Cuando Paulina Rojas tenía 11 años, la misma edad que por estos días tiene su hija
Isidora, su papá aceptó una oferta laboral en Miami. "Eran otros tiempos. Mi mamá
no se quiso ir de Chile. Vivimos tres años separados, nos veíamos muy poco y ese
período marcó mi vida: lo eché mucho de menos, bajé las notas en el colegio y
estuve a apunto de repetir", explica la panelista de "Contigo en la mañana", de
Chilevisión, que este martes se despidió del espacio mañanero. "Trasladaron a mi
marido a Ciudad de México. Estaremos dos años allá", añade.
El último programa tuvo la presencia de su hermana, Carolina, quien le dedicó unas palabras de buena suerte. El panel se desordenó cuando llegó un imitador de Luis Miguel, uno de sus artistas favoritos. A la periodista —que lleva casi dos años en el matinal— la tomaron en brazos y la sacaron del set en el aire. "Muchos me preguntaron por qué no lloré (el último día del matinal), pero estoy muy segura de la decisión que tomé. Obviamente tiene algunos costos, como dejar un gran trabajo", dice Rojas.
Su marido -que es ingeniero- fue el primero en partir. Hace cinco meses está instalado en Ciudad de México. La periodista se quedó en Chile, porque quería que sus hijos terminaran el año escolar: "Mi prioridad son mis hijos, Clemente (8) e Isidora (11). Debo preocuparme de ellos porque obviamente les dio pena separarse de sus amigos".
-¿Cómo se tomaron ellos la mudanza?
-Son súper buenos niños. Mientras estemos todos juntos, estaremos bien. Además hemos conversamos sobre sus aprehensiones y las hemos ido disipando. Es un cambio grande porque, por ejemplo, el año escolar allá es diferente. De hecho, los pobres van a llegar a hacer el curso que ya terminaron acá porque el segundo semestre comienza en enero. Yo les dije que les servía para reforzar, pero que especialmente fuesen (a clases) a conocer nuevos amigos. Lo que me gusta del colegio es que hay niños de todas las nacionalidades.
-¿Qué pensó cuándo su marido le contó lo del traslado?
-Existía la posibilidad, así que no fue sorpresa. Mi mamá vive con mi hermana. Mi otra hermana vive súper cerca. También tengo tías muy presentes. Somos como una tribu así que me voy muy tranquila.
-¿Tuvo alguna duda al momento de tomar la decisión?
-No quería que mis hijos se separaran de su papá. Tienen una relación muy linda y él es súper buen papá. Él ha viajado casi todos los fines de semana, desde México, para verlos. Mi papá una vez me dijo una frase que siempre me ha dado vuelta: Tengo 70 años y la vida se me ha pasado súper rápido . Y yo, a mis 43, también siento que se me ha pasado a rápido. Quizás a todos les pasa lo mismo. Yo sé que lo óptimo sería quedarme en mi zona de confort porque mis niños están bien, tengo buen trabajo y mi familia está aquí. Pero está vez opté por lanzarme y ver qué pasa si me arriesgo. Él, mi papá, me hubiese dicho anda, anda .
-¿Cuánto tiempo lleva embalando?
-Demasiado. La basura, los papeles y esas cosas se multiplican todo el tiempo. Esa parte me tiene aburrida, porque no tengo ni la mitad de las cosas embaladas y me voy los primeros días de enero. La mayoría de las cosas quedarán en una bodega. Tengo muchos recuerdos de mis niños. La vida está hecha de recuerdos así que quiero quedarme con todas esas cositas significativas.
-¿Qué planea hacer allá?
-Quiero estudiar inglés. Es algo que tengo pendiente. Mis hijos hablan súper bien inglés. Tengo contrato con Chilevisión hasta febrero de 2021, pero sin goce de sueldo. Eso me alegró mucho. Puede que también, cuando ya esté bien instalada, haga algunas notas para "Sabingo".
-¿Algo de turismo?
-No por ahora porque mi marido estará trabajando. No son vacaciones. Mi apuesta es que mis hijos terminen siendo mejores personas, que tengan distintas visiones del mundo. Esa es mi preocupación por ahora. Prefiero arriesgarme y que no resulte, que quedarme en mi zona de confort. No soy una persona arriesgada, creo que este es el paso más grande que he dado en mi vida. Me estoy tirando a la piscina.
