En julio del año 2015 la dueña de un departamento del Condominio Jardines de
Candil, en Lo Barnechea, ingresó junto a su hermana y una tercera persona al
ascensor del edificio con la intención de trasladar un refrigerador del piso 1 al -1.
Pero el corto viaje terminó en accidente. El ascensor colapsó, hizo un ruido fuerte y
bajó leve, pero violentamente su altura. Los conserjes tuvieron que forzar las puertas
para rescatar a las personas.
La investigación judicial determinó que, por la forma en que el peso fue distribuido dentro de la cabina y en cómo las personas a cargo manipularon el refrigerador a la hora de ingresarlo a la cabina, ellas eran las responsables del accidente.
"Se produjo lo que se denomina un contrapeso , que en este caso se debió a que tanto el refrigerador transportado como las tres personas adultas se posicionaron en un solo costado de la cabina del ascensor, lo que provocó que se inclinara hacia el frente", se lee en la resolución.
Cuatro años después, la justicia determinó que la vecina y su hermana, en solidaridad, deberían pagar $4.232.735 a la comunidad, que había financiado los arreglos.
Lo que abría ocurrido, según el fallo, es que el contrapeso hizo que las horquillas colisionaran y se engancharan con las puertas de acceso al piso y con la pisadera de la loza del primer piso, dañando de paso el mecanismo de las puertas y el sistema de tracción de las mismas.
"El desperfecto se manifestó en que el ascensor quedó descuadrado respecto del piso en el cual se detuvo", se lee en el documento judicial.
Es en ese espacio el que circula el ascensor, siendo dirigido por unas guías.
"El ascensor se traslada agarrado de unas guías, que son dos rieles, uno por cada lado. A esas guías va una pieza que se llama zapata, que es una pieza que mantiene el ascensor en esa posición. Con el tiempo esas zapatas se van soltando y el mantenedor debe ir ajustándolas", detalla.
El funcionamiento se verifica en terreno, meneando la cintura dentro del ascensor.
"Nos subimos y uno se mueve para un lado. Si el ascensor se mueve mucho es porque las zapatas están sueltas y deben ajustarse. Pero esto siempre ocurre, es normal. La clave es ser oportuno y ajustarlas cuando ocurra", declara Jiménez.
El ajuste puede ser hasta milimétrico.
"Existe una holgura máxima de las guías, que corresponde a lo máximo que se puede inclinar la cabina, y la holgura entre los elementos del operador de puerta del ascensor y de la apertura de las puertas de piso. Entonces, si por fabricante lo máximo que se puede inclinar la cabina son siete milímetros, y la distancia entre la puerta de la cabina y la del piso es de cinco milímetros, la inclinación máxima es de 12 milímetros en total. Y si por el peso la inclinación fue mayor a eso, para mí hay una negligencia que investigar", agrega Angello D'Arcangeli, de la compañía Ays Certificadores.
Lo mismo piensa Carmen Gloria Pérez, administradora de varios edificios.
"Los fallos más costosos generalmente corresponden a vidrios y las puertas, sobre todo cuando las bloquean", dice.
Otra cosa es el precio. Considerando las especificidades de la operación y de los repuestos, cualquier arreglo suele ser oneroso.
"Siempre se prefiere trabajar con la empresa original, porque tiene stock y mejor tiempo de respuesta, especialmente si se requiere una gran reparación", comenta Jiménez.
La investigación judicial determinó que, por la forma en que el peso fue distribuido dentro de la cabina y en cómo las personas a cargo manipularon el refrigerador a la hora de ingresarlo a la cabina, ellas eran las responsables del accidente.
"Se produjo lo que se denomina un contrapeso , que en este caso se debió a que tanto el refrigerador transportado como las tres personas adultas se posicionaron en un solo costado de la cabina del ascensor, lo que provocó que se inclinara hacia el frente", se lee en la resolución.
Cuatro años después, la justicia determinó que la vecina y su hermana, en solidaridad, deberían pagar $4.232.735 a la comunidad, que había financiado los arreglos.
Cómo ocurrió
Según la resolución, los daños ocurrieron en el operador de puertas de la cabina del ascensor, conocidas como horquillas de ensamble. Estas pequeñas piezas se ubican en la parte superior de la puerta de la cabina del ascensor y cuando se abren, enganchan la puerta de cada piso, para coordinar la apertura. Los usuarios nunca las ven.Lo que abría ocurrido, según el fallo, es que el contrapeso hizo que las horquillas colisionaran y se engancharan con las puertas de acceso al piso y con la pisadera de la loza del primer piso, dañando de paso el mecanismo de las puertas y el sistema de tracción de las mismas.
"El desperfecto se manifestó en que el ascensor quedó descuadrado respecto del piso en el cual se detuvo", se lee en el documento judicial.
Cómo funciona
"Hay espacios de holgura reglamentaria entre la cabina y la pisadera, pero no puede ser mucho", explica Matías Jiménez, gerente general de la empresa Certificación de Ascensores Chile.Es en ese espacio el que circula el ascensor, siendo dirigido por unas guías.
"El ascensor se traslada agarrado de unas guías, que son dos rieles, uno por cada lado. A esas guías va una pieza que se llama zapata, que es una pieza que mantiene el ascensor en esa posición. Con el tiempo esas zapatas se van soltando y el mantenedor debe ir ajustándolas", detalla.
El funcionamiento se verifica en terreno, meneando la cintura dentro del ascensor.
"Nos subimos y uno se mueve para un lado. Si el ascensor se mueve mucho es porque las zapatas están sueltas y deben ajustarse. Pero esto siempre ocurre, es normal. La clave es ser oportuno y ajustarlas cuando ocurra", declara Jiménez.
El ajuste puede ser hasta milimétrico.
"Existe una holgura máxima de las guías, que corresponde a lo máximo que se puede inclinar la cabina, y la holgura entre los elementos del operador de puerta del ascensor y de la apertura de las puertas de piso. Entonces, si por fabricante lo máximo que se puede inclinar la cabina son siete milímetros, y la distancia entre la puerta de la cabina y la del piso es de cinco milímetros, la inclinación máxima es de 12 milímetros en total. Y si por el peso la inclinación fue mayor a eso, para mí hay una negligencia que investigar", agrega Angello D'Arcangeli, de la compañía Ays Certificadores.
El daño
"Las puertas de los ascensores son las que generan más problemas porque es la parte que genera más interacción con los usuarios", comenta Matías Jiménez, gerente general de Certificación de Ascensores Chile.Lo mismo piensa Carmen Gloria Pérez, administradora de varios edificios.
"Los fallos más costosos generalmente corresponden a vidrios y las puertas, sobre todo cuando las bloquean", dice.
Otra cosa es el precio. Considerando las especificidades de la operación y de los repuestos, cualquier arreglo suele ser oneroso.
"Siempre se prefiere trabajar con la empresa original, porque tiene stock y mejor tiempo de respuesta, especialmente si se requiere una gran reparación", comenta Jiménez.