"Me da mucha ternura, ella adora las luces", reconoce Luciana Salazar, quien para el segundo cumpleaños de su hija le armó una fiesta en el Hotel Meliá de Buenos Aires con 60 invitados y le mandó a hacer una casa de muñecas de 3x3 metros totalmente equipada con cocina, vajilla, comedor, cunita, instrumentos musicales y tocador.
A mediados de febrero empieza el jardín porque como nació en Estados Unidos, su madre quiso darle una educación norteamericana. "Hasta ahora tenía una maestra jardinera (educadora de párvulos) que le hacía clases particulares por dos horas diarias, pero ahora empezará el jardín en inglés, quiero que el inglés sea su idioma base tal como el castellano", advierte la llamada Luli. "Ella no para, tiene mucha energía y es muy lanzada. Trepa por todos los lugares, es coqueta, ya sabe reconocer las marcas y los logos de las carteras que usa la mamá, tiene un carácter divino, sumamente carismática y dulce", la describe con chochera de madre.
-¿Usted administra el instagram de Matilda?
-La verdad es que todo el material lo elijo yo. Subo fotos o algún video para compartir cosas de su crecimiento. A la gente le gusta mucho cómo la visto también. Me preguntan por sus looks. Algunas prendas las compro en Argentina o afuera, y otras me las regalan.
-¿A ella le gusta ser reconocida?
-Ella lo vive con naturalidad. Cada vez que entra a un escenario o a un estudio de tevé con la mamá se vuelve loca, para ella es como estar en Disney. No quiere que la saquen de ahí. En los Martín Fierro (el sábado pasado) estuvo todo el rato sobre el escenario. Los otros ganadores tuvieron que esquivarla. Para ella es como un juego, le encantan las luces y arenga al público. Cuando mi mamá la lleva a la plaza, la reconocen mucho, le piden fotos y la saludan. Ella se comunica, habla de todo, aunque todavía no tiene buena fonética porque es muy chiquitita.
-¿Usted espera que ella sea una celebridad?
-No, yo quiero que sea feliz y que ella decida lo que quiera hacer cuando sea grande. Yo le voy a dar todas las herramientas posibles, la educación para que el día de mañana esté bien preparada y pueda elegir.
-¿Ha pensado qué le va a decir cuando le pregunte quién es su papá?
-Cuando yo tomé la decisión, una sicóloga me dijo "Mirá, Luli, esto es más simple de lo que vos creés. Los chicos absorben las cosas mucho más fácil que los adultos". Le contaré cuando tenga más de noción que sólo tiene mamá. Y cuando sea más grande y sepa entender las cosas, le contaré toda la historia.
-¿Quién suple la imagen paterna?
-En algún punto mi papá y algunos amigos míos que la quieren como padres. Después de mí, mi papá y mi mamá son las personas más importantes en la vida de Matilda. Ellos la aman. También está mi tía Evangelina Salazar, que es la esposa del cantante Palito Ortega y Marcelo Polino, que es su padrino. Está rodeada de mucho amor.
-¿Es una mamá muy aprensiva?
-La cuido pero también trato de que sea independiente, de darle libertad. Yo tenía miedo de ser muy posesiva porque por ahora es hija única. La quiero valiente, una mujer corajuda y no caprichosa.
-¿Planea tener más hijos?
-No lo pienso pero si el día de mañana tengo esa bendición, me encantaría, aunque no como madre soltera, sí en pareja. Por ahora estoy muy bien, te diría que en uno de mis mejores momentos a nivel personal y laboral. Estoy muy contenta, pero trato de no hablar mucho de mi vida privada porque me va mejor así. Ya estuve en boca de todos.