"Yo tenía una amiga que trabajaba en una agencia de extras y ella me avisó que estaban pidiendo un personaje. Yo era dueña casa, tenía 21 años, y había sido mamá hace ocho meses. No tenía experiencia en actuación pero siempre me había llamado la atención", cuenta Leiva, quien dice que "le tengo más cariño que aversión a la Graciela, que era bien mañosa y fue un personaje al que le hacían bullying (por su físico)".
-¿Estudió teatro después de "Adrenalina"?
-Sí, hice un año en la escuela de Fernando González. Yo estudié súper entusiasmada por todos los buenos comentarios que me hicieron mis compañeras consagradas como Lucy Salgado, pero la realidad fue otra en esa época. Fue difícil encontrar un personaje para la contextura que yo tenía. Así que me costó encontrar trabajo. Hice cameos chicos. Cuando (el director) Herval Abreu se fue a Megavisión tuve un personaje en (la teleserie) "Rosabella" (1 997), de una embarazada, y un papel en un episodio de la serie "La otra cara del espejo" (2000). Y eso fue... y lo digo con mucha pena. Encantada hubiese seguido trabajando en eso.
-¿A qué se dedicó entonces?
-Me tuve que reinventar así que después trabajé vendiendo planes de celulares, tenía que captar gente y la gente me quedaba mirando y me reconocía. También fui secretaria, recepcionista, hasta que llegué al transporte escolar. Ya llevo cinco años en la comuna de Peñalolén.
-¿Le gusta este trabajo?
-Es que siempre pensé que era una buena idea porque era una pega con horarios cómodos y siempre tienes vacaciones en el año por los horarios del colegio, aunque es un descanso no remunerado. Me ha ido bien y estoy encariñada con los niños.
Leiva, separada y con dos hijos, este lunes partió a Río de Janeiro (Brasil) a encontrarse con Sergio Antonio, un coordinador de ventas brasileño que conoció por la aplicación de citas Badoo y con quien mantiene una relación a distancia hace 16 meses. Se han visto en cinco ocasiones. "Es un sol. Siento que teníamos que encontrarnos", cierra.