Se llama Bernio Verhagen, nació en Surinam, pero los datos duros que pululan sobre
él indican que es holandés, mide 1,75 y tiene 25 años. Juega, dicen, de extremo
derecho. Bernio podría representar al típico futbolista que busca triunfar donde sea,
pero su historia se terminó transformando en un hit: la de un sujeto peculiar que fue
fichado este 2019 por cinco clubes sin ser jugador profesional, incluido un equipo
chileno chileno, y que ahora terminó en la cárcel por múltiples cargos.
En agosto de este año, y en el límite del plazo de transferencias, Audax Italiano inscribió a este holandés proveniente del Capetown FC de Sudáfrica, donde había sido presentado apenas un mes antes. Bernio Verhagen también tuvo breves experiencias en el Den Dungen de Holanda y en el Dinamo-Auto Tiraspol de Rumania. "No recuerdo cómo llegó ni cómo se llamaba su representante. Sólo recuerdo que era un agente holandés", dijo Lorenzo Antillo, presidente de Audax Italiano a "La Tercera" sobre su flamante incorporación.
La amnesia dirigencial no impidió que en su minuto Verhagen se vistiera con el buzo itálico y fuera a entrenar al estadio de La Florida. En Chile se instaló en una casa en la comuna de Puente Alto que le pasó el club y conoció a una chica de 21 años llamada Nayaret Muci. Se hicieron amigos, pero a él en el fútbol no le fue bien. Tronco como él solo, el extremo no sedujo ni de lejos al entrenador Juan José Ribera. Tuvo que irse de Chile a buscar nuevos rumbos, pero antes acusó a sus compañeros de actos racistas contra él.
"Yo estaba en un mal momento, con las maletas en mi mano, muy vulnerable y lo conocí. Me escribió por Instagram y me dijo que se tenía que ir porque Audax no lo estaba pescando. Me contó que quizás podría tener oportunidades y no lo pensé mucho. A las dos semanas me fui con él porque me ofreció su ayuda. No como su novia, pero obviamente que surgió una relación ahí", cuenta Nayaret.
Los primeros días fueron extraños. Con problemas de comunicación -él sólo hablaba inglés-, ambos conversaban por el traductor de Google del teléfono. "Igual era muy raro: tenía cinco teléfonos y no parecía futbolista porque comía a cualquier hora, no se cuidaba, le gustaban las pizzas. Y hacía todo como escondido. Yo ahoro me impresiono porque no era alguien normal. Él tenía un representante que se llamaba Dimitri y hablaba por videocámara todo el día", cuenta.
Bernio escapó de Chile sin darle explicaciones a Audax luego de su paso en falso y partió a Dinamarca para jugar en el Viborg FF, de la segunda división de Dinamarca. Junto con su amiga chilena vivió dos semanas en un hotel y dos semanas en un departamento que les pasó el club. "Esos días fueron una pesadilla. Yo no sé cómo no se dieron cuenta que era un estafador y que no jugaba nada. Además me empezó a tratar muy mal", dice ella.
'Intenté varias veces escaparme de la casa hasta que lo logré y eso lo dejó muy mal. Yo me fui a una especie de centro de ayuda para víctimas de violencia y ahíél también me siguió. Un día me encontró en un minimarket y me agredió. Los videos salieron en las noticias de Dinamarca", agrega la joven.
Tras el incidente, al holandés cortaron por su sospechosa vida privada y porque derechamente era muy mal futbolista. O no lo era en absoluto. Sin embargo, se abrió otro foco: la agresión a la joven implicó una nueva investigación sobre él que develó una larga lista de imputaciones. "Se le acusa de robos, violencia y amenazas", confirmó en un punto de prensa Christian Toftemark, fiscal a cargo de la investigación.
"Es todo falso", dijo el aludido, ahora en prisión preventiva.
En agosto de este año, y en el límite del plazo de transferencias, Audax Italiano inscribió a este holandés proveniente del Capetown FC de Sudáfrica, donde había sido presentado apenas un mes antes. Bernio Verhagen también tuvo breves experiencias en el Den Dungen de Holanda y en el Dinamo-Auto Tiraspol de Rumania. "No recuerdo cómo llegó ni cómo se llamaba su representante. Sólo recuerdo que era un agente holandés", dijo Lorenzo Antillo, presidente de Audax Italiano a "La Tercera" sobre su flamante incorporación.
La amnesia dirigencial no impidió que en su minuto Verhagen se vistiera con el buzo itálico y fuera a entrenar al estadio de La Florida. En Chile se instaló en una casa en la comuna de Puente Alto que le pasó el club y conoció a una chica de 21 años llamada Nayaret Muci. Se hicieron amigos, pero a él en el fútbol no le fue bien. Tronco como él solo, el extremo no sedujo ni de lejos al entrenador Juan José Ribera. Tuvo que irse de Chile a buscar nuevos rumbos, pero antes acusó a sus compañeros de actos racistas contra él.
"Yo estaba en un mal momento, con las maletas en mi mano, muy vulnerable y lo conocí. Me escribió por Instagram y me dijo que se tenía que ir porque Audax no lo estaba pescando. Me contó que quizás podría tener oportunidades y no lo pensé mucho. A las dos semanas me fui con él porque me ofreció su ayuda. No como su novia, pero obviamente que surgió una relación ahí", cuenta Nayaret.
Los primeros días fueron extraños. Con problemas de comunicación -él sólo hablaba inglés-, ambos conversaban por el traductor de Google del teléfono. "Igual era muy raro: tenía cinco teléfonos y no parecía futbolista porque comía a cualquier hora, no se cuidaba, le gustaban las pizzas. Y hacía todo como escondido. Yo ahoro me impresiono porque no era alguien normal. Él tenía un representante que se llamaba Dimitri y hablaba por videocámara todo el día", cuenta.
Bernio escapó de Chile sin darle explicaciones a Audax luego de su paso en falso y partió a Dinamarca para jugar en el Viborg FF, de la segunda división de Dinamarca. Junto con su amiga chilena vivió dos semanas en un hotel y dos semanas en un departamento que les pasó el club. "Esos días fueron una pesadilla. Yo no sé cómo no se dieron cuenta que era un estafador y que no jugaba nada. Además me empezó a tratar muy mal", dice ella.
'Intenté varias veces escaparme de la casa hasta que lo logré y eso lo dejó muy mal. Yo me fui a una especie de centro de ayuda para víctimas de violencia y ahíél también me siguió. Un día me encontró en un minimarket y me agredió. Los videos salieron en las noticias de Dinamarca", agrega la joven.
Tras el incidente, al holandés cortaron por su sospechosa vida privada y porque derechamente era muy mal futbolista. O no lo era en absoluto. Sin embargo, se abrió otro foco: la agresión a la joven implicó una nueva investigación sobre él que develó una larga lista de imputaciones. "Se le acusa de robos, violencia y amenazas", confirmó en un punto de prensa Christian Toftemark, fiscal a cargo de la investigación.
"Es todo falso", dijo el aludido, ahora en prisión preventiva.