Vereda, acera, platabanda. Como sea que la llame, esta zona reservada al tránsito
peatonal es clave para el bienestar de una comunidad urbana. Cuando se daña por el
mal uso -por ejemplo, como estacionamiento vehicular- el costo social para un barrio
y sus habitantes es grandote.
Un costo evidente es que a todos les cuesta más cumplir una simple rutina diaria: salir y llegar a su casa. Y eso se contagia a todo el vecindario.
"También hay un perjuicio económico, ya que los comercios se ven perjudicados al disminuir el tránsito. Además, no es un sitio cómodo donde poder hacer vida social o jugan Y las zonas con veredas en mal estado pierden valor estético e inmobiliario", resume David Blanco, académico del Departamento de Ciencias de la Construcción de la U. Tecnológica Metropolitana.
El experto alude a la famosa "Teoría de las ventanas rotas", que sostiene que mantener el entorno urbano en buenas condiciones ayuda a reducir el vandalismo y las tasas de criminalidad. "Si la vereda está en mal estado y no se repara pronto, inmediatamente el resto de la calle va a ser deteriorada por su falta de cuidado", advierte.
De eso saben en muchas partes. Y un ejemplo brutal es la zona de Coronel Souper y Toro Mazote, en Estación Central, al poniente de la Usach y frente a los terminales de buses. Durante todo el día, sus veredas son sistemáticamente demolidas por las maniobras autos y todo tipo de vehículos que se suben a los charchazos para estacionar.
"Acá nadie respeta nada. Ves al frente y está lleno de autos, acá está lleno de motos. Hasta en los estacionamientos de emergencia se estacionan, sobre toda la vereda y es un tema sin control", protesta Juan Fuentes, mayordomo del edificio Coronel Souper 4060 (en la foto), que suma 1.065 departamentos, 222 estacionamientos para los dueños y apenas 4 estacionamientos de visita.
¿Por qué? De partida, porque las veredas están reservadas para el ciudadano de a pie. A ese argumento se suma otro: los vehículos hacen pedazos la vereda.
"Hay un estándar general que indica la resistencia que debe tener el hormigón de tránsito vehicular y el de tránsito peatonal. Y la losa de las veredas sufre mucho con las cargas encima", explica Felipe Aguilar, coordinador de revisión de proyectos de pavimentación del Serviu Metropolitano. ¿Cuál es la diferencia entre hormigones? Aguilar lo grafica así: "Si el hormigón para vehículos tiene un valor de resistencia de 50, el de vereda tiene un valor de 30".
"Las veredas son de hormigón y su resistencia está dada por la cantidad de cemento que se utiliza al hacer la mezcla. Cuando el hormigón requiere menor resistencia, como en una vereda, uno le pone menos cemento por metro cúbico de hormigón. Distinto es el caso de una losa de estacionamiento o las fundaciones de un gran edificio. Ahí se requiere un hormigón con alto porcentaje de cemento, además de otros aditivos que lo hacen más resistente", detalla Manuel José Villanueva, socio de constructora Aleña.
A eso se suman mallas de fierro o acero bajo el concreto, cuyo grosor también determina la resistencia. "Las veredas son hechas con hormigón y una malla de fierro muy delgada, casi de alambre. Eso marca una diferencia no menor, ya que el pavimento de los estacionamientos tiene doble malla de fierro, losas armadas y hormigón de mayor resistencia", añade Robinson Fuentes, fundador de Calidad Cloud, software de calidad de la construcción.
Esta diferencia en la construcción determina el nivel de resistencia de las veredas. "La subida, bajada y la tracción de las ruedas va desgranando el concreto y daña muchísimo la losa, sobre todo el borde, que tiene menos resistencia. Además, se va extendiendo el daño a medida que va moviéndose la rueda", explica Felipe Aguilar del Serviu Metropolitano.
Para prevenir daños, unan solución cada vez más popular es instalar bolones o cilindros de concreto para impedir el acceso vehicular a las aceras. "La solución ha sido bloquear el espacio con plantas o pasto, además de cercar el espacio con cadenas, siempre y cuando esté aprobado por la municipalidad", agrega Pérez, coanimadora de "Hablemos de Copropiedad" de Radio Hoy.
Un costo evidente es que a todos les cuesta más cumplir una simple rutina diaria: salir y llegar a su casa. Y eso se contagia a todo el vecindario.
"También hay un perjuicio económico, ya que los comercios se ven perjudicados al disminuir el tránsito. Además, no es un sitio cómodo donde poder hacer vida social o jugan Y las zonas con veredas en mal estado pierden valor estético e inmobiliario", resume David Blanco, académico del Departamento de Ciencias de la Construcción de la U. Tecnológica Metropolitana.
