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Pesar mundial por muerte de Kobe Bryant en accidente aéreo
Kobe Bryant (41) se autoproclamó como La Mamba Negra en 2003, inspirado en el apodo de la protagonista de la película "Kill Bill" de Quentin Tarantino. "Me puse a leer sobre este animal y encontré que era la descripción de cómo quería jugar. Voy a destruir a cualquiera que pise la misma cancha que yo. Nadie me va a parar", reconoció años después a la revista "Business Insider"

Su nuevo tótem lo ayudó a ganar cinco anillos de la NBA con Los Angeles Lakers, pero desde su retiro en 2016 el crack mostró una versión mucho más tierna. Sobre todo cuando se le veía aconsejando a la segunda de sus cuatro hijas, Gianna (13). Ella buscaba seguir sus pasos en el básquetbol.

Este domingo por la tarde ambos se subieron a un helicóptero rumbo al complejo deportivo del jugador ubicado en Thousand Oaks, California, para entrenar. Pero el vuelo nunca llegó a su destino. Se estrelló en la localidad de Calabasas y ninguno de los nueve tripulantes sobrevivió, según informó el sitio TMZ.

"Kobe siempre fue un batallador. Una persona que logró muchas cosas no solo por talento, sino también por lo duro que trabajaba. Sirvió de inspiración para los que vinieron después. Su trágico fallecimiento lo eleva todavía más al nivel de leyenda", dice el coach Carlos Morales, comentarista de la NBA para ESPN.

"Crecer viéndolo jugar fue una bendición. Kobe tenía esa mentalidad luchadora que me hizo querer ser como él. Recuerdo su último partido ante el Utah Jazz como si fuera ayer", complementa Nico Carvacho, pívot chileno de la Universidad de Colorado State.

Galo Lara, ex entrenador de la Selección chilena Sub 18 fue contemporáneo a Bryant y siguió toda su carrera. "El básquetbol mundial pierde a uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, a la altura de Michael Jordan, Kareem Abdul Jabbar o Magic Johnson. Fue una inspiración. Además de eso, después del retiro se le veía feliz, muy cercano a su familia y entrenando al equipo de su hija", cuenta.

Bryant nunca quiso seguir ligado a la NBA después de colgar las zapatillas, ni como entrenador o gerente deportivo. El ex escolta coqueteó con el mundo del cine y ganó un premio Oscar al mejor cortometraje por la cinta "Querido Básquetbol" en 201 8, pero su verdadero deseo era entrenar al equipo escolar de su hija Gianna.

"Ha sido una experiencia entretenida", contó en diciembre de 2018. "Llevamos un año y medio y las chicas han mejorado mucho. Son súper inteligentes y, pese a su corta edad, están jugando increíble". Bryant incluso teorizó sobre cómo sacarle jugo a las nuevas generaciones. "Aprendí que lo más importante con chicos de esta edad es simplemente estimular su curiosidad porque al final ellos son los dueños de su propio desarrollo", dijo a ESPN.

Uno de los recuerdos más emotivos de este lazo padre-hija ocurrió el 21 de diciembre de 2019 y fue capturado por las cámaras de la transmisión oficial del partido entre Brooklyn Nets y Atlanta Hawks. Bryant aparecía sentado en una de las primeras filas al lado de Gigi y le explicaba los diferentes movimientos de los cracks con ademanes y miradas cómplices de ternura.

Él también tuvo un mentor cercano durante su niñez. Su papá Joe Bryant mudó a la familia a Italia en 1984 para seguir su carrera como basquetbolista y Kobe lo acompañó a la cancha desde chiquitito. En tiempos donde YouTube era una quimera, el pequeño crack les pedía a sus abuelos que le mandaran VHS de las mejores jugadas de Michael Jordan.

"Siempre fue considerado como el sucesor de Jordan. Y su infancia en Italia fue clave para desarrollar su personalidad y aprender a leer el juego. Allá se juega un básquet con más fundamentos, muy distinto a lo que se enseña en Estados Unidos, donde el tema es más físico. Para mí, está dentro de los cinco mejores de la historia", dice Camilo Zamora, editor periodístico de DirecTV

Su esposa Vanessa y sus otras tres hijas (Natalia, Bianka y Capri) recordarán su enorme legado, que incluyó cinco títulos de NBA, un premio MVP de la temporada regular, dos medallas de oro con Estados Unidos y 33.643 puntos, el cuarto registro más alto de la NBA.

Lebron James quedó en el tercer lugar de ese ranking este sábado por la noche y Kobe, lejos del animal competitivo que era en sus tiempos mozos, lo felicitó en redes sociales. "Sigue llevando este juego hacia delante. Mucho respeto, hermano", escribió en su último tuit.

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