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Fiscal relata dura extorsión con video grabado desde celular
El 14 de junio de este año, Fernando Cabezas, de 32 años, fue encontrado culpable del delito de extorsión. Ocho meses antes le había pedido $900.000 a un hombre a cambio de no revelar un video de ellos de un encuentro íntimo.

El registro lo hizo con su celular, sin el consentimiento de la víctima, y luego le entregó un pendrive con el video. La víctima pagó, pero luego denunció el hecho. El extorsionador fue condenado a 541 días de presidio. Como no tenía antecedentes, la pena fue remitida. Además, fue multado con 10 UTM ($496.230 al valor de hoy), que podía pagar en 10 cuotas mensuales.

Justo cuando Cabezas era condenado, otro hombre de 68 años vivía un infierno. Lo seguiría viviendo hasta noviembre, cuando ya no dio más y decidió revelarle a su esposa e hijos lo que le ocurría. Al día siguiente el hombre acudió a la Fiscalía Oriente, específicamente a la Fiscalía Local de Ñuñoa, a formalizar su denuncia. ¿Contra quién? Precisamente contra Cabezas, también por extorsión.

Según dijo en su declaración, durante los últimos dos años le había estado entregando dinero. En total, aseguró, fueron 14 millones de pesos.

"En noviembre de 2017, cuando se conocen, empieza la extorsión. Hay entrega de dinero para que no se difunda un registro fílmico que daba cuenta de una relación sexual entre ellos", explica el fiscal jefe de Ñuñoa, Alvaro Pérez.

Según describió la víctima, se conocieron en un sauna y luego decidieron juntarse en otro lugar. A la siguiente cita, según consta en la declaración, Cabezas le entregó un pendrive con el video de ambos en un motel. "Desde ahí comienza una extorsión permanente. Amenaza con enviar el video a su familia, su señora y sus hijos.

Menciona sus nombres. Y dice saber dónde viven. El imputado se va acercando cada vez más al entorno familiar. Le manda fotografías de sus hijos y esposa por whatssap, posiblemente obtenidas de redes sociales", explica el fiscal.

"En algunas oportunidades el imputado incluso estuvo fuera del domicilio de la víctima para presionarlo, para que entregara dinero. En algunas ocasiones dejó objetos en el patio de la casa, dando cuenta de que su amenaza era concreta y que iba a cumplir las amenazas si no pagaba".

-Según su investigación, ¿qué tan seguido pedía plata?
-Todos los meses. Hay entregas de dinero en efectivo, depósitos, cheques y transferencias, pero la mayoría fue transferencias.

El fiscal muestra un listado de 34 transferencias que suman $8.967.000. Por ejemplo, en mayo de este año, la víctima realizó cuatro transferencias al imputado. ($200.OOO, $700.OOO, $165.OOO, $100.OOO y $65.000). El mayor monto fue por 1 millón de pesos y lo realizó en julio de este año, justo cuando Cabezas había sido condenado por el otro caso y debía empezar a pagar la multa.

En agosto la víctima transfirió en cinco oportunidades, por un monto total de $1.640.000, y en septiembre fueron cuatro las veces, en total por $2.100.000. Incluso el 24 de diciembre de 2018 debió realizar un traspaso de dinero ($70.000).

Desesperado, el hombre finalmente decidió contarle a su familia lo que estaba viviendo. Lo hizo en los primeros días de noviembre.

-¿Por qué tomó esa decisión, cree usted?
-Porque el acusado empieza a dejar cosas en la casa de la víctima. Él siente que la situación está llegando muy lejos y muy cerca de su entorno familiar. Derechamente él ya no podía sostener esta situación.

-¿Se empieza a asustar?
-Exacto. Él manifiesta que ya no puede seguir así y que le tiene que poner un punto final a esta situación. Recurre a su familia y decide contarles de manera inmediata. Decide contar cuando ya es insostenible la proximidad que tiene el acusado con el entorno de su familia. Quiere protegerlos. Y al día siguiente vino a la Fiscalía. Además, en ese momento, le estaban pidiendo $1.800.000.

-¿El denunciante, cómo conseguía el dinero?
-Dice que tiene un ingreso producto de su trabajo pero además explica que tuvo que endeudarse, solicitar créditos y avances en efectivo para poder entregar el dinero. El imputado siempre le decía cosas como "esta es la última vez, no te voy a molestar, no vas a volver a saber de mí". Era la forma de mantener la presión e incertidumbre en la víctima.

Cabezas fue detenido la mañana de este jueves por la PDI y fue formalizado durante la tarde. La jueza lo dejó en prisión preventiva y dio 90 días para investigar. "Ahora arriesga una pena de hasta 5 años de presidio efectivo, porque ya tiene una condena anterior", explica el fiscal Pérez.

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