"Rompe nuestros corazones tener que decirles que Ramba falleció. Nuestra abuela
obstinada, hermosa y más grande que la vida no tuvo la fortaleza para batallarle por
más tiempo a sus problemas de riñón". Así parte el hermoso y sentido texto que el
Global Sanctuary For Elephants de Brasil le dedicó a nuestra elefanta Ramba y que
publicó en su página web.
La famosa elefanta chilena había llegado a ese santuario sólo hace dos meses, luego de pasar alrededor de siete años en el Parque Safari, en Rancagua. A ese lugar llegó luego de una pelea judicial entre la agrupación Ecópolis y el circo Los Tachuelas. Fue en ese periodo en el que se le diagnosticó una enfermedad al riñón.
Dos meses que parecen tan exiguos en la vida de Ramba, que según las estimaciones habría tenido unos 60 años aproximadamente, pero que fueron suficientes para conseguir que compartiera libremente con las otras elefantas del recinto ubicado en el estado de Mato Grosso: Maia, Rana y Lady.
En el portal, de hecho, describieron cómo pasaban el día juntas. "A Ramba le gusta explorar más que a Rana y algunas veces Ramba vuelve a los pastos para un baño de barro matutino, mientras Rana se queda cerca del granero esperando el desayuno", explicaron.
El jueves temprano, a los cuidadores les llamó la atención que Rana y Maia estaban en el granero sin Ramba. "Manejamos para buscar a Ramba y la encontramos en uno de sus lugares favoritos, el cuarto patio al otro lado del arroyo. Parecía que estaba durmiendo. Pareciera que su muerte fue repentina, todo el pasto alrededor de su cuerpo estaba intacto. Sólo era una elefanta perfecta, recostada en un hermoso pasto, su ojo suavemente cerrado y su dulce rostro luciendo lo más tranquilo que hemos visto", se describe en el sitio web del santuario.
La preocupación, luego, fue con sus compañeras y que entendieran que Ramba ya no las acompañaría más. La más afectada fue Rana. Según agregaron en la cuenta de Twitter (@GlobalElephants), pasó alrededor de 24 horas al lado del cuerpo de su amiga.
"Sin saber si Rana sabía lo que había sucedido, la acompañamos a ver a Ramba. Parece que Rana no sabía porque cuando se acercó a Ramba, sus ojos se abrieron y respiró profundamente varias veces y luego repetidamente soltó silenciosos ruidos. Olfateó y toco a Ramba por todos lados, pareciendo que intentaba entender qué había sucedido. Después de varios minutos se quedó callada y se paró al lado de Ramba a pastar. Ahí pasó el resto del día, pastando y de pie junto a su amiga", prosigue el texto.
Luego llevaron a Maia al lugar para que pudiera ver a Ramba. También la tocó y la olfateó, pero su visita fue más corta.
"Ramba era especial. Nos enamoramos de ella hace 7 años y ella fue parte de la razón por la que nos lanzamos por un santuario en Brasil. No había forma de dejarla atrás u olvidarla una vez que la conocías. Y parece que no eran sólo los humanos los que se sentían así. Ramba tuvo un efecto fundamental en Maia, Rana la adoraba e incluso Lady parecía relajarse y confiar en su presencia".
"Hemos dicho que cada día que Ramba estuvo en el santuario fue un regalo. Aunque siempre deseamos que cada elefante tenga más tiempo en el santuario, estamos muy agradecidos de que haya logrado llegar y que haya encontrado su felicidad", concluye el relato.
Un sentimiento similar llevó a casi 300 personas a dejarle un mensaje de despedida en la página web del santuario. Algunos chilenos, pero la mayoría personas de distintos lugares del mundo, que la conocieron a través de los videos e historias que publicaba el santuario. Como Henriette Nering, quien escribió: "Dulce, divertida, querida y sabia Ramba. Soportaste años de abuso. Lamento que te hayamos hecho eso. Ahora somos más sabios y trabajamos más duro para protegerte. Estoy muy contenta de que conocieras personas que te dieron amor, respeto y entendimiento. Personas que te dieron una familia".
