"Al principio había residentes que ocupaban la piscina como si estuvieran en un
balneario, invitaban a muchos familiares y se adueñaban de todo el sector, jugaban a
la pelota, ponían la música fuerte, comian y tomaban. Hubo muchos reclamos
porque los otros residentes no podían ocupar la piscina porque estaba llena", cuenta
Felipe Jorquera, presidente del comité administrativo de un edificio de 186
departamentos, ubicado en la calle Madreselvas en Macul.
Fue el origen de las medidas drásticas que hoy operan en su comunidad.
"En el reglamento estipulamos que cada departamento puede invitar a un máximo de dos visitas a la piscina y que los cupos no son traspasables entre departamentos. Y como está ubicada al lado de conserjería, tanto los invitados como los residentes deben registrarse cada vez que vayan a usarla. Acá vive harto papá o mamá sin sus hijos, así que cuando ellos vienen no son considerados visitas", comenta.
En este tiempo, la piscina del edificio es el espacio común favorito para capear el calor, pero generalmente su tamaño no da abasto. Si acuden todos los vecinos al mismo tiempo o cada residente invita a quien quiera, la situación se vuelve insostenible, por lo que reglamentar su uso se ha vuelto prioritario.
"En los edificios que nos toca administrar, cada departamento tiene derecho de llevar una visita a la piscina, aunque también usamos el criterio. Si está vacía, pueden ser más personas, la condición siempre es que se respete el espacio y al resto de los vecinos", comenta Gonzalo Cabezas, gerente de Operaciones de Assetplan. "Si alguien no cumple, se le advierte. Si continúa, viene la multa".
Las reglas varían en cada comunidad. Algunas permiten una visita el fin de semana o dos sólo en días hábiles. Otras no permiten a nadie más que residentes.
"Son normas drásticas, pero las piden los mismos propietarios cuando ha habido mal uso antes, como celebrar un cumpleaños y están los 30 invitados en la piscina", detalla Cristian Ortiz, administrador de Grupogio.cl, quien lleva el control de un condominio que no permite visitas.
Este verano, la administración del condominio Costa Reñaca, de Viña del Mar, entregó cinco pulseras naranjas por vivienda para los residentes y dos extras de color morada para las visitas, para poder vigilar mejor el uso de la piscina. Gastos comunes al día
La piscina sirvió al antes mencionado conjunto de Macul para cobrar la deuda de gastos comunes.
"Nos dimos cuenta de que teníamos mucha morosidad, eran casi $12.000.000. Se decidió entonces restringir el acceso a espacios comunes a todos los que están con sus cuentan impagas, lo que incluye el uso de la piscina. Partimos ahora con esta medida y ya bajamos en $4.000.000 la deuda. Es lamentable por los niños, pero la presión ha tenido efecto", cuenta Felipe Jorquera.
Mantener una buena convivencia dentro del agua también es un requisito para poder ocupar la piscina, por lo que en muchos lugares se mantiene a raya el uso de flotadores.
"Se prohíbe desde el uso de objetos inflables de tamaño excesivo hasta usar los salvavidas de emergencias cuando no corresponde, donde las multas oscilan entre 1,3 UF y 3 UE dependiendo del tipo de falta", detalla.
Se incluye también la prohibición de hacer juegos bruscos, gritos que perturben la tranquilidad, el consumo de bebidas alcohólicas, el uso de drogas o fumar cigarrillos. "Si algún usuario ensucia el agua y la piscina requiere recambio de agua o tratamiento especial, el costo será de responsabilidad del departamento de donde pertenezca el causante de dicha situación", agrega.
También se pide usar traje de baño y no bañarse con polera.
"Usar polera supone que la persona pueda tener una herida y no la quiere exhibir", afirma Ortiz.
"Al momento de abrir las piscinas al público, se gasta en filtros nuevos, se utiliza más cantidades de cloro y similares", afirma.
No obstante, Guillermo Márquez, gerente de tecnología de Edifito.com, agrega que este costo adicional no es tan significativo en el gasto común total porque se compensa en invierno con el incremento del uso de la calefacción.