El experto alude a la famosa "Teoría de las ventanas rotas", que sostiene que mantener el entorno urbano en buenas condiciones ayuda a reducir el vandalismo y las tasas de criminalidad. "Si la vereda está en mal estado y no se repara pronto, inmediatamente el resto de la calle va a ser deteriorada por su falta de cuidado", advierte.
De eso saben en muchas partes. Y un ejemplo brutal es la zona de Coronel Souper y Toro Mazote, en Estación Central, al poniente de la Usach y frente a los terminales de buses. Durante todo el día, sus veredas son sistemáticamente demolidas por las maniobras autos y todo tipo de vehículos que se suben a los charchazos para estacionar.
"Acá nadie respeta nada. Ves al frente y está lleno de autos, acá está lleno de motos. Hasta en los estacionamientos de emergencia se estacionan, sobre toda la vereda y es un tema sin control", protesta Juan Fuentes, mayordomo del edificio Coronel Souper 4060 (en la foto), que suma 1.065 departamentos, 222 estacionamientos para los dueños y apenas 4 estacionamientos de visita.
La ley
Como indica la Ordenanza General de Tránsito en su artículo 226.0, "se prohíben las detenciones o estacionamientos en aceras, pasos de peatones o lugares destinados exclusivamente al tránsito de los mismos", entre otros lugares. O sea, estacionar sobre la vereda está prohibido y conlleva riesgo de multa.¿Por qué? De partida, porque las veredas están reservadas para el ciudadano de a pie. A ese argumento se suma otro: los vehículos hacen pedazos la vereda.
"Hay un estándar general que indica la resistencia que debe tener el hormigón de tránsito vehicular y el de tránsito peatonal. Y la losa de las veredas sufre mucho con las cargas encima", explica Felipe Aguilar, coordinador de revisión de proyectos de pavimentación del Serviu Metropolitano. ¿Cuál es la diferencia entre hormigones? Aguilar lo grafica así: "Si el hormigón para vehículos tiene un valor de resistencia de 50, el de vereda tiene un valor de 30".
La destrucción
El daño en la vereda es mayor justo al momento de estacionarse, por el fuerte impacto que recibe el hormigón cuando el vehículo se monta y "salta" la cuneta."Las veredas son de hormigón y su resistencia está dada por la cantidad de cemento que se utiliza al hacer la mezcla. Cuando el hormigón requiere menor resistencia, como en una vereda, uno le pone menos cemento por metro cúbico de hormigón. Distinto es el caso de una losa de estacionamiento o las fundaciones de un gran edificio. Ahí se requiere un hormigón con alto porcentaje de cemento, además de otros aditivos que lo hacen más resistente", detalla Manuel José Villanueva, socio de constructora Aleña.
A eso se suman mallas de fierro o acero bajo el concreto, cuyo grosor también determina la resistencia. "Las veredas son hechas con hormigón y una malla de fierro muy delgada, casi de alambre. Eso marca una diferencia no menor, ya que el pavimento de los estacionamientos tiene doble malla de fierro, losas armadas y hormigón de mayor resistencia", añade Robinson Fuentes, fundador de Calidad Cloud, software de calidad de la construcción.
Esta diferencia en la construcción determina el nivel de resistencia de las veredas. "La subida, bajada y la tracción de las ruedas va desgranando el concreto y daña muchísimo la losa, sobre todo el borde, que tiene menos resistencia. Además, se va extendiendo el daño a medida que va moviéndose la rueda", explica Felipe Aguilar del Serviu Metropolitano.
¿Qué hacer?
Carmen Gloria Pérez, administradora de edificios, explica que comenta que las comunidades no pueden intervenir directamente para reparar veredas pues se trata de vías públicas. Si frente a un edificio la vereda está hecha pedazos, sugiere que los copropietarios, a través del comité de administración, pidan la reparación directamente a la municipalidad. "Una comunidad de 200 departamentos moviliza alrededor de 600 a 800 personas. Si lo ampliamos a una manzana con 4 edificios, ya estamos hablando de 2.800 personas afectadas por las veredas en mal estado".Para prevenir daños, unan solución cada vez más popular es instalar bolones o cilindros de concreto para impedir el acceso vehicular a las aceras. "La solución ha sido bloquear el espacio con plantas o pasto, además de cercar el espacio con cadenas, siempre y cuando esté aprobado por la municipalidad", agrega Pérez, coanimadora de "Hablemos de Copropiedad" de Radio Hoy.