La familia Mosa se abraza efusivamente a la salida del estadio Germán Becker.
Ninguno tiene empachos en demostrarse ese cariño: se ríen y se felicitan después
del partido en que Colo Colo ganó la Copa Chile, tras derrotar 2-1 a la Universidad de
Chile.
Son hermanos nacidos en Siria y criados en Chile, son Aníbal Mosa y su hermana Fabiola.
"Desde que murió mi madre que lo cuido", dice -un poco en broma, un poco en serio- Fabiola Mosa, hermana mayor del presidente de Blanco y Negro. Él acompaña al equipo de Colo Colo como un hincha más, adonde jueguen los albos. Entra a la cancha, festeja en el camarín, se sube al bus con los jugadores. Siempre bromeando.
"Aníbal hace yoga desde hace 10 años y el bikram yoga lo convirtió en otro ser humano. O sea, sacó la esencia que es él", dice Fabiola, instructora de este arte en Bikram Yoga Chile y profesora de su hermano. Ella, aclara, es dueña de las academias en Puerto Varas, Puerto Montt y Valdivia. Las sedes en Santiago pertenecen a otras personas, pero todos trabajan como una unidad. Fabiola Mosa viaja siempre a la capital
-¿Y cuál es la esencia de su hermano?
-La esencia de Aníbal es la de un ser cariñoso, al que le encanta la familia, goza con los seres humanos, siempre tiene tiempo para la gente más pobre, la más necesitada, es un gallo súper generoso. Esa parte no se le conoce y además es disciplinado con el bikram yoga, porque lo practica todos los días.
Aníbal Mosa mira a su hermana y le da un beso en la mejilla. Ella se encuentra en Temuco para apoyarlo. "¿Qué es para mí Fabiola? Es mi hermana, es mi amiga, es mi yunta, dormíamos juntos cuando éramos cabros chicos, es un apoyo muy importante para mí. Y claro, también es mi profesora, ella me llevó por esos caminos del yoga", explica.
A Aníbal Mosa, empresario de 52 años, máximo accionista de Colo Colo, padre de tres hijos, no le gusta que le llamen "empresario", sino que "comerciante". Una vez declaró que todo el éxito que había cosechado en la vida, incluso todo su dinero, él lo cambiaría porque volviera a la vida su madre, Amal Schmes, quien falleció en un accidente vehicular en 1984. A los dos años perdió a su padre, don Asis, también en un accidente. Jacob (56), el mayor de los hermanos y empresario del rubro malls (dueño del de Castro), tuvo que aperrar con sus hermanos que le seguían, Fabiola (53) y Aníbal (52), que eran apenas unos mocosos de 17, 16 y 15 años. Tomaron los negocios familiares siendo unos jóvenes. Maduraron a la fuerza. Se hicieron cargo de la cadena de supermercados FullFresh Market, con sede en Puerto Montt, donde vivían. Quedaron a cargo de 1 .700 trabajadores.
"Aníbal es un lindo, un precioso. Cuando estábamos en Siria (en la ciudad de Kamshle) y éramos chicos, de alguna manera nos tocó jugar un poco más. Siempre cuidándonos, porque salimos de otro país a Chile (llegaron en septiembre de 1973). Yo siempre lo cuidé, todo el tiempo. Después nos tocó despedir a nuestros padres. Entonces tuvimos que seguir ayudándonos mutuamente, a cada uno le tocó una función", recuerda Fabiola, parvularia de profesión.
-¿Cuál fue la suya?
-Me tocó el cuidado de nuestro núcleo, porque teníamos una base los tres y perdimos a nuestros padres a temprana edad, entonces hice mucho tiempo las labores de cuidado de hermana mayor, de madre y, en el caso de Aníbal, siempre de muy amigos, el otro hermano también, pero como Aníbal era el menor, era por un lado fuerte y por otro, sensible.
-Él dice que es su puntal.
-A Aníbal le debo muchas cosas, porque él siempre ha tenido una mente grande, un impulso fuerte, un corazón grande y no le teme a las cosas. Llegado el momento trabajamos como dueños de una cadena de supermercados que vendimos el 2008, porque comenzamos a preocuparnos de recuperar un poco el desgaste de salud que te produce el llevar una vida acelerada de trabajo. Nos quedamos de chicos sin padres, chicos con responsabilidad.
-A una edad en que te apoyas en los padres.
-Absolutamente, por eso en el yoga que practicamos los tres, aprendemos a hacernos responsables. No somos víctimas. El yoga nos da madurez muy grande, pero antes de eso hubo mucho proceso, me enfermé de osteoporosis prematura.
-Pareciera que para su hermano, Colo Colo es todo.
-Claro, absolutamente. Le gusta mucho la familia, es amigo de sus amigos, no tiene un problema de relaciones con las diferentes clases sociales y eso me impactó mucho porque una vez de vuelta en París por un viaje en Oriente, pasamos por un hotel y me dice mira, este caballero es el presidente del Fondo Monetario Internacional y lo saluda como cualquiera, y así también es amigo de sus amigos de Puerto Montt.
-¿Cuál es el aporte del yoga bikram?
-Lo que pasa es que con el yoga a 42 grados nosotros regeneramos en cada clase la médula espinal y las neuronas del corte cerebral, se produce una depuración desde los huesos hasta la piel, te limpia el sistema, elimina toxinas. Es interesante, porque te enseña a no vivir sufriendo.
