"Las esculturas que son de mármol obviamente tienen un tema de daños a la intemperie, que es más complicado que las esculturas metálicas, pero, en general, el estado es bueno, salvo un par que, como han sido intervenidas por un escultor que va siempre a echarles una manito de gato, por decirlo así, que no queda bien, son más vulnerables por los sismos, pero no porque las hayan tratado de sacar o por golpes del movimiento social de ahora", cuenta Priscilla Barahona, arquitecta restauradora del Centro Nacional de Conservación y Restauración.
Explica que las municipalidades no tienen los conocimientos ni tampoco los recursos para hacer restauraciones como corresponde. "Las esculturas tienen fisuras que han sido reparadas, pero que con los terremotos vuelven a moverse, porque no han sido hechas por un conservador-restaurador especialista en la materia", dice.
Las dos esculturas más dañadas serán sometidas a escáneres. "Si este escáner confirma lo que vimos a simple vista, vamos a recomendar que se retiren. Las dos son de mármol y tienen daño acumulado de antes, por las intervenciones y por la vulnerabilidad del mármol", cuenta.
Este examen funciona igual que una ecografía: revelar qué hay debajo de la superficie. La principal duda es saber si la escultura fue sometida a una reparación estructural.
Cuando el mármol se parte en dos, cuando, por ejemplo, a un ángel se le cae un brazo, lo primero que hay que hacer es volver a ponerlo en su lugar. Para eso se utilizan fierros y adherentes. Una vez unidas las partes, se reparan los contornos. El escáner debe detectar si la escultura tiene fierros o no. Si no los tiene, está en peligro y debe retirarse para someterla a una reparación profunda. Las esculturas más dañadas de La Serena tienen muchas fisuras, pero siguen en pie. "Para lo que se ve de la cantidad de fracturas que han sido restauradas, se debiera haber caído la escultura, pero no se cayó. Creemos que debe tener algún tipo de consolidación estructural", explica. Si es así, la reparación no debiera ser tan complicada.
Francisco Varas, secretario regional ministerial (seremi) de Las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Coquimbo, cuenta que una de las esculturas más dañadas es la réplica de un discóbolo. "Probablemente realicemos gestiones para retirarla, porque tiene una fractura diagonal en las piernas. Si alguien se sube, se podría caer", cuenta.
Con el terremoto del 201 5, esta escultura sufrió una fractura. Luego se restauró, pero el terremoto de enero de este año en Coquimbo la dejó nuevamente al descubierto.
La tecnología usada para los escáneres es la misma que usan las empresas mineras para saber qué hay dentro de las rocas y ya se inició el proceso de cotizaciones. "Nos estamos reuniendo con algunas empresas que hacen este tipo de modelamiento", asegura. Algunas esculturas fueron escaneadas hace un tiempo.
"Los escáneres de alta resolución no solamente modelan la estructura, sino que también permiten ver el interior y evaluar cómo está la roca. Son todas estructuras de mármol y sabemos que el mármol tiene su fragilidad", explica.