Hizo un mea culpa por parte del gremio de caer en el marketing que hacen los laboratorios, a través de visitadores, y terminar prescribiendo remedios de marca.
"Hemos estado trabajando para que los médicos comprendan que nuestra relación con la industria crea conflictos de interés que tenemos que resolver y, además, por distintos mecanismos de marketing está activamente pretendiendo que nosotros y convenciéndonos que la política de bioequivalencia en Chile es mala", comentó Siches.
"Nos ha costado que nuestros colegas comprendan la relevancia de prescribir la receta por Denominación Común Internacional, de distanciarnos de la industria farmacéutica y poder tener menores conflictos de interés", agregó.
Desde Asociación Industrial de Laboratorios Farmacéuticos (Asilfa), calificaron el informe de correcto, pero creen que no se puede obligar a los médicos a recetar productos sin marca, puesto que afecta en cierta medida el poder de decisión de las personas en querer comprar o no cierto medicamento.
El ministro de Salud, Jaime Mañalich, valoró el diagnóstico de la FNE sobre cómo opera el mercado farmacéutico y "cómo la industria trata de modificar las reglas habituales de un mercado abierto, generando distorsiones que al final pagan los usuarios".
Destacó en casi todas las medidas que el fiscal económico presentó están avanzando en diversos proyectos de ley en el Congreso, pero dijo que hay otros casos que serán analizados y que él encontró interesantes, como que las farmacias cobren un costo fijo sin importar si el fármaco es de marca o bioequivalente.