Hace 5 años, Trinidad Zúñiga abrió el gimnasio GetFit en Temuco. Hoy suma cerca
de 900 inscritas: todo un logro, considerando que su centro no pertenece a ninguna
cadena y que su promoción se ha basado de manera central en el boca en boca.
Trinidad, preparadora física, se valió de las redes sociales para armar una clientela nutrida. "Yo subía a Instagram los progresos de mis clientes; mostraba los antes y después. Eso sirvió como marketing. La gente se dio cuenta de que no había una pastilla mágica y se fue inscribiendo".
Aunque su disciplina es práctica y eminentemente técnica, Zúñiga aprovechó el training que le dejó haber estudiado tres años de Arquitectura para no descuidar los ramos más teóricos de su carrera. "A la universidad le saqué provecho en los ramos bases, como biomecánica y anatomía; aún así, no es suficiente para entrenar a gente por años y hay que seguir actualizándose. Eso no es común en otros preparadores, que por lo general se quedan con la base y usan métodos muy arcaicos para entrenar".
Los entrenamientos de su centro están dirigidos a mujeres. Su marido, Lucas Fonseca, inaugura este lunes en un espacio contiguo Black House, donde habrá entrenamientos exclusivos para varones. "A diferencia de cualquier gimnasio que tiene clases libres, acá es un entrenamiento organizado donde se planifica el mes entero y varía la frecuencia y el volumen de los ejercicios semana a semana. Se entrena como atletas, con una programación".
-¿Por qué es importante la parte teórica para un preparador físico?
-Hay que mantenerse actualizada. La actividad física es una ciencia en la que todos los días hay nuevos estudios. Los entrenamientos también varían: hay algunos que hace años eran válidos, pero hoy ya no.
-¿Algún consejo para alguien que quiera estudiar esta carrera?
-Que aprendan la base, que es la anatomía, fisiología y biomecánica. Hay que entender que cada usuario es diferente y que no todos los alumnos pueden ser vistos como algo común.
-¿Cómo es trabajar en algo que le gusta?
-Yo trabajo en lo que más amo; no es una pega, es mi estilo de vida.
Trinidad, preparadora física, se valió de las redes sociales para armar una clientela nutrida. "Yo subía a Instagram los progresos de mis clientes; mostraba los antes y después. Eso sirvió como marketing. La gente se dio cuenta de que no había una pastilla mágica y se fue inscribiendo".
Aunque su disciplina es práctica y eminentemente técnica, Zúñiga aprovechó el training que le dejó haber estudiado tres años de Arquitectura para no descuidar los ramos más teóricos de su carrera. "A la universidad le saqué provecho en los ramos bases, como biomecánica y anatomía; aún así, no es suficiente para entrenar a gente por años y hay que seguir actualizándose. Eso no es común en otros preparadores, que por lo general se quedan con la base y usan métodos muy arcaicos para entrenar".
Los entrenamientos de su centro están dirigidos a mujeres. Su marido, Lucas Fonseca, inaugura este lunes en un espacio contiguo Black House, donde habrá entrenamientos exclusivos para varones. "A diferencia de cualquier gimnasio que tiene clases libres, acá es un entrenamiento organizado donde se planifica el mes entero y varía la frecuencia y el volumen de los ejercicios semana a semana. Se entrena como atletas, con una programación".
-¿Por qué es importante la parte teórica para un preparador físico?
-Hay que mantenerse actualizada. La actividad física es una ciencia en la que todos los días hay nuevos estudios. Los entrenamientos también varían: hay algunos que hace años eran válidos, pero hoy ya no.
-¿Algún consejo para alguien que quiera estudiar esta carrera?
-Que aprendan la base, que es la anatomía, fisiología y biomecánica. Hay que entender que cada usuario es diferente y que no todos los alumnos pueden ser vistos como algo común.
-¿Cómo es trabajar en algo que le gusta?
-Yo trabajo en lo que más amo; no es una pega, es mi estilo de vida.