Juan Pablo Queraltó tiene que estar de lunes a viernes entre las 7:20 y las 7:30 en
Chilevisión, porque es panelista de "Contigo en la mañana", que parte a las 7:45. Por
esa razón se levanta pasadas las seis, se baña, toma desayuno, se despide de su
esposa, Francisca Sfeir, y parte cerca de las 6:45 desde su casa, en su Land Rover
Discovery del año 2015 de color gris. La ruta siempre es la misma y nunca le había
pasado nada. Eso cambió este martes. El periodista lo relata.
La encerrona. "Pasadas las 7 de la mañana (7:05 según el parte de Carabineros) yo venía hablando con mi papá por teléfono porque lo hago todas las mañanas. Yo siempre tomo la autopista Nororiente y después la 5 Norte hacia Santiago, pero cuando empiezo a hacer el cambio de carretera, en el giro, veo un auto Toyota cruzado en la calle. Ahí uno piensa o les tiro el auto encima o retrocedo . Yo frené y traté de retroceder pero entre los nervios el auto me quedó paralizado. Ahí veo que cuatro tipos se bajan del auto, a cara descubierta, y dos de ellos me apuntan con armas. Fue como la peor película de terror que te puedas imaginar. Antes de eso no vi nada sospechoso porque iba hablando. No sé si me venía siguiendo, no hay claridad de eso".
Los golpes y las amenazas. "Recuerdo que me bajo del auto y se lo entrego, qué iba a hacer si los tenía apuntándome al vidrio y tengo mi señora, mi hijo (Amador), mi familia, uno no puede arriesgarse. Con la Fran ya habíamos tenido un portonazo del que me resistí (en 2016 le trataron de robar un Land Rover Vogue, pero no lo lograron) y después uno se da cuenta del error que comete. En este caso dije ok, me bajo del auto, llévenselo , pero los tipos fueron muy violentos. Traté de tomar mi celular y uno de ellos me pegó con la pistola en la cabeza y me botó al piso. Me decían devuelve el celular y me pegué con el cemento. Sentí que me arrastraron, por eso tengo unos pelones en la cabeza, y que me di una vuelta de carnero hacia atrás. De repente vi el neumático al lado mío y ellos se subieron al auto. Penséestos gallos me van a atropellar , así es que me tiré para el lado y los vi arrancar. Todo esto en segundos".
Los nervios, la ayuda y las lesiones. "Después del robo me paré en shock y corrí. Le hice señas a un camión para que parara pero no me pescó y un doctor, que estaba ahí y había visto todo, retrocedió, me prestó el celular, llamamos a Carabineros y después me trajo a la comisaría de Chicureo. No pude llamar a la Fran porque nunca me acuerdo de su número, así es que llamé a mi mamá", cuenta JP y su esposa sigue el relato de ese momento: "Yo vi que me sonó el teléfono y era la tía que me dice Fran, tranquila, JP necesita que lo llames, lo acaban de asaltar. Casi me muero. Fue desesperante", completa ella. Queraltó resultó con un corte en la cabeza que no requirió de puntos, otro corte en la muñeca derecha y contusiones en distintas partes del cuerpo. El delito fue calificado como robo con violencia por Carabineros.
Las reflexiones. "Más allá del tema material (el auto estaba asegurado) está el riesgo al ver la muerte cada vez más cerca. Podrían haberme matado porque por más que uno les entregue las cosas, son violentos e igual te pueden pegar un balazo, igual te van a maltratar, igual te pueden hacer daño. En ese segundo uno ve todo, vi a la Fran, a Amador, a mi familia, ves que todo se puede perder en un segundo. Es injusto tener que vivir una situación como esta y ver cómo estos delincuentes se arrancan, da rabia, y cuando los capturan quedan libres a los tres días. Lo que provocan estos tipos es que uno le tenga miedo a todo y uno no tiene que sentir miedo. Ellos no tienen derecho a coartarte tu vida", reflexiona JP y su esposa complementa: "Los delincuentes no tienen piedad. Eso lo encuentro terrible".
La encerrona. "Pasadas las 7 de la mañana (7:05 según el parte de Carabineros) yo venía hablando con mi papá por teléfono porque lo hago todas las mañanas. Yo siempre tomo la autopista Nororiente y después la 5 Norte hacia Santiago, pero cuando empiezo a hacer el cambio de carretera, en el giro, veo un auto Toyota cruzado en la calle. Ahí uno piensa o les tiro el auto encima o retrocedo . Yo frené y traté de retroceder pero entre los nervios el auto me quedó paralizado. Ahí veo que cuatro tipos se bajan del auto, a cara descubierta, y dos de ellos me apuntan con armas. Fue como la peor película de terror que te puedas imaginar. Antes de eso no vi nada sospechoso porque iba hablando. No sé si me venía siguiendo, no hay claridad de eso".
Los golpes y las amenazas. "Recuerdo que me bajo del auto y se lo entrego, qué iba a hacer si los tenía apuntándome al vidrio y tengo mi señora, mi hijo (Amador), mi familia, uno no puede arriesgarse. Con la Fran ya habíamos tenido un portonazo del que me resistí (en 2016 le trataron de robar un Land Rover Vogue, pero no lo lograron) y después uno se da cuenta del error que comete. En este caso dije ok, me bajo del auto, llévenselo , pero los tipos fueron muy violentos. Traté de tomar mi celular y uno de ellos me pegó con la pistola en la cabeza y me botó al piso. Me decían devuelve el celular y me pegué con el cemento. Sentí que me arrastraron, por eso tengo unos pelones en la cabeza, y que me di una vuelta de carnero hacia atrás. De repente vi el neumático al lado mío y ellos se subieron al auto. Penséestos gallos me van a atropellar , así es que me tiré para el lado y los vi arrancar. Todo esto en segundos".
Los nervios, la ayuda y las lesiones. "Después del robo me paré en shock y corrí. Le hice señas a un camión para que parara pero no me pescó y un doctor, que estaba ahí y había visto todo, retrocedió, me prestó el celular, llamamos a Carabineros y después me trajo a la comisaría de Chicureo. No pude llamar a la Fran porque nunca me acuerdo de su número, así es que llamé a mi mamá", cuenta JP y su esposa sigue el relato de ese momento: "Yo vi que me sonó el teléfono y era la tía que me dice Fran, tranquila, JP necesita que lo llames, lo acaban de asaltar. Casi me muero. Fue desesperante", completa ella. Queraltó resultó con un corte en la cabeza que no requirió de puntos, otro corte en la muñeca derecha y contusiones en distintas partes del cuerpo. El delito fue calificado como robo con violencia por Carabineros.
Las reflexiones. "Más allá del tema material (el auto estaba asegurado) está el riesgo al ver la muerte cada vez más cerca. Podrían haberme matado porque por más que uno les entregue las cosas, son violentos e igual te pueden pegar un balazo, igual te van a maltratar, igual te pueden hacer daño. En ese segundo uno ve todo, vi a la Fran, a Amador, a mi familia, ves que todo se puede perder en un segundo. Es injusto tener que vivir una situación como esta y ver cómo estos delincuentes se arrancan, da rabia, y cuando los capturan quedan libres a los tres días. Lo que provocan estos tipos es que uno le tenga miedo a todo y uno no tiene que sentir miedo. Ellos no tienen derecho a coartarte tu vida", reflexiona JP y su esposa complementa: "Los delincuentes no tienen piedad. Eso lo encuentro terrible".