Desde 2016 que Alfio Yori, ingeniero acústico, se dedica a medir el nivel de ruido
bajo la superficie de mar. Lo ha hecho en Caleta Chañaral, Valdivia y en la Región de
Magallanes.
Su método consiste en subirse a una embarcación y partir a los lugares designados. "Voy con mi sistema, que consta de un hidrófono —micrófono para el agua-, una boya, un grabador digital y un software", detalla el especialista, doctor en ciencias de la ingeniería de la Technische Universitat de Berlín.
En el punto elegido lanza la boya con el micrófono especial y graba entre 5 a 10 minutos para hacer un promedio del ruido existente varios metros más abajo.
Su meta es realizar una investigación —inédita en Chile- sobre el impacto del ruido en la fauna marina. "La idea es implementar un sistema de medición calibrado de los niveles de ruido bajo el agua. Estoy creando una base de datos para relacionar estos niveles con los umbrales auditivos de ciertos mamíferos marinos", explica.
Esencialmente su trabajo —financiado por un fondo de investigación que ganó- apunta a delfines, ballenas grandes, orcas y lobos marinos. Un ruido excesivo puede provocar cambios de comportamiento en estos animales o desorientarlos, al impedir que detecten los sonidos que son importantes para su supervivencia.
"Una embarcación puede ser silenciosa sobre el agua, pero muy ruidosa abajo", señala Yori, quien comprobó que mientras más grande el motor y mayor velocidad que alcanza, más revuelo submarino provoca.
Comenta que en el ambiente líquido el ruido se mide en decibeles, igual que las ondas sonoras en el aire, pero la escala es matemáticamente diferente, por las características de propagación bajo el mar.
"En el aire a partir de 85 decibeles es alto para el ser humano. Bajo el agua se mide respecto a determinado animal, porque tienen distintos umbrales auditivos. Un delfín puede empezar a escuchar desde 120 decibeles hacia arriba, y un lobo marino puede empezara escuchar desde 80 decibeles", señala.
"Somos la única carrera orientada a todo el espectro del sonido. No solamente desde punto de visto de la grabación y reproducción, sino que también del control del ruido, ya sea en las ciudades o las industrias", comenta.
De ahí que el campo laboral abarque desde estudios de grabación hasta mediciones del nivel de ruido en empresas.
¿Cuál es el perfil de los alumnos? "Como toda ingeniería, al menos que le gusten las matemáticas y el estudio de la física. También un gusto por la música. La mayoría de los alumnos tienen bandas o ha estudiado música", dice Cárdenas.
El motivo de tener inclinaciones artísticas es que la malla cuenta con algunos ramos como Lenguaje y Entrenamiento Auditivo Musical o Introducción a la Armonía Tradicional y Moderna.
La carrera viene desde 1967, aunque ha cambiado con el tiempo. Antes el título era de ingeniero en ejecución o ingeniero a secas. Actualmente se titulan cerca de 10 ingenieros civiles acústicos al año.
¿Cuánto gana un recién egresado? "Alrededor de $1.000.000 en promedio, depende de dónde se contrate", opina el director.
"Vamos al lugar donde va a haber una construcción y hacemos mediciones de ruido y vibraciones. Luego realizamos una modelación de cómo se va a comportar cuando, por ejemplo, estén las maquinarias moviendo la tierra y vemos si cumplan con la normativa de referencia. En Chile no hay una normativa de vibraciones, pero sí de ruido", explica. Sus conclusiones se agregan al estudio de impacto ambiental del proyecto.
También han realizado trabajos para salmoneras, construcción de edificios, parques eólicos -monitorear el nivel de ruido para distintas condiciones de viento-, un estudio de la evolución de los niveles de ruido en Coronel o el mapa de ruido de la Ruta 5.
Su labor incluye proponer medidas de control en caso de que los decibeles se disparen a límites peligrosos. "Hacemos una modelación de la etapa de operación, cuando esté funcionando el proyecto", concluye.