Fue el origen de las medidas drásticas que hoy operan en su comunidad.
"En el reglamento estipulamos que cada departamento puede invitar a un máximo de dos visitas a la piscina y que los cupos no son traspasables entre departamentos. Y como está ubicada al lado de conserjería, tanto los invitados como los residentes deben registrarse cada vez que vayan a usarla. Acá vive harto papá o mamá sin sus hijos, así que cuando ellos vienen no son considerados visitas", comenta.
En este tiempo, la piscina del edificio es el espacio común favorito para capear el calor, pero generalmente su tamaño no da abasto. Si acuden todos los vecinos al mismo tiempo o cada residente invita a quien quiera, la situación se vuelve insostenible, por lo que reglamentar su uso se ha vuelto prioritario.
"En los edificios que nos toca administrar, cada departamento tiene derecho de llevar una visita a la piscina, aunque también usamos el criterio. Si está vacía, pueden ser más personas, la condición siempre es que se respete el espacio y al resto de los vecinos", comenta Gonzalo Cabezas, gerente de Operaciones de Assetplan. "Si alguien no cumple, se le advierte. Si continúa, viene la multa".
Las reglas varían en cada comunidad. Algunas permiten una visita el fin de semana o dos sólo en días hábiles. Otras no permiten a nadie más que residentes.
"Son normas drásticas, pero las piden los mismos propietarios cuando ha habido mal uso antes, como celebrar un cumpleaños y están los 30 invitados en la piscina", detalla Cristian Ortiz, administrador de Grupogio.cl, quien lleva el control de un condominio que no permite visitas.
Este verano, la administración del condominio Costa Reñaca, de Viña del Mar, entregó cinco pulseras naranjas por vivienda para los residentes y dos extras de color morada para las visitas, para poder vigilar mejor el uso de la piscina. Gastos comunes al día
La piscina sirvió al antes mencionado conjunto de Macul para cobrar la deuda de gastos comunes.
"Nos dimos cuenta de que teníamos mucha morosidad, eran casi $12.000.000. Se decidió entonces restringir el acceso a espacios comunes a todos los que están con sus cuentan impagas, lo que incluye el uso de la piscina. Partimos ahora con esta medida y ya bajamos en $4.000.000 la deuda. Es lamentable por los niños, pero la presión ha tenido efecto", cuenta Felipe Jorquera.
Mantener una buena convivencia dentro del agua también es un requisito para poder ocupar la piscina, por lo que en muchos lugares se mantiene a raya el uso de flotadores.
"Se prohíbe desde el uso de objetos inflables de tamaño excesivo hasta usar los salvavidas de emergencias cuando no corresponde, donde las multas oscilan entre 1,3 UF y 3 UE dependiendo del tipo de falta", detalla.
Se incluye también la prohibición de hacer juegos bruscos, gritos que perturben la tranquilidad, el consumo de bebidas alcohólicas, el uso de drogas o fumar cigarrillos. "Si algún usuario ensucia el agua y la piscina requiere recambio de agua o tratamiento especial, el costo será de responsabilidad del departamento de donde pertenezca el causante de dicha situación", agrega.
También se pide usar traje de baño y no bañarse con polera.
"Usar polera supone que la persona pueda tener una herida y no la quiere exhibir", afirma Ortiz.
El gasto se compensa
La mantención de la piscina se realiza todo el año -se debe mantener con agua para que no se eche a perder- pero de noviembre a marzo, el gasto en este ítem sube cerca del 28%, con respecto al promedio anual, comenta David Peña, gerente comercial de la plataforma de administración Comunidadfeliz.cl. Por ejemplo, si en mayo de gasta cerca de $191.383 en mantención, desde diciembre el monto supera los $270.OOO al mes."Al momento de abrir las piscinas al público, se gasta en filtros nuevos, se utiliza más cantidades de cloro y similares", afirma.
No obstante, Guillermo Márquez, gerente de tecnología de Edifito.com, agrega que este costo adicional no es tan significativo en el gasto común total porque se compensa en invierno con el incremento del uso de la calefacción.