Por un año, Daniela Urrizola tuvo un SUV que medía 4,6 metros de largo. "Era como
una micro", dice, y aunque "tenía un montón de comodidades", no se acostumbró.
"Hasta te calentaba el asiento con un botón, era increíble", explica la conductora de
"Flor de Chile" (Chilevisión), refiriéndose a las butacas calefaccionadas.
Las proporciones de ese vehículo la frustraron. "En ese tiempo trabajaba en Mega y nunca tenía dónde estacionarme. Además, un auto más grande llama más la atención, entonces me daba miedo dejarlo en la calle". Y como ella se considera una persona bastante práctica a la hora de evaluar los autos, está feliz con un modelo más pequeño. Hoy conduce un Fiat 500 Sport del año 2015, que mide un metro menos de largo (3.550 mm) que su vehículo anterior.
"Siempre quise tenerlo, me parecía tan bonito. Además, me pasa que a los autos que son compactos les veo más la utilidad. Me gusta que sean cómodos y que estén a mi servicio, no yo al servicio de ellos. No me interesa que sean caros ni grandes, ni tener que cambiarlos a cada rato", afirma la influencer y también notera de "Sabingo", quien por estos días está de viaje en Dubai.
Urrizola dice que le gusta cuidar el medioambiente y que es muy consciente de su huella de carbono. Por eso sueña con tener un modelo eléctrico, pero "como no son tan masivos, no hay dónde cargarlos y eso me complica". Por eso privilegia este compacto italiano, ya que "emite menos gases" y el cual trata de conducir de manera lo más ecológica y consciente posible.
¿Cómo? "Aunque gaste más gasolina, si me quedo un minuto parada apago el motor. También soy matea con las mantenciones. A veces una se deja estar con eso, pero si no se hacen, se contamina el doble o el triple. Lo otro es que manejo relativamente lento. Y lo más importante: comparto el vehículo con mi marido desde hace dos años. El vendió el suyo y se iba a comprar otro, pero le dije que mejor probáramos con este sistema y ninguno de los dos ha tenido algún problema".
Una acompañante habitual en sus viajes es Lupita, su perra chihuahua. Urrizola sabe que la mascota debería viajar en su caja de transporte, pero ella prefiere trasladarla con un cinturón de seguridad. "Es que no tengo dónde fijar la caja al asiento y siempre he pensado que, si me chocan, la caja sale volando con el perro adentro. En cambio, el cinturón de seguridad, que va con arnés, es mucho más seguro. Así ella va pegada al asiento".
- Hay gente que piensa que los autos grandes son más seguros.
-Creo que hay que romper el mito de que un auto más chico es menos seguro. Los grandes sí son más cómodos para alguien con familia. Pero hoy la tecnología hace que tengan prácticamente la misma seguridad que uno de mayor volumen.
-¿Algo que no le guste de andar en un vehículo pequeño?
-Viajo harto y el maletero lo encuentro chico (185 litros), es para un par de cosas y nada más. Pero eso es algo que tiene pros y contras: si debo trasladar algo muy grande, sencillamente no puedo. Pero si tengo que salir con amigos, nunca soy la elegida para prestar el auto. iEso es magnífico! Lo otro es que no tiene el pique de un vehículo más grande y a mi marido le costó acostumbrarse a eso.
-Llama la atención que ande trayendo una colección de miniaturas.
-El auto, por las distancias y los tacos, ha pasado a ser casi una casa rodante. Por eso es muy útil andar con varias cosas que me facilitan la vida si no paso por mi departamento en todo el día. Así que ando trayendo desodorante, champú en seco, colonia, cremas, toallitas desmaquillantes, todo lo que te puedas imaginar. He juntado todo en versiones en miniatura y si yo tuviera todo esto en tamaño normal, sería una maleta de mano. Pero como mi auto es chiquito, acá son dos cosmetiqueros que no quedan a la vista.