Su método consiste en subirse a una embarcación y partir a los lugares designados. "Voy con mi sistema, que consta de un hidrófono —micrófono para el agua-, una boya, un grabador digital y un software", detalla el especialista, doctor en ciencias de la ingeniería de la Technische Universitat de Berlín.
En el punto elegido lanza la boya con el micrófono especial y graba entre 5 a 10 minutos para hacer un promedio del ruido existente varios metros más abajo.
Su meta es realizar una investigación —inédita en Chile- sobre el impacto del ruido en la fauna marina. "La idea es implementar un sistema de medición calibrado de los niveles de ruido bajo el agua. Estoy creando una base de datos para relacionar estos niveles con los umbrales auditivos de ciertos mamíferos marinos", explica.
Esencialmente su trabajo —financiado por un fondo de investigación que ganó- apunta a delfines, ballenas grandes, orcas y lobos marinos. Un ruido excesivo puede provocar cambios de comportamiento en estos animales o desorientarlos, al impedir que detecten los sonidos que son importantes para su supervivencia.
"Una embarcación puede ser silenciosa sobre el agua, pero muy ruidosa abajo", señala Yori, quien comprobó que mientras más grande el motor y mayor velocidad que alcanza, más revuelo submarino provoca.
Comenta que en el ambiente líquido el ruido se mide en decibeles, igual que las ondas sonoras en el aire, pero la escala es matemáticamente diferente, por las características de propagación bajo el mar.
"En el aire a partir de 85 decibeles es alto para el ser humano. Bajo el agua se mide respecto a determinado animal, porque tienen distintos umbrales auditivos. Un delfín puede empezar a escuchar desde 120 decibeles hacia arriba, y un lobo marino puede empezara escuchar desde 80 decibeles", señala.
Carrera amplia
El trabajo de Alfio Yori es una muestra del amplio campo que abarca la carrera de Ingeniería Civil Acústica. Jorge Cárdenas, director del Instituto de Acústica de la U. Austral, explica que la carrera que dictan en Valdivia dura 11 semestres y mezcla ingeniería y música."Somos la única carrera orientada a todo el espectro del sonido. No solamente desde punto de visto de la grabación y reproducción, sino que también del control del ruido, ya sea en las ciudades o las industrias", comenta.
De ahí que el campo laboral abarque desde estudios de grabación hasta mediciones del nivel de ruido en empresas.
¿Cuál es el perfil de los alumnos? "Como toda ingeniería, al menos que le gusten las matemáticas y el estudio de la física. También un gusto por la música. La mayoría de los alumnos tienen bandas o ha estudiado música", dice Cárdenas.
El motivo de tener inclinaciones artísticas es que la malla cuenta con algunos ramos como Lenguaje y Entrenamiento Auditivo Musical o Introducción a la Armonía Tradicional y Moderna.
La carrera viene desde 1967, aunque ha cambiado con el tiempo. Antes el título era de ingeniero en ejecución o ingeniero a secas. Actualmente se titulan cerca de 10 ingenieros civiles acústicos al año.
¿Cuánto gana un recién egresado? "Alrededor de $1.000.000 en promedio, depende de dónde se contrate", opina el director.
Medidores de ruido
Otra patita de la carrera es la que desarrolla Nicolás Bastián en la empresa de asesorías Acústica Austral."Vamos al lugar donde va a haber una construcción y hacemos mediciones de ruido y vibraciones. Luego realizamos una modelación de cómo se va a comportar cuando, por ejemplo, estén las maquinarias moviendo la tierra y vemos si cumplan con la normativa de referencia. En Chile no hay una normativa de vibraciones, pero sí de ruido", explica. Sus conclusiones se agregan al estudio de impacto ambiental del proyecto.
También han realizado trabajos para salmoneras, construcción de edificios, parques eólicos -monitorear el nivel de ruido para distintas condiciones de viento-, un estudio de la evolución de los niveles de ruido en Coronel o el mapa de ruido de la Ruta 5.
Su labor incluye proponer medidas de control en caso de que los decibeles se disparen a límites peligrosos. "Hacemos una modelación de la etapa de operación, cuando esté funcionando el proyecto", concluye.