Cinco años atrás, el nado sincronizado era un deporte exclusivo de mujeres. Hubo
incluso una comedia francesa tipo "The Full Monty", en que un grupo de
desempleados arma un equipo de hombres para competir ("Le Grand Bain", de
2018).
Pero desde el 2015 se empezó a incluir el dueto mixto y ahora, la Selección chilena incluyó por primera vez un hombre.
Tomás Ramírez es el nuevo integrante del equipo, pero el deporte no le era extraño. Dos de sus hermanas mayores integraron la Selección. "Cuando son chicos, a los niños los llevan a ver fútbol; a mí, al nado sincronizado. Pasábamos en el Estadio Nacional, donde competían mis hermanas, llevándoles los pinches, el gorro y todo eso", recuerda el ingeniero de 25 años, que está por entregar su tesis de magíster.
Lo metieron a la piscina a los siete años, pero a los 10 optó por la gimnasia y a los 20, con la universidad, empezó a bajar la carga al punto que estuvo dos años sin hacer nada.
Su hermana hace clases de nado en el Stadio Italiano donde también entrena su mejor amiga, Rafaella Signorelli, integrante el equipo de nado sincronizado y la Selección desde 2006. Entre ambas, lo entusiasmaron para que se lanzara al agua de nuevo.
"El año pasado terminé ingeniería y este año trabajé en mi tesis de magíster y tenía más holgura de tiempo para entrenar. Pero esto partió como un juego. Me tiré al agua en marzo, nos pusimos a entrenar, me ofrecieron competir en el Nacional de invierno, se sumó otro niño al club y competimos los dos. Después evaluaron meter un hombre en la Selección con vistas al Sudamericano de abril en Buenos Aires. Hubo un clasificatorio general en octubre, en el que habíamos cinco hombres, y quedaron 20 niñas y yo", cuenta.
-O sea que en febrero ni se le pasaba por la mente que iba a estar acá en esta época.
-Estaba en otra. Mi plan en febrero era buscar pega a fines de este año y ahora estoy posponiendo todo para ir a competir al Sudamericano. A los 25 años, partir con un deporte nuevo, terminando mi carrera, a punto de presentar mi tesis en enero, no lo esperaba.
-¿Qué dicen sus amigos?
-Ellos me apoyan 100%. Ha sido un proceso de descubrimiento para mis amigos también. No conocían el deporte y me dicen 'fiqué chora la competencia!". Me ayudan a buscar música, me mandan videos de otros duetos.
Beatriz Osorio es su pareja en el dueto mixto. También pertenece al Stadio Italiano y desde que tiene memoria está metida en el agua. "Me acuerdo de mi mamá enseñándome natación en el Stadio", cuenta.
Pero en una época se aburrió del nado y entró a gimnasia, que también la agotó. Entonces descubrió que el nado sincronizado mezclaba ambas y no lo dejó más. Tenía nueve años.
"En mi primer entrenamiento, no me quise meter al agua y me retaron. Al final me motivé y nunca más paré. He estado en la Selección desde 2015 y el año pasado fui solista del equipo junior. En la adulta estoy desde los 16 años y este año, con 18, recién la integro oficialmente. Así es que me he pasado muchos veranos en esta misma situación, entrenando en esta época, porque los Sudamericanos son en marzo, y tenemos concentrado en verano. Pero es lo que me gusta y feliz de que me hayan elegido para el dueto mixto.
-¿No hubiera preferido una prueba más tradicional del nado sincronizado, como solista o el dueto femenino?
-Es cierto que es un deporte tradicionalmente de mujeres, pero me encantan los nuevos desafíos. Las entrenadoras buscaban alguien que tuviera una parte más artística y, como soy solista, como que tengo eso en el alma, siento que es algo que me distingue.
"Cuando hace el solo, es todo un espectáculo", aporta Tomás Ramírez. "Es la saltadora del equipo, sale en todos los levantamientos y mortales en el aire. Y ese es otro desafío: en la competencia por equipos son siete levantando a una integrante y ahora soy yo solo empujando a la Bea para que salga lo más alto y limpio posible, derramando la menor cantidad de agua y haciendo la mayor cantidad de acrobacias", agrega.
Pero, ¿qué diferencia el dueto mixto del dueto femenino?
