A las 9.50 horas del lunes 23 de diciembre, desde calle Guardia Vieja en la comuna
de Providencia, José Miguel Viñuela (45), luciendo un gorro de Viejo Pascuero,
cantando villancicos y completamente en vivo para "Mucho gusto" (Mega), fue
primero gritoneado por un ciudadano quien inmediatamente después le lanzó un
paipazo. El golpe no llegó a destino, quedó eso sí registrado en cámara, la misma
que terminó enfocando al agresor mostrando sus dedos del medio a todo el país.
Viñuela recuerda: "Estuvimos 40 minutos en el despacho tratando de entregar emoción, alegría, espíritu prenavideño. Estábamos en un escenario en donde no íbamos a provocar a nadie, solo regalar alegría. Y ahí nos encontramos con un par de comerciantes ambulantes que nos empiezan a gritar porque probablemente no querían que estuviéramos ahí. Nos fuimos, doblamos por una calle y yo alcanzo a mirar para atrás y me percato que viene un tipo directamente a agredirnos. Eso no es diálogo, es violencia extrema y gratuita. Entonces no pude hablar con él, porque no quiso hablar y después se fue".
Tras la acción televisiva prenavideña y post estallido social, el critico de TV Larry Moe reflexionó sosteniendo que "el iracundo N.N. no iba contra Viñuela", "sino contra todo lo que él representa: la televisión, un estilo de hacer TV que abraza la distensión en forma permanente". Según el meditabundo cronista, Mega "al decir de muchos... no ha cubierto el estallido social tan profusa y objetivamente como podrían hacerlo".
La palabra la retoma Viñuela: "Creo que ese tipo de reacciones, como dijo Larry Moe, no son hacia mí en especial o hacia nosotros, vienen de la frustración de mucha gente respecto a su manera de vivir enfrentando muchas vulneraciones de derechos a través de los años. De alguna manera lo desahogan en un medio de comunicación masivo como es la TV".
-¿Cómo evalúa el trabajo matinal de "Mucho gusto" desde el 18 de octubre?
-Desde el estallido nos hemos dedicado por un mes y medio a la gente, a pasar el micrófono para que las personas se expresaran... la gente se manifestaba en un principio como lo sentían, incluso con improperios que aparecieron en pantalla. Hemos hecho un trabajo de contención, de salir a la calle a escuchar, de ver qué le pasaba a la gente. También nos pusimos en un lugar constructivo ocupando nuestras plataformas virtuales para, por ejemplo, buscarle trabajo a la gente.
Respecto a su característica chacotera en medio de la crisis social, el conductor matinal explica que "creo que me ha tocado ir asumiendo un rol que tiene que ver con comunicar temas que a mi juicio, como una persona de 45 años con hijos, me han ido inquietando más".
Viñuela ejemplifica tales tópicos como "educación, salud y pensiones". "Esos temas me han hecho ir adoptando un rol distinto, pero sin perder la esencia, que para mí es la entretención y la parte lúdica. Obviamente hay momentos para eso y otros para mayor seriedad".
"En la medida en que ha ido bajando la intensidad de la violencia poco a poco vamos entregando contenidos de entretención, pero de forma muy paulatina", termina con voz bien seria.
Viñuela recuerda: "Estuvimos 40 minutos en el despacho tratando de entregar emoción, alegría, espíritu prenavideño. Estábamos en un escenario en donde no íbamos a provocar a nadie, solo regalar alegría. Y ahí nos encontramos con un par de comerciantes ambulantes que nos empiezan a gritar porque probablemente no querían que estuviéramos ahí. Nos fuimos, doblamos por una calle y yo alcanzo a mirar para atrás y me percato que viene un tipo directamente a agredirnos. Eso no es diálogo, es violencia extrema y gratuita. Entonces no pude hablar con él, porque no quiso hablar y después se fue".
Tras la acción televisiva prenavideña y post estallido social, el critico de TV Larry Moe reflexionó sosteniendo que "el iracundo N.N. no iba contra Viñuela", "sino contra todo lo que él representa: la televisión, un estilo de hacer TV que abraza la distensión en forma permanente". Según el meditabundo cronista, Mega "al decir de muchos... no ha cubierto el estallido social tan profusa y objetivamente como podrían hacerlo".
La palabra la retoma Viñuela: "Creo que ese tipo de reacciones, como dijo Larry Moe, no son hacia mí en especial o hacia nosotros, vienen de la frustración de mucha gente respecto a su manera de vivir enfrentando muchas vulneraciones de derechos a través de los años. De alguna manera lo desahogan en un medio de comunicación masivo como es la TV".
-¿Cómo evalúa el trabajo matinal de "Mucho gusto" desde el 18 de octubre?
-Desde el estallido nos hemos dedicado por un mes y medio a la gente, a pasar el micrófono para que las personas se expresaran... la gente se manifestaba en un principio como lo sentían, incluso con improperios que aparecieron en pantalla. Hemos hecho un trabajo de contención, de salir a la calle a escuchar, de ver qué le pasaba a la gente. También nos pusimos en un lugar constructivo ocupando nuestras plataformas virtuales para, por ejemplo, buscarle trabajo a la gente.
Respecto a su característica chacotera en medio de la crisis social, el conductor matinal explica que "creo que me ha tocado ir asumiendo un rol que tiene que ver con comunicar temas que a mi juicio, como una persona de 45 años con hijos, me han ido inquietando más".
Viñuela ejemplifica tales tópicos como "educación, salud y pensiones". "Esos temas me han hecho ir adoptando un rol distinto, pero sin perder la esencia, que para mí es la entretención y la parte lúdica. Obviamente hay momentos para eso y otros para mayor seriedad".
"En la medida en que ha ido bajando la intensidad de la violencia poco a poco vamos entregando contenidos de entretención, pero de forma muy paulatina", termina con voz bien seria.