Fue una de las caras más reconocibles del llamado movimiento Nouvelle Vague o
nueva ola en el cine francés. La actriz Anna Karina (79) se convirtió en uno de los
íconos de aquel movimiento cultural que transformó la forma de narrar las películas
en aquella época.
"El movimiento de la Nouvelle Vague muestra un cine que comienza a convivir con la realidad, muy lejos del cine de estudio de la década anterior. Y esto influyó en todas las cinematografías del mundo", revela Felipe Blanco, crítico y profesor de cine de la Universidad Mayor. Por eso, el fallecimiento de Anna Karina durante la tarde del sábado en París conmovió al mundo del arte. "Hoy el cine francés quedó huérfano. Ha perdido a una de sus leyendas", tuiteó, por ejemplo, el ministro de cultura francés, Franck Riester, quién dio cuenta del deceso.
Hanne Karin Bayer, su nombre real, comenzó su carrera siendo modelo, donde trabajó con referentes como Coco Chanel. Fue ella quien la renombró como Anna Karina. "Cuando estaba filmando para la revista Elle , le dije a la maquilladora que quería ser actriz. De repente, esta otra dama, que parecía muy inteligente, entra a la habitación con un gran sombrero y un cigarrillo en la boca. Ella me escuchó decir que quería ser actriz y preguntó¿cómo te llamas? . Le respondíHanne Karin Bayer Ella dijo deberías llamarte Anna Karina . Era Coco Chanel. Yo sólo la conocía por el perfume", contó la actriz a "The New York Times" en 2016.
Posterior a su encuentro con Coco Chanel, Anna protagonizó un comercial de una marca de jabón que le sirvió para que el director Jean-Luc Godard la descubriera como su musa. Así, en 1961, comenzaron una prolífica relación no sólo como actriz y director, sino además como pareja, donde se casaron y ella protagonizó títulos como "Una mujer es una mujer" y "Vivir su vida", dos de sus mayores éxitos. En 1967, luego separarse del realizador, se dedicó a la dirección y también al canto, donde incluso trabajó con Serge Gainsbourg.
"No era una gran actriz, pero estuvo presente en cuatro o cinco de las películas más representativas del primer momento de la nueva ola francesa. Por eso era imposible que su rostro no estuviera fijado a cierto momento de la historia del cine francés. Además era muy bella", indica Blanco. "Su pérdida ocurre en un momento en que uno siente que lo que queda de la nueva ola francesa se está desmoronando. Sólo queda vivo su ex esposo Godard", agrega el académico. De hecho, Blanco recuerda que Anna "era una mujer que todavía participaba bastante, iba a muchos festivales. Además era asequible con el público. Nunca se convirtió en una diva, sino que siempre fue cercana".
"El movimiento de la Nouvelle Vague muestra un cine que comienza a convivir con la realidad, muy lejos del cine de estudio de la década anterior. Y esto influyó en todas las cinematografías del mundo", revela Felipe Blanco, crítico y profesor de cine de la Universidad Mayor. Por eso, el fallecimiento de Anna Karina durante la tarde del sábado en París conmovió al mundo del arte. "Hoy el cine francés quedó huérfano. Ha perdido a una de sus leyendas", tuiteó, por ejemplo, el ministro de cultura francés, Franck Riester, quién dio cuenta del deceso.
Hanne Karin Bayer, su nombre real, comenzó su carrera siendo modelo, donde trabajó con referentes como Coco Chanel. Fue ella quien la renombró como Anna Karina. "Cuando estaba filmando para la revista Elle , le dije a la maquilladora que quería ser actriz. De repente, esta otra dama, que parecía muy inteligente, entra a la habitación con un gran sombrero y un cigarrillo en la boca. Ella me escuchó decir que quería ser actriz y preguntó¿cómo te llamas? . Le respondíHanne Karin Bayer Ella dijo deberías llamarte Anna Karina . Era Coco Chanel. Yo sólo la conocía por el perfume", contó la actriz a "The New York Times" en 2016.
Posterior a su encuentro con Coco Chanel, Anna protagonizó un comercial de una marca de jabón que le sirvió para que el director Jean-Luc Godard la descubriera como su musa. Así, en 1961, comenzaron una prolífica relación no sólo como actriz y director, sino además como pareja, donde se casaron y ella protagonizó títulos como "Una mujer es una mujer" y "Vivir su vida", dos de sus mayores éxitos. En 1967, luego separarse del realizador, se dedicó a la dirección y también al canto, donde incluso trabajó con Serge Gainsbourg.
"No era una gran actriz, pero estuvo presente en cuatro o cinco de las películas más representativas del primer momento de la nueva ola francesa. Por eso era imposible que su rostro no estuviera fijado a cierto momento de la historia del cine francés. Además era muy bella", indica Blanco. "Su pérdida ocurre en un momento en que uno siente que lo que queda de la nueva ola francesa se está desmoronando. Sólo queda vivo su ex esposo Godard", agrega el académico. De hecho, Blanco recuerda que Anna "era una mujer que todavía participaba bastante, iba a muchos festivales. Además era asequible con el público. Nunca se convirtió en una diva, sino que siempre fue cercana".