La clase, bautizada como Baby Dance y Pilates, fue liderada por Francesca Cigna, más conocida como Blanquita Nieves, quien hace cinco meses tuvo a Amayra, su primogénita, y decidió que su amor por el deporte y el baile debía reinventarse. "Yo bailé durante todo mi embarazo. Bailé hasta un día antes de tener a la Amayra, porque ya casi llegaba a las 41 semanas y mi médico me dijo que me moviera todo lo que pudiera", comenta.
-¿Cómo surgió el Baby Dance?
-Cada vez que la Amayra se ponía inquieta, yo bailaba con ella y se dormía. Empecé a notar eso y como tenía ganas de reinventarme, surgió lo de hacer estas clases. Imagínate que la primera que hice sola fue el 17 de octubre, justo antes de la crisis. Dije 'listo, voy a empezar a hacer esto todas las semanas'. Y no pude. Ahora retomamos.
La bailarina se asoció con su amiga Nicols Lake, instructora de Pilates, y crearon esta instancia donde las mamás pueden amamantar mientras endurecen sus piernas.
-¿Por qué amamantó a Amayra ya al final del entrenamiento?
-Lo diseñamos así porque al final de la clase los bebés ya tienen hambre, entonces mientras realizas laterales de piernas (ejercicios donde se sube y se baja cada extremidad inferior mientras la persona se mantiene acostada de lado) perfectamente puedes sacar tu pechuga y darle leche a tu guagua.
-¿Es difícil hacer deporte con una guagua?
-No. Es cosa de acomodarse. Tú lo viste acá, las guaguas lo pasan chancho porque mientras hacemos sentadillas las subimos y bajamos y eso es súper divertido para ella. Yo, por ejemplo, hago flexiones con la Amayra y aprovecho de darle besitos. Además es un súper espacio para nosotras porque la maternidad en los primeros meses puede ser muy solitaria, y acá generamos espacios para apoyarnos y compartir.