La famosa elefanta chilena había llegado a ese santuario sólo hace dos meses, luego de pasar alrededor de siete años en el Parque Safari, en Rancagua. A ese lugar llegó luego de una pelea judicial entre la agrupación Ecópolis y el circo Los Tachuelas. Fue en ese periodo en el que se le diagnosticó una enfermedad al riñón.
Dos meses que parecen tan exiguos en la vida de Ramba, que según las estimaciones habría tenido unos 60 años aproximadamente, pero que fueron suficientes para conseguir que compartiera libremente con las otras elefantas del recinto ubicado en el estado de Mato Grosso: Maia, Rana y Lady.
En el portal, de hecho, describieron cómo pasaban el día juntas. "A Ramba le gusta explorar más que a Rana y algunas veces Ramba vuelve a los pastos para un baño de barro matutino, mientras Rana se queda cerca del granero esperando el desayuno", explicaron.
El jueves temprano, a los cuidadores les llamó la atención que Rana y Maia estaban en el granero sin Ramba. "Manejamos para buscar a Ramba y la encontramos en uno de sus lugares favoritos, el cuarto patio al otro lado del arroyo. Parecía que estaba durmiendo. Pareciera que su muerte fue repentina, todo el pasto alrededor de su cuerpo estaba intacto. Sólo era una elefanta perfecta, recostada en un hermoso pasto, su ojo suavemente cerrado y su dulce rostro luciendo lo más tranquilo que hemos visto", se describe en el sitio web del santuario.
La preocupación, luego, fue con sus compañeras y que entendieran que Ramba ya no las acompañaría más. La más afectada fue Rana. Según agregaron en la cuenta de Twitter (@GlobalElephants), pasó alrededor de 24 horas al lado del cuerpo de su amiga.
"Sin saber si Rana sabía lo que había sucedido, la acompañamos a ver a Ramba. Parece que Rana no sabía porque cuando se acercó a Ramba, sus ojos se abrieron y respiró profundamente varias veces y luego repetidamente soltó silenciosos ruidos. Olfateó y toco a Ramba por todos lados, pareciendo que intentaba entender qué había sucedido. Después de varios minutos se quedó callada y se paró al lado de Ramba a pastar. Ahí pasó el resto del día, pastando y de pie junto a su amiga", prosigue el texto.
Luego llevaron a Maia al lugar para que pudiera ver a Ramba. También la tocó y la olfateó, pero su visita fue más corta.
"Ramba era especial. Nos enamoramos de ella hace 7 años y ella fue parte de la razón por la que nos lanzamos por un santuario en Brasil. No había forma de dejarla atrás u olvidarla una vez que la conocías. Y parece que no eran sólo los humanos los que se sentían así. Ramba tuvo un efecto fundamental en Maia, Rana la adoraba e incluso Lady parecía relajarse y confiar en su presencia".
"Hemos dicho que cada día que Ramba estuvo en el santuario fue un regalo. Aunque siempre deseamos que cada elefante tenga más tiempo en el santuario, estamos muy agradecidos de que haya logrado llegar y que haya encontrado su felicidad", concluye el relato.
Un sentimiento similar llevó a casi 300 personas a dejarle un mensaje de despedida en la página web del santuario. Algunos chilenos, pero la mayoría personas de distintos lugares del mundo, que la conocieron a través de los videos e historias que publicaba el santuario. Como Henriette Nering, quien escribió: "Dulce, divertida, querida y sabia Ramba. Soportaste años de abuso. Lamento que te hayamos hecho eso. Ahora somos más sabios y trabajamos más duro para protegerte. Estoy muy contenta de que conocieras personas que te dieron amor, respeto y entendimiento. Personas que te dieron una familia".