Javiera Díaz de Valdés define el momento como 'tuna iluminación" que ocurrió
mientras hacía yoga. Este martes, la actriz lanzó la marca LIBRA —que cuenta con
aceite facial de algas marinas, tónico hidratante de lúcuma y mascarilla detox de
maqui y arcilla- en el hotel Bidasoa, en Vitacura. En enero, cuando se le vino la idea a
la cabeza, le pidió a su papá, Eduardo, que fuese su socio en lo que sería su primer
emprendimiento. "Le dije que me parecía genial porque ella sabe mucho del tema
por su trabajo, pero le advertí que debíamos hacer las cosas bien", explicó e
ingeniero comercial.
-¿Cuál fue su consejo, Eduardo?
-Primero la constitución de una sociedad para que se cumplan todo tipo normativas, como por ejemplo los impuestos. Lo segundo fue preocuparse del registro de la marca y un registro de la composición del producto en el Instituto de Salud Pública (ISP). Las formalidades y legalidades son muy importantes para que su nombre esté siempre protegido. Lo tercero fue preocuparse de tener laboratorios y proveedores confiables.
-¿Qué es lo más importante para que una pyme funcione?
-Lo más importante es que cuando eres una pyme debes estar en todas. Yo colaboré incluso en el tema del aroma y ella debe meterse en los temas comerciales.
En el evento, Javiera Díaz de Valdés explicó que bautizó la marca con el nombre LIBRA "al simbolizar equilibro y armonía". Francisca Rojas, su mejor amiga y dueña de la agencia de diseño BAAUHS, la ayudó con el nombre. "Ella quería algo muy limpio y al escuchar todas sus referencias se me vino el nombre a la cabeza", explica Rojas.
La actriz se inspiró en el mar con las algas, en el norte con la lúcuma y en los bosques chilenos del sur con el maqui, aunque en el evento la lúcuma fue e producto estrella: "Es fascinante porque es una especie de palta amarilla".
¿Cuándo se enamoró de la lúcuma, Javiera?
-Viajé a Lima, me pareció un producto muy inspirador y comencé a investigar. Es antioxidante, cicatrizante y protege de la contaminación ambiental. Tiene muchas propiedades reparadoras.
-¿Cuál fue su consejo, Eduardo?
-Primero la constitución de una sociedad para que se cumplan todo tipo normativas, como por ejemplo los impuestos. Lo segundo fue preocuparse del registro de la marca y un registro de la composición del producto en el Instituto de Salud Pública (ISP). Las formalidades y legalidades son muy importantes para que su nombre esté siempre protegido. Lo tercero fue preocuparse de tener laboratorios y proveedores confiables.
-¿Qué es lo más importante para que una pyme funcione?
-Lo más importante es que cuando eres una pyme debes estar en todas. Yo colaboré incluso en el tema del aroma y ella debe meterse en los temas comerciales.
En el evento, Javiera Díaz de Valdés explicó que bautizó la marca con el nombre LIBRA "al simbolizar equilibro y armonía". Francisca Rojas, su mejor amiga y dueña de la agencia de diseño BAAUHS, la ayudó con el nombre. "Ella quería algo muy limpio y al escuchar todas sus referencias se me vino el nombre a la cabeza", explica Rojas.
La actriz se inspiró en el mar con las algas, en el norte con la lúcuma y en los bosques chilenos del sur con el maqui, aunque en el evento la lúcuma fue e producto estrella: "Es fascinante porque es una especie de palta amarilla".
¿Cuándo se enamoró de la lúcuma, Javiera?
-Viajé a Lima, me pareció un producto muy inspirador y comencé a investigar. Es antioxidante, cicatrizante y protege de la contaminación ambiental. Tiene muchas propiedades reparadoras.