Son hermanos nacidos en Siria y criados en Chile, son Aníbal Mosa y su hermana Fabiola.
"Desde que murió mi madre que lo cuido", dice -un poco en broma, un poco en serio- Fabiola Mosa, hermana mayor del presidente de Blanco y Negro. Él acompaña al equipo de Colo Colo como un hincha más, adonde jueguen los albos. Entra a la cancha, festeja en el camarín, se sube al bus con los jugadores. Siempre bromeando.
"Aníbal hace yoga desde hace 10 años y el bikram yoga lo convirtió en otro ser humano. O sea, sacó la esencia que es él", dice Fabiola, instructora de este arte en Bikram Yoga Chile y profesora de su hermano. Ella, aclara, es dueña de las academias en Puerto Varas, Puerto Montt y Valdivia. Las sedes en Santiago pertenecen a otras personas, pero todos trabajan como una unidad. Fabiola Mosa viaja siempre a la capital
-¿Y cuál es la esencia de su hermano?
-La esencia de Aníbal es la de un ser cariñoso, al que le encanta la familia, goza con los seres humanos, siempre tiene tiempo para la gente más pobre, la más necesitada, es un gallo súper generoso. Esa parte no se le conoce y además es disciplinado con el bikram yoga, porque lo practica todos los días.
Aníbal Mosa mira a su hermana y le da un beso en la mejilla. Ella se encuentra en Temuco para apoyarlo. "¿Qué es para mí Fabiola? Es mi hermana, es mi amiga, es mi yunta, dormíamos juntos cuando éramos cabros chicos, es un apoyo muy importante para mí. Y claro, también es mi profesora, ella me llevó por esos caminos del yoga", explica.
A Aníbal Mosa, empresario de 52 años, máximo accionista de Colo Colo, padre de tres hijos, no le gusta que le llamen "empresario", sino que "comerciante". Una vez declaró que todo el éxito que había cosechado en la vida, incluso todo su dinero, él lo cambiaría porque volviera a la vida su madre, Amal Schmes, quien falleció en un accidente vehicular en 1984. A los dos años perdió a su padre, don Asis, también en un accidente. Jacob (56), el mayor de los hermanos y empresario del rubro malls (dueño del de Castro), tuvo que aperrar con sus hermanos que le seguían, Fabiola (53) y Aníbal (52), que eran apenas unos mocosos de 17, 16 y 15 años. Tomaron los negocios familiares siendo unos jóvenes. Maduraron a la fuerza. Se hicieron cargo de la cadena de supermercados FullFresh Market, con sede en Puerto Montt, donde vivían. Quedaron a cargo de 1 .700 trabajadores.
"Aníbal es un lindo, un precioso. Cuando estábamos en Siria (en la ciudad de Kamshle) y éramos chicos, de alguna manera nos tocó jugar un poco más. Siempre cuidándonos, porque salimos de otro país a Chile (llegaron en septiembre de 1973). Yo siempre lo cuidé, todo el tiempo. Después nos tocó despedir a nuestros padres. Entonces tuvimos que seguir ayudándonos mutuamente, a cada uno le tocó una función", recuerda Fabiola, parvularia de profesión.
-¿Cuál fue la suya?
-Me tocó el cuidado de nuestro núcleo, porque teníamos una base los tres y perdimos a nuestros padres a temprana edad, entonces hice mucho tiempo las labores de cuidado de hermana mayor, de madre y, en el caso de Aníbal, siempre de muy amigos, el otro hermano también, pero como Aníbal era el menor, era por un lado fuerte y por otro, sensible.
-Él dice que es su puntal.
-A Aníbal le debo muchas cosas, porque él siempre ha tenido una mente grande, un impulso fuerte, un corazón grande y no le teme a las cosas. Llegado el momento trabajamos como dueños de una cadena de supermercados que vendimos el 2008, porque comenzamos a preocuparnos de recuperar un poco el desgaste de salud que te produce el llevar una vida acelerada de trabajo. Nos quedamos de chicos sin padres, chicos con responsabilidad.
-A una edad en que te apoyas en los padres.
-Absolutamente, por eso en el yoga que practicamos los tres, aprendemos a hacernos responsables. No somos víctimas. El yoga nos da madurez muy grande, pero antes de eso hubo mucho proceso, me enfermé de osteoporosis prematura.
-Pareciera que para su hermano, Colo Colo es todo.
-Claro, absolutamente. Le gusta mucho la familia, es amigo de sus amigos, no tiene un problema de relaciones con las diferentes clases sociales y eso me impactó mucho porque una vez de vuelta en París por un viaje en Oriente, pasamos por un hotel y me dice mira, este caballero es el presidente del Fondo Monetario Internacional y lo saluda como cualquiera, y así también es amigo de sus amigos de Puerto Montt.
-¿Cuál es el aporte del yoga bikram?
-Lo que pasa es que con el yoga a 42 grados nosotros regeneramos en cada clase la médula espinal y las neuronas del corte cerebral, se produce una depuración desde los huesos hasta la piel, te limpia el sistema, elimina toxinas. Es interesante, porque te enseña a no vivir sufriendo.