En los '70 desobedeció al aire una orden del mismísimo Don Francisco ("no voy a hacer el ridículo como tú"), en los '80 dijo que tendría un hijo con o sin libreta y en los albores de este siglo ("Vértigo") dejó llorando a Vivi Kreutzberger porque la hija del creador de la Teletón osó festinar con un tema íntimo suyo (nulidad con Eliseo Salazar).
Década tras década deja su impronta, es pilla. Este jueves habló en su programa "Bienvenidos" del distanciamiento que mantiene con su hijo Hernán, incluso en estas fechas. Está en una fase de productividad televisiva. De alguna manera supo adaptarse al formato tras el estallido social. Tanto así que si un extranjero llegara a Chile, prendiera la tele y la escuchara, perfectamente podría creer que el pensamiento político de la mamá de Kel transita por veredas más bien progresistas.
Recordemos que aparte de polémicas faranduleras, Argandoña De la Fuente ha emitido declaraciones tan poco atinadas como cuando dijo que no dudaría un segundo en matar a alguien que intentara ingresar a su hogar para robar. O como en aquella otra ocasión en que criticó ferozmente a sus vecinos que cuelgan su ropa en las ventanas para que la seque el sol, diciendo que donde ella vive de noche parece Manhattan pero que de día el panorama cambia radicalmente y se vuelve mucho menos... glamoroso. También reconoció que mandó a cortar árboles milenarios para... espiar tranquila a su ex, Hernán Calderón.
Revisemos lo que fue su 2019. A principios de agosto volvió a "Bienvenidos", que la había desafectado en junio último, sin mucha delicadeza que digamos. Como muestra de su gran muñeca para negociar, quedó mejor posicionada todavía en ese matinal (relegando a "Polo" Ramírez a un cuarto puesto en la jerarquía de rostros).
Luego aguantó estoicamente que le cancelaran el estelar "Atrevidas", que preparaba con Tonka Tomicic y Fran García-Huidobro. Y finalmente se cuadró en pantalla con el estallido social y la hemos visto poner en problemas a invitados con sus preguntas al hueso.
Si un mérito tiene Raquel es que sabe adaptarse s la perfección a las nuevas circunstancias para no morir (se entiende que televisivamente, por supuesto). De ahí a que sienta lo que está diciendo, eso ya es otro asunto. Yo les digo, Raquel es pilla, muy pilla.