Cecilia Casanova (49) ordenaba su clóset hace uno días cuando sintió algo similar a
un pinchazo en su pierna. Al otro día le había aparecido una mancha morada.
"Me hicieron exámenes de sangre y de orina. El médico me dijo que era una mordedura de araña de rincón. Yo tenía la idea errónea de que existía un antídoto, pero me dijeron que ya no se usaba. Estuve una semana internada en la clínica con antibióticos, anticoagulantes, corticoides, antiinflamatorios y antihistamínicos", cuenta.
El doctor Juan Vera, especialista en medicina interna de RedSalud Providencia, revisó a Cecilia. "Desde septiembre a la fecha han aumentado las consultas de sospecha y diagnóstico por mordedura de araña de rincón, particularmente en esta clínica. Entre un 25% y 50% más en relación a los casos observados el año pasado. Son cifras locales y no reflejan un diagnóstico a nivel nacional", acota el médico.
Según cifras de la Dirección de Estadística e Información de Salud del Minsal, este año 327 pacientes de todo el país han sido hospitalizados por efecto tóxico del contacto con veneno de todo tipo de arañas.
Los síntomas producidos por la araña de rincón se denominan loxoscelismo y pueden ser cutáneo o visceral.
Guillermo Acuña, infectólogo de la Clínica Las Condes, explica que "en el loxosocelismo cutáneo la lesión se inicia con enrojecimiento de la piel e inflamación. Por lo general, aparece una mancha color violáceo. La lesión dependerá de la talla del paciente, el tamaño de la araña y la cantidad de veneno. Puede evolucionar a necrosis antes de tres a cuatro días y formar una costra antes de cuatro a siete días. La herida, según su extensión y profundidad, puede requerir de cirugía reconstructiva".
Sólo una parte de los pacientes que sufre mordedura de araña de rincón desarrolla un loxocelismo visceral, acota el doctor Vera. "Es la manifestación más grave, cuando el veneno ingresa al torrente sanguíneo del paciente. Dicha toxina produce destrucción de los glóbulos rojos y los desechos de esta degradación pueden generar daño hepático y renal (disfunción) y una reacción multisistémica", agrega el médico.
El doctor Acuña dice que "el veneno de esta araña es capaz de disolver y destruir tejidos; además generan una reacción que obstruye los vasos sanguíneos, afectando la irrigación en órganos vitales como riñón, hígado, incluso pulmón y corazón; la falla de estos órganos eventualmente termina en la muerte".
Andrés Taucare, biólogo y entomólogo especialista en arañas, explica que la Loxosceles laeta, es el arácnido más tóxico de Chile. "Pertenece al grupo de arañas conocidas como reclusas o asesinas, por su veneno, el cual aloja en una glándula que está inserta en sus colmillos. Mide de uno a tres centímetros de largo (incluyendo las patas) y es de color café parduzco", dice Taucare. Habita en el interior de las casas, en lugares secos y oscuros. "En primavera y verano es el peak de su actividad, lo que coincide con su periodo de reproducción. Las mordeduras son accidentales y lo hacen por defensa propia; no es una araña agresiva, es más bien tímida. Evita el contacto con las personas", agrega el biólogo.
"Me hicieron exámenes de sangre y de orina. El médico me dijo que era una mordedura de araña de rincón. Yo tenía la idea errónea de que existía un antídoto, pero me dijeron que ya no se usaba. Estuve una semana internada en la clínica con antibióticos, anticoagulantes, corticoides, antiinflamatorios y antihistamínicos", cuenta.
El doctor Juan Vera, especialista en medicina interna de RedSalud Providencia, revisó a Cecilia. "Desde septiembre a la fecha han aumentado las consultas de sospecha y diagnóstico por mordedura de araña de rincón, particularmente en esta clínica. Entre un 25% y 50% más en relación a los casos observados el año pasado. Son cifras locales y no reflejan un diagnóstico a nivel nacional", acota el médico.
Según cifras de la Dirección de Estadística e Información de Salud del Minsal, este año 327 pacientes de todo el país han sido hospitalizados por efecto tóxico del contacto con veneno de todo tipo de arañas.
Los síntomas producidos por la araña de rincón se denominan loxoscelismo y pueden ser cutáneo o visceral.
Guillermo Acuña, infectólogo de la Clínica Las Condes, explica que "en el loxosocelismo cutáneo la lesión se inicia con enrojecimiento de la piel e inflamación. Por lo general, aparece una mancha color violáceo. La lesión dependerá de la talla del paciente, el tamaño de la araña y la cantidad de veneno. Puede evolucionar a necrosis antes de tres a cuatro días y formar una costra antes de cuatro a siete días. La herida, según su extensión y profundidad, puede requerir de cirugía reconstructiva".
Sólo una parte de los pacientes que sufre mordedura de araña de rincón desarrolla un loxocelismo visceral, acota el doctor Vera. "Es la manifestación más grave, cuando el veneno ingresa al torrente sanguíneo del paciente. Dicha toxina produce destrucción de los glóbulos rojos y los desechos de esta degradación pueden generar daño hepático y renal (disfunción) y una reacción multisistémica", agrega el médico.
El doctor Acuña dice que "el veneno de esta araña es capaz de disolver y destruir tejidos; además generan una reacción que obstruye los vasos sanguíneos, afectando la irrigación en órganos vitales como riñón, hígado, incluso pulmón y corazón; la falla de estos órganos eventualmente termina en la muerte".
Andrés Taucare, biólogo y entomólogo especialista en arañas, explica que la Loxosceles laeta, es el arácnido más tóxico de Chile. "Pertenece al grupo de arañas conocidas como reclusas o asesinas, por su veneno, el cual aloja en una glándula que está inserta en sus colmillos. Mide de uno a tres centímetros de largo (incluyendo las patas) y es de color café parduzco", dice Taucare. Habita en el interior de las casas, en lugares secos y oscuros. "En primavera y verano es el peak de su actividad, lo que coincide con su periodo de reproducción. Las mordeduras son accidentales y lo hacen por defensa propia; no es una araña agresiva, es más bien tímida. Evita el contacto con las personas", agrega el biólogo.