. Cuando no están pagándote lo que corresponde, eso te daña y el trabajo tiene que darte dignidad. Si no te la da, está mal, estás siendo abusado o explotado.
-Pascual Fernández decidió irse de Chile porque había bajado su pega como influencer. ¿Ha pensado en emigrar?
-No, creo que no hay que caer en la desesperación de salir corriendo. Hay un montón de cosas que hacer todavía. Yo ya pasé dos crisis en Argentina, entonces tengo una serenidad ante esto y siento que puedo reinventarme. Lo peor que uno puede hacer es desesperarse.
Tras el estallido social chileno, la relevancia de la promoción de productos por Instagram bajó casi a cero, obviamente porque el foco quedó puesto en las marchas, las movilizaciones y demandas sociales. Este sábado, Lemos realizó una asesoría de moda en una tienda de Rotter & Krauss del Parque Arauco, ayudando a las personas a escoger lentes. En medio de ese evento habló de cómo ha cambiado su panorama como influencer. "Antes del estallido tenía eventos todos los días de la semana, ahora con suerte fui a dos eventos en el último mes. Nuestra pega ha bajado a un 10 por ciento... Esta semana se ha reactivado un poco porque estamos cerca de las fiestas de fin de año", explica.
-¿Cómo ha enfrentado el cambio en su trabajo?
-Si no estás full eventos, como me pasaba antes, aprovecho de escribir ideas, armar proyectos. En eso he estado. He ido harto al gimnasio, he aprovechado de sacar mucha ropa de mi clóset y regalarla. Incluso estoy incursionando en la cocina.
-Se critica mucho que influencers y famosos continúen subiendo a sus redes sociales viajes, fiestas o incluso que promociones productos, ¿cómo lo ha hecho usted?
-Estoy eligiendo qué hacer. Lo que me hace sentido ahora ya no es lo mismo de antes, entonces por ejemplo estoy realizando actividades que tienen un trasfondo, como ayudar a pequeñas pymes en mis redes y hacer esto de las asesorías para sacarle partido a la gente, sobre todo porque varios se han sentido muy deprimidos en el último tiempo... Está todo súper delicado. Y siempre que hay crisis pasa algo que ahora también nos está pasando a nosotros: mucha gente te pide que el mismo trabajo que hacías antes por una plata ahora se lo hagas por la mitad del precio. Entonces, a mí me pasa que tengo 34 años, todos conocen la calidad de mi trabajo y si yo voy a trabajar lo quiero hacer bien. Entonces eso vale y lo tienes que respetar. Por eso he dicho en algunos casos que mejor no lo hagamos, que lo haga otra persona que acepte esa propuesta y yo mejor hago otras cosas.
-¿Ha preferido decir que no si le ofrecen menos pago?
-Sí. Conozco gente que sí se ha bajado el precio y uno no puede juzgar, siempre hay mercado para todos. Pero yo en mi caso tengo un bagaje de experiencia, un equipo detrás: fotógrafo, productor de moda, maquillaje, vestuario, y no voy a bajar la calidad de mi trabajo. Prefiero trabajar menos y siempre mantener la calidad. La dignidad del trabajo parte por eso, una también tiene que hacer valer su trabajo por un sueldo justo. Cuando no están pagándote lo que corresponde, eso te daña y el trabajo tiene que darte dignidad. Si no te la da, está mal, estás siendo abusado o explotado.
-Pascual Fernández decidió irse de Chile porque había bajado su pega como influencer. ¿Ha pensado en emigrar?
-No, creo que no hay que caer en la desesperación de salir corriendo. Hay un montón de cosas que hacer todavía. Yo ya pasé dos crisis en Argentina, entonces tengo una serenidad ante esto y siento que puedo reinventarme. Lo peor que uno puede hacer es desesperarse.