"La política de bioequivalencia no ha sido efectiva", recalca el fiscal nacional
económico, Ricardo Rioseco, al presentar el estudio de mercado de medicamentos
donde se detalla por qué los remedios que se venden en Chile tiene precios
elevados, y se plantean cuatro pilares -que se descomponen en 14 medidas-, para
que el costo final baje en promedio entre 20% y 40%.
¿Por qué son caros? Según el estudio de la FNE, de 247 páginas, los laboratorios fomentan la venta de los medicamentos de marcas, que tienen precios más elevados, en desmedro de los genéricos bioequivalentes, que son más baratos, pero que a su vez representan sólo el 20% de los remedios disponibles en las estanterías de las grandes cadenas de farmacias.
Se agrega, según la investigación, que los laboratorios venden los remedios a un precio 70% más alto a las cadenas de farmacias que al sector público. A este último poder comprador le entregan precios atractivos para ganarse las licitaciones de la Cenabast, en cambio, las farmacias sólo acceden a precio lista.
El estudio revela que, en promedio, los laboratorios obtienen un margen de venta de 52% en medicamentos de marca: por cada 1.000 pesos, 520 pesos es margen, y una de las formas de fomentar su uso es fidelizando a los médicos, lo que se traduce en que incentivan a los profesionales de la salud para que receten medicamentos con nombres de fantasía o de marca como prioridad.
Se detalla en el informe que el 25% del costo del medicamento es por gastos del productor en marketing y, entre los 27 laboratorios analizados, gastan 212 millones de dólares solo en este ítem: un porcentaje de ese dinero se va al pago de visitadores médicos y a financiar viajes a congresos de especialización en Chile y en el extranjero de los doctores, se explicita.
La investigación advierte que si bien existe una obligación para el profesional de prescribir aparte de un remedio de marca, la Denominación Común Internacional (DCI) o principio activo del fármaco en la receta, no hay ninguna sanción si no lo hace. A eso se suma que para el paciente lo que dice el doctor es ley: una encuesta que se realizó para este estudio demostró que el 96% de las personas compra el medicamento que el doctor recetó y un porcentaje muy relevante dice que no cambiaría el medicamento prescrito por uno más barato, aunque que se les asegure que es igual de efectivo, principalmente porque confían más en lo recomendado por el médico. También se encuesta a visitadores donde el 66% asegura que los medicamentos bioequivalentes no son efectivos y la sorpresa fue mayúscula con que un 35% de los médicos compartía esa opinión.
Claro que hay conductas más cuestionables porque la fiscalía advierte que incluso hay doctores que al momento de prescribir la receta le comunica la entrega de descuentos de fidelidad al consumidor, lo que es conocido como "blindaje" de la receta.
Al no sustituir los fármacos de marcas por bioequivalentes genéricos, ni los doctores ni los pacientes, que son fieles a las indicaciones del profesional, las farmacias deben comprar variedad de marcas perdiendo poder de mercado en relación a los laboratorios. Aunque estas también forman parte de la cadena fidelización de los clientes porque les entregan descuentos que después son reembolsados por los laboratorios.
Este informe preliminar de la Fiscalía Nacional Económica será sometido a consulta pública hasta el viernes 20 de diciembre y la versión final será enviada al Poder Ejecutivo.
¿Por qué son caros? Según el estudio de la FNE, de 247 páginas, los laboratorios fomentan la venta de los medicamentos de marcas, que tienen precios más elevados, en desmedro de los genéricos bioequivalentes, que son más baratos, pero que a su vez representan sólo el 20% de los remedios disponibles en las estanterías de las grandes cadenas de farmacias.
Se agrega, según la investigación, que los laboratorios venden los remedios a un precio 70% más alto a las cadenas de farmacias que al sector público. A este último poder comprador le entregan precios atractivos para ganarse las licitaciones de la Cenabast, en cambio, las farmacias sólo acceden a precio lista.
El estudio revela que, en promedio, los laboratorios obtienen un margen de venta de 52% en medicamentos de marca: por cada 1.000 pesos, 520 pesos es margen, y una de las formas de fomentar su uso es fidelizando a los médicos, lo que se traduce en que incentivan a los profesionales de la salud para que receten medicamentos con nombres de fantasía o de marca como prioridad.
Se detalla en el informe que el 25% del costo del medicamento es por gastos del productor en marketing y, entre los 27 laboratorios analizados, gastan 212 millones de dólares solo en este ítem: un porcentaje de ese dinero se va al pago de visitadores médicos y a financiar viajes a congresos de especialización en Chile y en el extranjero de los doctores, se explicita.
La investigación advierte que si bien existe una obligación para el profesional de prescribir aparte de un remedio de marca, la Denominación Común Internacional (DCI) o principio activo del fármaco en la receta, no hay ninguna sanción si no lo hace. A eso se suma que para el paciente lo que dice el doctor es ley: una encuesta que se realizó para este estudio demostró que el 96% de las personas compra el medicamento que el doctor recetó y un porcentaje muy relevante dice que no cambiaría el medicamento prescrito por uno más barato, aunque que se les asegure que es igual de efectivo, principalmente porque confían más en lo recomendado por el médico. También se encuesta a visitadores donde el 66% asegura que los medicamentos bioequivalentes no son efectivos y la sorpresa fue mayúscula con que un 35% de los médicos compartía esa opinión.
Claro que hay conductas más cuestionables porque la fiscalía advierte que incluso hay doctores que al momento de prescribir la receta le comunica la entrega de descuentos de fidelidad al consumidor, lo que es conocido como "blindaje" de la receta.
Al no sustituir los fármacos de marcas por bioequivalentes genéricos, ni los doctores ni los pacientes, que son fieles a las indicaciones del profesional, las farmacias deben comprar variedad de marcas perdiendo poder de mercado en relación a los laboratorios. Aunque estas también forman parte de la cadena fidelización de los clientes porque les entregan descuentos que después son reembolsados por los laboratorios.
Este informe preliminar de la Fiscalía Nacional Económica será sometido a consulta pública hasta el viernes 20 de diciembre y la versión final será enviada al Poder Ejecutivo.
Algunos antídotos
- Dentro de los cuatro pilares para mejorar el mercado de los medicamentos, la Fiscalía Nacional Económica plantea algunas medidas para bajar hasta un 40% el precio de estos productos, con un ahorro de hasta 380 millones de dólares anuales.
- Obligar a los médicos a prescribir en la receta por la Denominación Común Internacional (DCI) principio activo y no una marca de fantasía.
- Crear un sistema de receta electrónica que conecte al doctor o centro de salud con las farmacias y que ayude a la prescripción sólo del principio activo.
- La farmacia, a su vez, debe entregar el medicamento más económico por defecto.
- Que la farmacia cobre un monto fijo por cada envase de remedio que venda para que no tenga incentivos de ofrecer la marca que le deje el mejor margen. Que gane lo mismo si vende un fármaco de marca o bioequivalente. Esto forzaría a los más caros a competir.
- Regular el dinero entre farmacias y laboratorios para asegurar transparencia en el precio.
- Profundizar la política de bioequivalencia: modificación de los procedimientos de registro y certificación de bioequivalencia y extender la bioequivalencia a medicamentos que contengan más de un principio activo y a jarabes, entre otras medidas.
- Reforzamiento del Instituto de Salud Pública (ISP) y de la Agencia Nacional de Medicamentos.
- Venta de medicamentos sin receta en otros canales, como el online.
- Regular la forma en que el sector público adquiere los medicamentos para que las compras del Estado sean más eficientes.