El último programa tuvo la presencia de su hermana, Carolina, quien le dedicó unas palabras de buena suerte. El panel se desordenó cuando llegó un imitador de Luis Miguel, uno de sus artistas favoritos. A la periodista —que lleva casi dos años en el matinal— la tomaron en brazos y la sacaron del set en el aire. "Muchos me preguntaron por qué no lloré (el último día del matinal), pero estoy muy segura de la decisión que tomé. Obviamente tiene algunos costos, como dejar un gran trabajo", dice Rojas.
Su marido -que es ingeniero- fue el primero en partir. Hace cinco meses está instalado en Ciudad de México. La periodista se quedó en Chile, porque quería que sus hijos terminaran el año escolar: "Mi prioridad son mis hijos, Clemente (8) e Isidora (11). Debo preocuparme de ellos porque obviamente les dio pena separarse de sus amigos".
-¿Cómo se tomaron ellos la mudanza?
-Son súper buenos niños. Mientras estemos todos juntos, estaremos bien. Además hemos conversamos sobre sus aprehensiones y las hemos ido disipando. Es un cambio grande porque, por ejemplo, el año escolar allá es diferente. De hecho, los pobres van a llegar a hacer el curso que ya terminaron acá porque el segundo semestre comienza en enero. Yo les dije que les servía para reforzar, pero que especialmente fuesen (a clases) a conocer nuevos amigos. Lo que me gusta del colegio es que hay niños de todas las nacionalidades.
-¿Qué pensó cuándo su marido le contó lo del traslado?
-Existía la posibilidad, así que no fue sorpresa. Mi mamá vive con mi hermana. Mi otra hermana vive súper cerca. También tengo tías muy presentes. Somos como una tribu así que me voy muy tranquila.
-¿Tuvo alguna duda al momento de tomar la decisión?
-No quería que mis hijos se separaran de su papá. Tienen una relación muy linda y él es súper buen papá. Él ha viajado casi todos los fines de semana, desde México, para verlos. Mi papá una vez me dijo una frase que siempre me ha dado vuelta: Tengo 70 años y la vida se me ha pasado súper rápido . Y yo, a mis 43, también siento que se me ha pasado a rápido. Quizás a todos les pasa lo mismo. Yo sé que lo óptimo sería quedarme en mi zona de confort porque mis niños están bien, tengo buen trabajo y mi familia está aquí. Pero está vez opté por lanzarme y ver qué pasa si me arriesgo. Él, mi papá, me hubiese dicho anda, anda .
Viva México
Cuando se enteró que el destino era México, Paulina Rojas se puso feliz. "La gente es muy amorosa. La comida es rica, aunque no me gusta mucho lo picante. Los chilenos que viven allá siempre recalcan que es una ciudad alucinante", dice la periodista que, a semanas de irse, sigue embalando: "Es lo más latero del mundo".-¿Cuánto tiempo lleva embalando?
-Demasiado. La basura, los papeles y esas cosas se multiplican todo el tiempo. Esa parte me tiene aburrida, porque no tengo ni la mitad de las cosas embaladas y me voy los primeros días de enero. La mayoría de las cosas quedarán en una bodega. Tengo muchos recuerdos de mis niños. La vida está hecha de recuerdos así que quiero quedarme con todas esas cositas significativas.
-¿Qué planea hacer allá?
-Quiero estudiar inglés. Es algo que tengo pendiente. Mis hijos hablan súper bien inglés. Tengo contrato con Chilevisión hasta febrero de 2021, pero sin goce de sueldo. Eso me alegró mucho. Puede que también, cuando ya esté bien instalada, haga algunas notas para "Sabingo".
-¿Algo de turismo?
-No por ahora porque mi marido estará trabajando. No son vacaciones. Mi apuesta es que mis hijos terminen siendo mejores personas, que tengan distintas visiones del mundo. Esa es mi preocupación por ahora. Prefiero arriesgarme y que no resulte, que quedarme en mi zona de confort. No soy una persona arriesgada, creo que este es el paso más grande que he dado en mi vida. Me estoy tirando a la piscina.