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Antes y después
Los departamentos de primer piso y con patio son un lujito. Sin embargo, muchos de sus dueños fracasan al intentar replicar en menos de 10 m2 el paisajismo y las áreas verdes que sólo se acomodan a jardines grandes.

Para disfrutar bien de esos pequeños rincones al aire libre hay que cambiar la lógica. ¿Por qué? Pues la sombra del propio edificio y de las construcciones vecinas le restan luz a los patios interiores. Y sin mucho sol, es difícil disfrutar del césped y la vegetación exuberante.

"En general los sitios sombríos van a necesitar de plantas que no requieran mucho sol, pero sí más agua", explica la diseñadora y paisajista Amelia Muñoz, quien estuvo a cargo del proyecto que adorna esta página.

Adiós al césped

Aunque el tipo de pasto que se puede sembrar en patios interiores varía, la falta de espacio y sol fuerza la decisión de prescindir de la verde alfombra natural: básicamente, puede ser un cacho. Lo explica Oscar Nordio, docente del Club de Jardines de Chile: "En espacios muy pequeños el proceso de mantención del césped es complejo. Si la semilla no es de hoja baja, requiere de más corte y eso dificulta el trabajo posterior, a lo que se suman las consecuencias por la poca exposición solar y el requerimiento de agua".

A ello hay que sumarle que el terreno de los patios de departamento no suele ser idóneo para cultivar nada: en general, es una mezcla de polvo, piedra y concreto; es decir, de desechos de construcción.

Ilumina el suelo

Un buen reemplazo del pasto son las piedrecillas o gravilla de colores claros. "El maicillo, por ejemplo, puede ser blanco o amarillo, lo que genera más contraste e ilumina mucho más el espacio desde el suelo. Sirve también la gravilla de otros colores. La idea es buscar las texturas que quieras ver, aunque el maicillo es mi favorito porque genera harta luz", dice la paisajista Amelia Muñoz. En el proyecto de la foto, ella le sumó al maicillo un par de durmientes de madera para darle más contraste y facilitar el acceso a las jardineras.

Plantas sureñas

Pablo Cornejo, paisajista de Vivero Anasac, recomienda plantas bien específicas para adornar patios pequeños: "Todas las plantas requieren luz, pero hay algunas que son de sol, de semisombra y de sombra. Como en estos patios no llega sol directo, sino que luz de rebote, se usan las plantas de semisombra y sombra. Por ejemplo, todas las plantas sureñas". ¿Cuáles? Helechos, palmeras como la areca, el copihue y el chilco. Amelia Muñoz agrega al listado las ñipas y camelias, aunque insiste en el punto: son plantas que requieren más agua.

El presupuesto

En las fotos se ve cuánto cambió un patio de 3x3 metros al renunciar al intento de pasto. Las jardineras, armadas con placas metálicas, costaron en total $500.000; para el suelo, el precio de 2 m3 de maicillo es de unos $40.000; los 2 durmientes (que se cortaron por la mitad) costaron $40.000 c/u.

Pablo Cornejo, paisajista de Vivero Anasac, recomienda para rellenar la jardinera 'una estructura de suelo con un buen porcentaje de arena, tierra de hoja, turba y composta". ¿Cuánto? Ocho bolsas de tierra de hoja de 40 litros ($3.495 c/u), 16 de arena de Lampa de 5 kg ($2.200 c/u), 16 de turba peat moss de 1 kg. ($3.900 c/u) y ocho de humus lombrisol de 3 kg ($2.500 c/u). ¿Total? $145.560.

A eso se deben sumar las plantas, como un helecho costilla ($9.900), chilco ($2.500), dianella tasmanica ($9.900), helleborus ($7.900), iris foetidissima ($3.900), violetas ($590) y falkia repens ($990). Estas dos últimas Cornejo las define como "cubresuelos que van colgando hacia abajo y decoran a la jardinera".

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