Más allá de las clásicas temporadas de conejos y de patos, la temporada de
mosquitos debe ser la que más nos quita el sueño. Literalmente.
Es que con la llegada del calor, estos bicharracos empiezan su campaña de sobrevivencia consumiendo nuestra sangre. "En Chile, durante el invierno se generan fuentes de agua que cuando comienza a subir la temperatura empiezan a producir mosquitos mucho más rápido", explica el entomólogo Alfredo Ugarte. En honor a la verdad, aprovecha de aclarar que esta especie no se alimenta de sangre: sólo las hembras, a veces y por necesidad.
"Lo hacen porque necesitan algunos componentes de la hemoglobina -que está en la sangre de animales superiores como reptiles, anfibios y mamíferos- para terminar la fecundación de sus huevos. O sea, sin sangre no hay reproducción de la especie", explica.
Sea como sea, intentar dormir con estos bichos zumbando a nuestro alrededor es un fastidio. Y el asunto se complica cuando las altas temperaturas nocturnas obligan al ser humano a dormir con las ventanas abiertas, planteando la interrogante: ¿duermo con bichos o con calor?
"La idea es que al entrar a la habitación, en vez de picarnos, se vaya al vasito y se ahogue en él. Pero eso no evita que el zancudo entre: igual hay una probabilidad de que nos pique", advierte Flores.
Además, como aporta Ugarte, "los mosquitos tienen muchos sistemas de detección, como el calor, y por eso saben dónde posarse y dónde picar: estos trucos podrían funcionar, pero infalibles no son".
"Sirve mucho tener corrientes de aire, porque a los zancudos les resulta muy incómodo y se alejan. Evitar que entren a algún lugar es difícil, pero si colocas una corriente de aire sobre tu cama no te van a molestar", afirma el entomólogo.
Ahora, si quiere hacerla corta, puede contratar los servicios de empresas como Mosquiteros No Más Moscas, que hacen instalaciones a domicilio. "Fabricamos a medida cuatro tipos según la ventana, aunque las más prácticas son las imantadas, sobre todo para las ventanas más modernas", cuenta Marcela Herrera, dueña de este emprendimiento junto su marido.
"Usamos mallas de fibra de vidrio con protección UV que importamos exclusivamente y duran mucho. Llevamos 5 años instalando y aun no reponemos ninguna", afirma. ¿Precio? Para una ventana pequeña de baño, por ejemplo, cuesta $9.900; para ventanas de mayor tamaño, como de dormitorio, el precio parte en $25.000 aproximadamente.
Es que con la llegada del calor, estos bicharracos empiezan su campaña de sobrevivencia consumiendo nuestra sangre. "En Chile, durante el invierno se generan fuentes de agua que cuando comienza a subir la temperatura empiezan a producir mosquitos mucho más rápido", explica el entomólogo Alfredo Ugarte. En honor a la verdad, aprovecha de aclarar que esta especie no se alimenta de sangre: sólo las hembras, a veces y por necesidad.
"Lo hacen porque necesitan algunos componentes de la hemoglobina -que está en la sangre de animales superiores como reptiles, anfibios y mamíferos- para terminar la fecundación de sus huevos. O sea, sin sangre no hay reproducción de la especie", explica.
Sea como sea, intentar dormir con estos bichos zumbando a nuestro alrededor es un fastidio. Y el asunto se complica cuando las altas temperaturas nocturnas obligan al ser humano a dormir con las ventanas abiertas, planteando la interrogante: ¿duermo con bichos o con calor?
Engañar el sentido
"El zancudo detecta al ser humano a través del anhídrido carbónico que uno libera al expulsar aire cuando respira", parte explicando Sergio Flores, supervisor de operaciones de la empresa de control de plagas Bioguard. Por eso, un truco para engañarlos es situar un recipiente con agua y levadura o azúcar cerca de la ventana: esa solución emanará anhídrido carbónico y confundirá al mosquito."La idea es que al entrar a la habitación, en vez de picarnos, se vaya al vasito y se ahogue en él. Pero eso no evita que el zancudo entre: igual hay una probabilidad de que nos pique", advierte Flores.
Además, como aporta Ugarte, "los mosquitos tienen muchos sistemas de detección, como el calor, y por eso saben dónde posarse y dónde picar: estos trucos podrían funcionar, pero infalibles no son".
Viento
Otra opción, más acorde a los calurosos días que se viven, es instalar un ventilador de techo o uno de pie en la pieza para generar una corriente de aire alrededor de la cama. ¿Por qué? Pues los mosquitos no son los más capos para volar."Sirve mucho tener corrientes de aire, porque a los zancudos les resulta muy incómodo y se alejan. Evitar que entren a algún lugar es difícil, pero si colocas una corriente de aire sobre tu cama no te van a molestar", afirma el entomólogo.
100% infalible
La única solución 100% efectiva es instalar mallas en las ventanas. Para esto hay varias opciones: en Sodimac tienen una enorme gama de productos galvanizados y plásticos de distintos tamaños. "El tamaño de los orificios de cada malla varía y la elección va a depender de las condiciones ambientales. Un buen tamaño de orificio es entre 1,85 y 2 mm: con ese tamaño el usuario se asegura de que no ingresen insectos", asegura Cristián Herceg, gerente de negocios Sodimac Homecenter.Ahora, si quiere hacerla corta, puede contratar los servicios de empresas como Mosquiteros No Más Moscas, que hacen instalaciones a domicilio. "Fabricamos a medida cuatro tipos según la ventana, aunque las más prácticas son las imantadas, sobre todo para las ventanas más modernas", cuenta Marcela Herrera, dueña de este emprendimiento junto su marido.
"Usamos mallas de fibra de vidrio con protección UV que importamos exclusivamente y duran mucho. Llevamos 5 años instalando y aun no reponemos ninguna", afirma. ¿Precio? Para una ventana pequeña de baño, por ejemplo, cuesta $9.900; para ventanas de mayor tamaño, como de dormitorio, el precio parte en $25.000 aproximadamente.