"El exceso de calor puede provocar molestias como sudoración, picazón en la piel y sofoco; para eso hay cambios de rutina y pautas para aplicar en el dormitorio, que pueden ayudarnos a mejorar el sueño nocturno", precisa.
Ojo con la hidratación: a más calor, más agua se toma y más se va al baño. Por esto, agrega el doctor, se recomienda beber por última vez en el día dos horas antes de dormir.
Comida liviana: Guzmán aconseja optar por una cena ligera y evitar la ingesta de alcohol antes de acostarse, porque inducen un sueño menos profundo. Olvide la comida chatarra en horario nocturno.
Agüita tibia: cuando el calor se torne insoportable, añade, una buena fórmula para capearlo antes de dormir es ducharse con agua tibia. Guzmán asegura que el cuerpo asimila la temperatura templada a un buen descanso y el cambio de temperatura al salir del baño es un excelente inductor natural del sueño.
Pijama de algodón: el doctor recomienda vestir pijamas hechos con telas livianas, como el algodón. Otra cosa importante: no es aconsejable dormir completamente destapado, recalca, porque en la madrugada la temperatura ambiente y corporal bajan y puede dar frío, lo que saca a la persona del sueño profundo.
Aire a 22 grados: si tiene la suerte de poseer un sistema de aire acondicionado en su habituación, el neurólogo recomienda dormir con una temperatura cercana a los 22 grados. Es importante mantener un clima templado en la pieza, porque el frío puede producir sequedad de mucosas, alergia y tos.