"Buscamos complicidad entre hombre y mujer, buscamos baile, que se vea una pareja. Él va a complementarla, porque ella es la protagonista y la regla dice que se toquen, que bailen", explica Marcia Leite, la entrenadora de la Selección.
Pero desde el 2015 se empezó a incluir el dueto mixto y ahora, la Selección chilena incluyó por primera vez un hombre.
Tomás Ramírez es el nuevo integrante del equipo, pero el deporte no le era extraño. Dos de sus hermanas mayores integraron la Selección. "Cuando son chicos, a los niños los llevan a ver fútbol; a mí, al nado sincronizado. Pasábamos en el Estadio Nacional, donde competían mis hermanas, llevándoles los pinches, el gorro y todo eso", recuerda el ingeniero de 25 años, que está por entregar su tesis de magíster.
Lo metieron a la piscina a los siete años, pero a los 10 optó por la gimnasia y a los 20, con la universidad, empezó a bajar la carga al punto que estuvo dos años sin hacer nada.
Su hermana hace clases de nado en el Stadio Italiano donde también entrena su mejor amiga, Rafaella Signorelli, integrante el equipo de nado sincronizado y la Selección desde 2006. Entre ambas, lo entusiasmaron para que se lanzara al agua de nuevo.
"El año pasado terminé ingeniería y este año trabajé en mi tesis de magíster y tenía más holgura de tiempo para entrenar. Pero esto partió como un juego. Me tiré al agua en marzo, nos pusimos a entrenar, me ofrecieron competir en el Nacional de invierno, se sumó otro niño al club y competimos los dos. Después evaluaron meter un hombre en la Selección con vistas al Sudamericano de abril en Buenos Aires. Hubo un clasificatorio general en octubre, en el que habíamos cinco hombres, y quedaron 20 niñas y yo", cuenta.
-O sea que en febrero ni se le pasaba por la mente que iba a estar acá en esta época.
-Estaba en otra. Mi plan en febrero era buscar pega a fines de este año y ahora estoy posponiendo todo para ir a competir al Sudamericano. A los 25 años, partir con un deporte nuevo, terminando mi carrera, a punto de presentar mi tesis en enero, no lo esperaba.
-¿Qué dicen sus amigos?
-Ellos me apoyan 100%. Ha sido un proceso de descubrimiento para mis amigos también. No conocían el deporte y me dicen 'fiqué chora la competencia!". Me ayudan a buscar música, me mandan videos de otros duetos.
Beatriz Osorio es su pareja en el dueto mixto. También pertenece al Stadio Italiano y desde que tiene memoria está metida en el agua. "Me acuerdo de mi mamá enseñándome natación en el Stadio", cuenta.
Pero en una época se aburrió del nado y entró a gimnasia, que también la agotó. Entonces descubrió que el nado sincronizado mezclaba ambas y no lo dejó más. Tenía nueve años.
"En mi primer entrenamiento, no me quise meter al agua y me retaron. Al final me motivé y nunca más paré. He estado en la Selección desde 2015 y el año pasado fui solista del equipo junior. En la adulta estoy desde los 16 años y este año, con 18, recién la integro oficialmente. Así es que me he pasado muchos veranos en esta misma situación, entrenando en esta época, porque los Sudamericanos son en marzo, y tenemos concentrado en verano. Pero es lo que me gusta y feliz de que me hayan elegido para el dueto mixto.
-¿No hubiera preferido una prueba más tradicional del nado sincronizado, como solista o el dueto femenino?
-Es cierto que es un deporte tradicionalmente de mujeres, pero me encantan los nuevos desafíos. Las entrenadoras buscaban alguien que tuviera una parte más artística y, como soy solista, como que tengo eso en el alma, siento que es algo que me distingue.
"Cuando hace el solo, es todo un espectáculo", aporta Tomás Ramírez. "Es la saltadora del equipo, sale en todos los levantamientos y mortales en el aire. Y ese es otro desafío: en la competencia por equipos son siete levantando a una integrante y ahora soy yo solo empujando a la Bea para que salga lo más alto y limpio posible, derramando la menor cantidad de agua y haciendo la mayor cantidad de acrobacias", agrega.
Pero, ¿qué diferencia el dueto mixto del dueto femenino?
"Buscamos complicidad entre hombre y mujer, buscamos baile, que se vea una pareja. Él va a complementarla, porque ella es la protagonista y la regla dice que se toquen, que bailen", explica Marcia Leite, la entrenadora de la Selección.