"Me siento bien físicamente y quiero buscar esa oportunidad para seguir haciendo lo que siempre amé, jugar fútbol", dice Lucas Giovini.
"Que cierre bien su carrera, él aportó a La Calera dentro y afuera de la cancha. Yo cuando lo iba a ver entrenar, me daba cuenta de que sus compañeros lo miraban con respeto y era un referente, muchos le pedían consejos", agrega su esposa Cindy Núñez, de profesión kinesióloga e hija del mítico delantero especialista en los penales largos Alfredo "Torpedo" Núñez.
¿Qué hacer? Cindy lo tiene claro. Ella es dueña del centro de estética Soy Vital, a la salida de La Calera, en una zona residencial. Llega todos los días a trabajar acompañada de Constantino, su hijo menor de apenas nueve meses. Aparte, Giovini montó un restorán en la ciudad con carnes a la parrilla llamado El Crack del Asado, que ya agarró buena fama. "Se veía venir que no le iban a renovar, pese a que él hizo las cosas bien. Lucas tiene 38 y como él dice, ya no soy una vaca que da leche , a veces buscan gente más joven. De hecho, él se va por la puerta grande de La Calera y es lo que siempre quiso, pero a sus 38 quiere seguir jugando, me dice que puede seguir en Primera o ir a la B, y yo le dije al tiro que lo apañaba, pero que ésta vez yo no me iba con él", cuenta la kinesióloga.
-¿Por qué? ¿Cómo así?
-Siempre lo seguí, primero a Chillán cuando se fue a Ñublense (2013) y no teníamos hijos. Y luego lo seguí a Quilmes, en Argentina (201 6), cuando tenía al Agustino (hoy de cuatro años). Siempre lo seguí pese a que tenía mi trabajo. Y no he dejado de trabajar, pero ahora yo también me estoy desarrollando y tengo a Constantino, y sigo trabajando, de hecho vengo a trabajar todos los días con él. Además, Agustín empieza el colegio.
-¿Qué le hizo click, el momento que vive el país? En el fútbol, generalmente las mujeres siguen a sus esposos dónde sea.
-Siempre he respetado mi espacio y que soy profesional. He tenido mis proyectos, que también son en conjunto con él, porque es accionista y me ha ayudado a cumplir mi sueño. Pero ahora va por el lado de que su carrera está terminando y desde acá puedo ayudar más. Le dije que no se fuera a un lugar lejos, que busque algo cercano a La Calera para que pueda estar yendo y viniendo a vernos. Santiago, la Quinta, por ejemplo, porque así puede viajar. Lucas es súper apegado a los niños y ese punto va a ser súper complicado.
-Él dice que usted debe hacerse cargo de la parrilla.
-Pero yo trabajo y el restorán lo lleva un amigo de Lucas que tiene participación y además cocina.
-Usted no se hace problemas.
-Es más que nada por él, quiero que encuentre un club donde esté conforme, que le guste el equipo, que siga su profesión, porque siempre me dice que se quiere retirar jugando. Un equipo que le permita arrancase un día para venir a vernos. El se siente bien y está bien, entrena, es súper profesional. ¿Para qué se va a quedar con las ganas?
Lucas Giovini tampoco se complicará la vida; tomará una de las ofertas que ya tiene sobre la mesa. "Lo importante es que me voy tranquilo de La Calera, porque llegué cuando ascendió, se clasificó a la Copa Sudamericana y eso lo hace meritorio. Me pone feliz haber dejado todo, pero el 2018 no jugué ningún partido y este año apenas cuatro. Quiero seguir jugando y llevando mi fútbol y mi pasión a otro club. Me da una tristeza enorme dejar La Calera. Siempre seré un calerano", explica.
-¿Cómo lo hará con los negocios?
-Tenemos que ir coordinando con Cindy: ver qué sale, dónde. Vamos a tratar de buscar algo que sea conveniente para la familia y también como desafío futbolístico.