Concepción.- El carnaval penquista tuvo casi 80 minutos de pesadilla: igualaban 2-2
ante Deportes Limache, en su cancha, y el empate le daba el título de campeón a los
forasteros, pero entró Ignacio Valenzuela y, unos segundos después, metió el tanto
que terminó siendo histórico para Deportes Concepción. El gol significó el final del
sufrimiento para los lilas, quienes convocaron a 27.800 hinchas en el estadio Ester
Roa, y regresaron al fútbol profesional tras tres años jugando en el amateurismo.
"Esto es para toda la gente. El gol lo podía meter cualquiera porque lo importante era devolver al Conce al fútbol grande. No sé si fue la primera pelota que toqué, así parece, aunque da lo mismo eso. Soy lila de corazón, criado en Chiguayante y habrá que celebrar con los amigos y la familia", contó Valenzuela, autor del tanto triunfal.
El pitazo final montó una escena surrealista: los jugadores lloraron en cancha, el cuerpo técnico terminó abrazado en el suelo, miles de hinchas saltaron al césped y tuvieron que hacer un círculo de seguridad para entregar la copa y las medallas. Por el pasto del Ester Roa circuló gente en silla de ruedas, niños en andas de sus padres, abuelitas, mientras que otros fanáticos optaron por sacar un trozo de la malla del arco con encendedores y los más osados agarraron la copa y dieron una mini vuelta olímpica con su familia.
"Es una felicidad enorme. Esto es de los jugadores, han tenido la de levantarse en la adversidad. Nos levantamos. En 2017 tenía la posibilidad de seguir jugando profesionalmente, pero elegí venir a ayudar a mi equipo. Estoy contento por la gente. Injustamente nos desafiliaron y lo que perdimos en secretaría lo recuperamos en la cancha", dijo Esteban González, técnico de Concepción.
El estadio penquista prácticamente se llenó y en sus tribunas hubo lienzos de Santiago, Viña del Mar, Hualpén y Penco, entre otras comunas. La dirigencia del club contrató seguridad privada y no se ocasionaron desordenes violentos. La fiesta previa la amenizaron con música en vivo, el equipo saltó a la cancha bajo una ovación y tuvieron el apoyo, a la distancia, de Carlos Navarro Montoya, ex arquero de Boca Juniors y que pasó por el León de Collao, y en la cancha de algunos ex jugadores como Nicolás Villamil, Daúd Gazale y Mauricio Pozo.
Daniel Benavente, delantero lila, ahora sueña en grande. "Este club se merece el profesionalismo y estoy seguro que no vamos a parar hasta llegar a Primera División. Esto es puro esfuerzo. El Conce nunca debió salir de ahí", afirmó. "Es inmenso darle una alegría así a esta gente. Fue sufrido hasta el último, pero acá hay que guerrear en la cancha. Era un sueño jugar a estadio lleno, ganar un título y desatar una tremenda fiesta", agregó Fabián Ramírez.
"Esto es para toda la gente. El gol lo podía meter cualquiera porque lo importante era devolver al Conce al fútbol grande. No sé si fue la primera pelota que toqué, así parece, aunque da lo mismo eso. Soy lila de corazón, criado en Chiguayante y habrá que celebrar con los amigos y la familia", contó Valenzuela, autor del tanto triunfal.
El pitazo final montó una escena surrealista: los jugadores lloraron en cancha, el cuerpo técnico terminó abrazado en el suelo, miles de hinchas saltaron al césped y tuvieron que hacer un círculo de seguridad para entregar la copa y las medallas. Por el pasto del Ester Roa circuló gente en silla de ruedas, niños en andas de sus padres, abuelitas, mientras que otros fanáticos optaron por sacar un trozo de la malla del arco con encendedores y los más osados agarraron la copa y dieron una mini vuelta olímpica con su familia.
"Es una felicidad enorme. Esto es de los jugadores, han tenido la de levantarse en la adversidad. Nos levantamos. En 2017 tenía la posibilidad de seguir jugando profesionalmente, pero elegí venir a ayudar a mi equipo. Estoy contento por la gente. Injustamente nos desafiliaron y lo que perdimos en secretaría lo recuperamos en la cancha", dijo Esteban González, técnico de Concepción.
El estadio penquista prácticamente se llenó y en sus tribunas hubo lienzos de Santiago, Viña del Mar, Hualpén y Penco, entre otras comunas. La dirigencia del club contrató seguridad privada y no se ocasionaron desordenes violentos. La fiesta previa la amenizaron con música en vivo, el equipo saltó a la cancha bajo una ovación y tuvieron el apoyo, a la distancia, de Carlos Navarro Montoya, ex arquero de Boca Juniors y que pasó por el León de Collao, y en la cancha de algunos ex jugadores como Nicolás Villamil, Daúd Gazale y Mauricio Pozo.
Daniel Benavente, delantero lila, ahora sueña en grande. "Este club se merece el profesionalismo y estoy seguro que no vamos a parar hasta llegar a Primera División. Esto es puro esfuerzo. El Conce nunca debió salir de ahí", afirmó. "Es inmenso darle una alegría así a esta gente. Fue sufrido hasta el último, pero acá hay que guerrear en la cancha. Era un sueño jugar a estadio lleno, ganar un título y desatar una tremenda fiesta", agregó Fabián Ramírez.