Las proporciones de ese vehículo la frustraron. "En ese tiempo trabajaba en Mega y nunca tenía dónde estacionarme. Además, un auto más grande llama más la atención, entonces me daba miedo dejarlo en la calle". Y como ella se considera una persona bastante práctica a la hora de evaluar los autos, está feliz con un modelo más pequeño. Hoy conduce un Fiat 500 Sport del año 2015, que mide un metro menos de largo (3.550 mm) que su vehículo anterior.
"Siempre quise tenerlo, me parecía tan bonito. Además, me pasa que a los autos que son compactos les veo más la utilidad. Me gusta que sean cómodos y que estén a mi servicio, no yo al servicio de ellos. No me interesa que sean caros ni grandes, ni tener que cambiarlos a cada rato", afirma la influencer y también notera de "Sabingo", quien por estos días está de viaje en Dubai.
Una casa rodante
El auto se lo regaló César, su marido, para su cumpleaños en noviembre del 2015. Una de las cosas que más le gusta de él es que "es fácil para estacionar: con dos movimientos estás listo. Tengo más facilidad para encontrar espacios y lo puedo colocar en cualquier parte. Lleno el estanque (35 litros) con 25 mil pesos y me rinde un montón", asegura (1 5,8 km/litro en ciudad).Urrizola dice que le gusta cuidar el medioambiente y que es muy consciente de su huella de carbono. Por eso sueña con tener un modelo eléctrico, pero "como no son tan masivos, no hay dónde cargarlos y eso me complica". Por eso privilegia este compacto italiano, ya que "emite menos gases" y el cual trata de conducir de manera lo más ecológica y consciente posible.
¿Cómo? "Aunque gaste más gasolina, si me quedo un minuto parada apago el motor. También soy matea con las mantenciones. A veces una se deja estar con eso, pero si no se hacen, se contamina el doble o el triple. Lo otro es que manejo relativamente lento. Y lo más importante: comparto el vehículo con mi marido desde hace dos años. El vendió el suyo y se iba a comprar otro, pero le dije que mejor probáramos con este sistema y ninguno de los dos ha tenido algún problema".
Una acompañante habitual en sus viajes es Lupita, su perra chihuahua. Urrizola sabe que la mascota debería viajar en su caja de transporte, pero ella prefiere trasladarla con un cinturón de seguridad. "Es que no tengo dónde fijar la caja al asiento y siempre he pensado que, si me chocan, la caja sale volando con el perro adentro. En cambio, el cinturón de seguridad, que va con arnés, es mucho más seguro. Así ella va pegada al asiento".
- Hay gente que piensa que los autos grandes son más seguros.
-Creo que hay que romper el mito de que un auto más chico es menos seguro. Los grandes sí son más cómodos para alguien con familia. Pero hoy la tecnología hace que tengan prácticamente la misma seguridad que uno de mayor volumen.
-¿Algo que no le guste de andar en un vehículo pequeño?
-Viajo harto y el maletero lo encuentro chico (185 litros), es para un par de cosas y nada más. Pero eso es algo que tiene pros y contras: si debo trasladar algo muy grande, sencillamente no puedo. Pero si tengo que salir con amigos, nunca soy la elegida para prestar el auto. iEso es magnífico! Lo otro es que no tiene el pique de un vehículo más grande y a mi marido le costó acostumbrarse a eso.
-Llama la atención que ande trayendo una colección de miniaturas.
-El auto, por las distancias y los tacos, ha pasado a ser casi una casa rodante. Por eso es muy útil andar con varias cosas que me facilitan la vida si no paso por mi departamento en todo el día. Así que ando trayendo desodorante, champú en seco, colonia, cremas, toallitas desmaquillantes, todo lo que te puedas imaginar. He juntado todo en versiones en miniatura y si yo tuviera todo esto en tamaño normal, sería una maleta de mano. Pero como mi auto es chiquito, acá son dos cosmetiqueros que no quedan a la vista.